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Autor: mh

Terremoto: el riesgo es que el Gobierno siga sin hacer nada


CHRISTIAN ZURITA RON, desde Manabí
La mañana del sábado 23 de abril, un grupo de oficiales del Ejército callaba su indignación al mirar a la joven burocracia tomarse selfies en el estadio de Jama, luego del terremoto que azotó Ecuador ocho días atrás. Los funcionarios preparaban la visita del presidente Rafael Correa. Ese día, el poblado contó con presencia de todos los estamentos gubernamentales, pero luego de la partida del primer mandatario solo quedaron plantadas en ese espacio las carpas de la Policía, Cruz Roja, técnicos de la asistencia internacional china y una discreta delegación de la Secretaría de Gestión de Riesgos, entidad que supuestamente contaba con sistemas para responder a las catástrofes, pero que fue incapaz de ejecutarlo.
También quedó la presencia de un circo popular llamado Tiany, que fue providencial porque prestó sus trastes y cocina a los soldados del Ejército para que prepararan su comida. Las Fuerzas Armadas habían llegado al lugar el martes 19 pero solo el jueves 21 se hicieron cargo del centro de acopio, luego de un caótico manejo en la entrega de la ayuda humanitaria y alimentos por parte del Gobierno. “Antes de que llegáramos, estaba a cargo el Ministerio de Inclusión Social y Económica (MIES). Ellos demoraron en la entrega de kits por varias razones, una de ellas es porque esperaban la llegada de adhesivos con el membrete del MIES, pero además porque no tenían capacidad de organización”, narró un oficial del Ejército que dirigía la organización de los kits de ayuda humanitaria donada por los ciudadanos de Loja, de Quito, de Guayaquil, de Cotachachi… en fin, de todas las ciudades del país.
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Tal era el desorden que de las 82 comunidades que el Ejército identificó alrededor de Jama, 42 no habían recibido nada cuatro días después del desastre. Hasta entonces la población hacía largas filas en espera de los alimentos que no llegaban. Para cubrir las necesidades el Ejército implementó cuatro rutas de repartición, pero en su primer día de acción, apenas logró acceder a 26 comunidades. Un día después llegó a otras 39.

