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Victoria y Emilio José, historias de exclusión en el Gobierno de la inclusión (3)

  • mh
    26 de mayo de 2015

3. Al año, se destinan 4,8 millones de dólares para sueldos
Lo que indigna a Patricia Moreno y a Anita Rivadeneira es que no haya atención prioritaria para quienes pertenecen a la Misión Manuela Espejo. Moreno incluso cree que  su físico ha sido causa de exclusión. “Te ven blanca, rubia y de ojos claros y creen que eres pelucona y que no necesitas ayuda. Es insólito”.
Foto: Los beneficiarios del programa Manuela Espejo.
Mientras tanto, el número de empleados aumenta. “Cada vez que voy hay nuevo personal, pero con una incapacidad tremenda. Hasta se cambiaron a un edificio en el Policentro.
La Secretaría Técnica de Discapacidades tiene 326 empleados cuyos sueldos demandan un gasto anual de 4,8 millones de dólares, de acuerdo con datos publicados en su página web.
Esa  cifra serviría para entregar cada mes el bono Joaquín Gallegos Lara, que es de 240 dólares, a 1 666 personas con discapacidad física o intelectual severa.  
Para Moreno, “la misión Manuela Espejo es mucha propaganda, es una patraña que significa más burocracia y votos. Creo que Lenín Moreno tuvo alguna intención buena, pero era mucho más publicidad. Este vicepresidente de ahora  (Jorge Glas) no sabe dónde está parado. No creo que se encargue de esto, nadie quiere hacerse cargo de los discapacitados, es como una papa caliente. En la Vicepresidencia no saben nada. No digo que no haya ayuda, hay gente que tiene sillas de ruedas y bonos, pero no en la cantidad que se publica. También hay personas que no necesitan y reciben el bono. Un amigo de mi hija, de la Fundación Comunicar, cuyos padres tienen mucho dinero, es beneficiario del bono”.
Patricia Moreno señala que, si bien el Gobierno ha ayudado a muchas  personas con discapacidad, el fin social se volvió comercial. “Si lo que han gastado en propaganda lo hubieran pasado a ayuda habría mejor resultado. Es impresionante ver tanta gente contratada, el personal es demasiado para lo que hacen mientras hay pocos psicólogos que van de casa en casa. Evidentemente eso es para no calificar a más beneficiarios”.
Lo más inquietante es no hay cifras actualizadas sobre el presupuesto de la Misión Manuela Espejo.
Temor a denunciar 
Para este informe se tomó contacto con otros tres familiares de personas con discapacidad mental severa. Se les pidió que contaran su experiencia con la Misión Manuela Espejo y los bonos del Gobierno. Aceptaron la entrevista, pero luego desistieron.
Dos, a pesar de estar satisfechos con la atención y el bono, y de asegurar que el Gobierno de Rafael Correa ha ayudado a los discapacitados como ningún otro, no quisieron dar sus nombres.
El tercero es maestro fiscal. Su hija tiene 12 años, pero no habla ni camina. Pese a que tiene otros dos hijos en edad escolar y que su ingreso es el único sustento de su familia, ha sido rechazado como beneficiario del bono.  Eso es lo único que quiso contar.
La directora de una fundación dio un corto comentario, también a condición de que su identidad se mantenga en el anonimato. “No quiero tener ningún tipo de problema, cada vez tengo más gente pobre, nuestro trabajo es en silencio, hay que manejarse así ahora, si se da una opinión diferente no le gusta al Gobierno", afirma. "Los discapacitados tienen ayuda, pero no es suficiente para la gente pobre, ancianos, madres solteras. Parece que en el Gobierno mismo les ha prohibido dar declaraciones y por eso tienen miedo. Muchos dicen que el bono no les alcanza para alimentarse, la salud, la  movilización, pero tienen miedo de quejarse y perder lo poco que les dan”.
En diciembre de 2013 la prensa publicó denuncias contra médicos del Hospital Guayaquil que supuestamente colaboraban con la Fundación Manuela Espejo y negaban prótesis de piernas artificiales a personas discapacitadas de bajos recursos y luego les recomendaban comprarlas fuera en  3.000 dólares. Otras personas denunciaron haber esperando hasta dos años para que les entreguen sillas de ruedas.
Marco Antonio Rodríguez Gil acusó a personal de la Fundación de negarle una silla, muletas y una prótesis para su pierna, pese a haberse registrado y figurar en la estadística de beneficiarios de ese programa estatal. En su denuncia incluso publicó su número de cédula 0904427xxx y de la Tarjeta de Discapacidad física # 0979xxx del Conadis. Para este reportaje se lo buscó en el celular 0993564xxx que adjuntó a su denuncia, pero no se pudo establecer contacto con él.

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