En Pedernales el centro de acopio se estableció en la destruida escuela del milenio del lugar. Su construcción se ejecutó por el Servicio de Contratación de Obras (Secob) a un valor de $2’659.284,37, pero a  su constructor, Wilson Edison Chiriboga Sandoval, le faltó el dinero y le dieron un contrato complementario por $930.715, 28 para terminarlo. Allí, decenas de conscriptos no dejaban de elaborar kits de entrega desde la noche del lunes 18 de abril. La ayuda no dejaba de llegar, alguna incluso en contenedores con centenares de cajas de alimentos con el sello del MIES, pero era fácil descubrir que no se trataba de ayuda gubernamental,  todos los kits elaborados no tenían uniformidad, estaban envueltos en todo tipo de bolsas plásticas que contenían variados productos.
Los militares, a su cuenta y riesgo, reagruparon los productos de las donaciones y rearmaron nuevos kits, de acuerdo a sus criterios. En una de las salas del centro de acopio trabajaron a tres jornadas y solo cuatro días después se unieron voluntarios del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis) a la elaboración de las raciones.
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Para la entrega se destinaron camiones que llevan no menos de 100 kits (útiles para cinco días) con cuatro  soldados, un oficial y un representante del MIES que se encarga de llevar un registro de lo entregado y que solo sirve para las acciones de propaganda del régimen.
Al Ejército le cuesta llegar a las zonas rurales, las vías son pequeñas y no se compadecen con los grandes vehículos con los que cuenta. Sin embargo, los pobladores del campo tienen más capacidad de cubrir sus demandas, en caso de haber perdido sus casas, fueron alojados por amigos y familiares, la ayuda es más solidaria y se respeta la entrega de kits para los vecinos que no están presentes.
Sin embargo, eso no sucede en los centros poblados. Allí es otra realidad, los habitantes que no han tenido dónde ir no escogen un albergue como opción para vivir, saben que allí el hacinamiento puede provocar el abuso de niños y la rápida transmisión de enfermedades. Por eso, personas como Raquel Álaba no tuvieron más remedio que vivir al filo de la vía que une Jama con el resto de la provincia.
-Todos hemos improvisado y la ayuda si nos ha llegado por personas de buen corazón  y empresas particulares que han compartido donaciones -explica Raquel en medio del pesado calor de Jama-. El centro de acopio debe tener alimentos porque la ayuda no ha dejado de llegar, pero hasta ayer (viernes) hacían largas filas y no nos daban, en este momento ya necesitamos ayuda de otro tipo, tenemos moscas e insalubridad  y por mucho que limpiemos eso no podemos controlar, escuchamos que andan haciendo censo abajo en el pueblo pero aquí no.
-¿Y su esposo? -le preguntamos.
-Está junto a los otros hombres buscando caña y plástico para hacer mas fuerte las casas, en la noche cayó mucha agua y se ha mojado todo, ropa, colchones…
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La diáspora
En un caserío llamado Don Juan se constituyó un albergue privado gracias a la voluntad de una familia que poseía un generador eléctrico y bomba de agua, allí se juntaron al menos 15 familias y otras empezaron a levantar carpas con plásticos sujetos a cuatro palos. Pero se trata de la excepción y no la regla, porque para el resto la energía eléctrica, no existe.
Jama y Pedernales se han convertido en una diáspora de asentamientos familiares a lo largo del carretero, están allí para evitar el perfil de playa por terror a las réplicas o la cercanía de  un maremoto, pero también porque la vía les ofrece mas seguridad y control de los niños que juegan al filo de la vía.
Allí, por primera vez identificamos un fenómeno con el que el Ejército aún no sabe cómo lidiar: los militares tienen capacidad de atender con control efectivo en los puntos de mayor concentración, ya la entrega de las donaciones se hace con la presentación de la cédula de ciudadanía, pero no en aquellos lugares donde no se observa alta concentración de personas que necesitan ayuda. Y la dura realidad es que todos los asentamientos tienen poca concentración humana.  
El  Gobierno hizo en parte su trabajo al restaurar la energía eléctrica en las calles de las  poblaciones del desastre, pero en términos concretos su acción se limita a la capacidad que tienen las Fuerzas Armadas para enfrentar el caos. Esto quedó en evidencia el domingo 24 cuando Paola Pabón, secretaria de gestión política del Régimen, visitó los centros poblados: “La prioridad es habilitar albergues” decía a toda voz. Es un tema que no puede esperar, las condiciones de precariedad son similares para damnificados, fuerza pública y voluntarios que laboran en toda la zona.
Cada miembro del Ejército cuenta con una carpa unipersonal (que datan de la Guerra del Cenepa) y sus dotaciones se mojan tanto como les pasa a los damnificados. Los voluntarios civiles no se escapan de esa condición, sus alimentos están más restringidos, pero el estoicismo y la voluntad de ayuda son superiores a las enormes limitaciones. La diferencia se observa en la ayuda internacional, que cuenta con carpas amplias y zonas de seguridad.
En realidad, el Estado brilla por su incapacidad para colocar una sola carpa. A excepción del ministro José Serrano, que demostró horas de trabajo continuo, Pabón luce su estilo ‘Zuleta fashion’ en el recorrido por los poblados, viaja con cuatro autos y sus acompañantes más parecen vaqueros de escaparte que asesores. Su habilidad de habilitar albergues se tradujo en su intento  de tomar posesión de aquellos que fueron gestionados por la sociedad civil, tal como informó diario La Hora. No es raro pensar que si buscan tomar el control de los albergues en poco tiempo busquen forzar a las comunidades a un reordenamiento territorial, arrastrarlos a vivir en otros lugares en nombre de una nueva planificación basada en la seguridad futura.  
El otro tema olvidado se muestra en el centro de acopio de Pedernales, hay un espacio abarrotado de ataúdes donados. Ya nadie está en busca de ellos, ya no hay huellas de entierros y funerales, evidencia que fueron sepultados con rapidez, sin tiempo para que los ecuatorianos lloren por sus muertos.
Tampoco hay respuesta por  la lista de desaparecidos. Ese es uno de los grandes misterios de la tragedia, al preguntar al alcalde de Manta, Jorge Zambrano, cómo se había manejado esa lista, dijo que no tenía una respuesta. En Pedernales el número de desaparecidos fue alto porque en primera instancia la gente huyó aterrorizada por la llegada de un tsunami, pero luego de los días poco a poco aparecieron. El coronel de Policía Víctor Arauz, al frente de la Dirección de Delitos contra la Vida, cuenta que receptó 44 denuncias de desaparecidos en la ciudad, mas de 30 realizadas por redes sociales y la red 1800 delitos. De ese  número –hasta la semana pasada- nueve constaban aún como desaparecidos; todos ellos estaban radicados en Pedernales.
La maquinaria en la zona de desastre
Luego del terremoto, mientras reinaba el caos en Portoviejo, Manta, Bahía, Pedernales, se retiraron rápidamente escombros con maquinaria pesada con el objeto de salvar a sobrevivientes. Fue una acción espontánea y de buena fe, pero es evidente que la falta de técnica en el retiro de escombros pudo haber provocado mas víctimas y mostró la falta de protocolos para manejar una crisis que todos los estamentos nacionales e internacionales conocían que sucedería.

El Diario de Manabí en la edición del jueves 28 de abril recordó cómo los rescatistas colombianos rescataron a Pablo Córdova del Edificio El Gato, en Portoviejo, dos días después del evento: “por favor no sigan con la maquinaria,  ya los escucho mas fuerte…”. Se trató de una charla vía celular que permitió rescatar su vida. El número de víctimas no se compadece con los daños provocados por el terremoto, gracias a la información compartida gratuitamente por satélites privados de los Estados Unidos se puede saber la extensión del desastre: Pedernales sufrió daños en más de 340 hectáreas.
Imagen: La zona devastada de Portoviejo (click para agrandar). En Portoviejo la peor destrucción se centra en 18 cuadras del centro, el corazón comercial de la ciudad, el daño se extiende a algo más de 17 hectáreas, un espacio desolador que todo medio de comunicación no ha logrado descifrar con claridad. El área de devastación en Bahía de Caraquez es de 48 hectáreas destruidas.
Imagen: La zona devastada de Manta (click para agrandar). La condición de Manta es similar, la parroquia Tarqui, el centro comercial de la ciudad, fue seriamente afectado, entre las avenidas 105 y 113 existen no menos de 45 cuadras que medidas superan las 50 hectáreas de extensión. El alcalde de esa ciudad dice que los daños se deben a que el agua del subsuelo en ese lugar está a solo un metro de profundidad. El terremoto batió el lodo y todo se vino abajo.
En estas ciudades hay un mismo factor: un olor mortecino acompaña las emanaciones de las aguas negras, estancadas en las colapsadas alcantarillas bajo la ciudad. Nubes de polvo son expulsadas por las excavadoras que trabajan en cada predio. Hay una historia no contada en todos esos lugares que un día fueron el hogar de muchos. No se puede acusar a la Fiscalía del Estado de esconder las cifras de muertos y desaparecidos. El problema se centra en la falta de una legislación clara del sistema de riesgos. La Constitución del 2008 sustentó  en los artículos 389 y 390, la base para que el Gobierno elabore una ley orgánica para enfrentar los desastres, pero no lo hizo y en su defecto elaboró un simple reglamento que puede ser cambiado cuando al ejecutivo le venga en gana.

El sistema de gestión de riegos del país inició su trabajo con Pilar Cornejo, sin los instrumentos legales para constituir una infraestructura eficiente de respuesta. El reglamento le dio al Presidente de la República la potestad de cambiarlo cuando guste y eso sucedió en 2015 cuando  entregó el sistema de riegos al contralmirante Luis Jaramillo y permitió que César Navas, un exmilitar, constituya una entidad paralela a la secretaria de gestión de riegos, desde el Ministerio de Seguridad Interna y Externa.
Es decir, tras el terremoto del 16 de abril se estableció una organización descabezada y superpuesta por otras en la que hubo una total falta de protocolos para enfrentar la emergencia evidenciada por cuatro factores: 1. La forma en que se derrocaron construcciones de forma inmediata al evento, sin conocer la presencia de víctimas o sobrevivientes. 2. La demora en el ingreso de rescatistas a la zona de desastre. 3. La falta de decisiones gubernamentales 48 horas después del desastre. 4. El cambio radical del presidente Rafael Correa de irrespetar su propio reglamento de gestión de riegos e imponer a ministros en la zona para que se hicieran cargo del desastre.
Existe además la hipótesis de que algunas construcciones fueron derrocadas de inmediato para evitar ubicar caletas con cocaína: “Estas son zonas carentes de control militar, todo puede pasar y todo sale por sus playas” explica un oficial de Inteligencia presente en la zona del desastre.
El terremoto sacó lo mejor de los ecuatorianos y extranjeros, como el párroco de Jama que armó una iglesia en la calle pero sobre todo dedicó su tiempo a entregar provisiones de alimentos a quien mas lo requería.  O el norteamericano Joe Hurston, de la organización airmobile.org, que llegó al país a donar 10 equipos capaces de purificar 1000 litros de agua al día. Pero también existió la mezquindad de muchos que buscaron tajada entre el dolor, como aquellos que gritaron tsunami en medio del terror para saquear casas y comercios o ese mercenario de las redes sociales, que vive de sus contratos con el Estado de propaganda, contratista del Estado que criticó la entregada labor voluntaria de Karla Morales, o quienes no perdieron nada y sin embargo salieron, entre risas, a pedir donaciones al filo de las carreteras.

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Galería de videos
Los minadores de Manta reciclan el hierro de los edificios colapsados⇒
Bahía de Caraquez vecinos viviendo en las veredas⇒
Drone: El campamento Don Juan auto-organizado por los mismos afectados⇒
Drone: Pedernales 1⇒
Drone: Pedernales 2⇒
Drone: Pedernales 3⇒
Drone: Pedernales 4⇒
Galería de Fotos ⇒

 

 

 

Karla Morales, líder de la sociedad civil tras el terremoto


“Gente de Guayaquil, mañana saldremos a #Manabí llevando ayuda. Si pueden apoyar con donaciones acá la info:..”, a continuación, bajo el hashtag #PORMANABÍ escrito con letras de color amarillo se comenzaba a dar forma a una bandera tricolor, diseñada con interlineado de letras escritas en negro, como complemento de los colores amarillo, azul y rojo. Ahí, se enumeraban dos sitios de acopio: Samborondón y Ceibos; el otro, no aparecía en la lista, pero era Terranostra, que con el paso de los días, se ha convertido en el punto de partida de la carga hacia Manabí. También se detallaban una serie de productos que se podía donar para entregar a los damnificados; y, de es forma, saciar en el algo las graves secuelas que había dejado en la provincia vecina el terremoto, de 7,8 grados en la escala de Ritcher.
Ese mensaje colgado en la red social Twitter, desde la cuenta @KarlaMoralesR, a las 23:19 (4h21m después de la tragedia) del pasado sábado 16 de abril del 2016, marcó el inicio de una labor solidaria que se ha transformado en una de las más grandes acciones que la sociedad civil ecuatoriana ha ejecutado, desde la misma noche del fenómeno natural, que sembró muerte y destrucción. Dejó devastado a Pedernales; y destruyó varias zonas, rurales y urbanas de Portoviejo, Manta; así como afectó al Isla de Muisne y otras localidades de Esmeraldas, en la zona norte de Ecuador; y también ocasionó pérdidas en Los Ríos, Guayas.
La intención Karla Morales Rosales, una menuda mujer de 30 años, era recoger todo en el portal de su vivienda, en la urbanización Terranostra, ubicada en la vía a la Costa. La idea original –cuenta esta abogada, experta en Derechos Humanos–, era convertirse en una especie de centro de acopio. “Me dije: recojo y lo que pueda mando… aprovechando que la empresa en la que trabajo tiene camiones. Incluso con insistencia, durante el resto de la madrugada, pensaba: ‘Voy a enviar lo que pueda juntar…’. Tras la convocatoria por Twitter”, recuerda.
Al amanecer del domingo eran unas dos, tres, cuatro personas que llegaban a dejar pocas cosas, dice. Pero, a eso de las 10.30 y 11:00 cientos de personas: niños, adultos, ancianos, habían cubierto toda la ciudadela. Conforme la gente fue conociendo la dimensión de la tragedia, su solidaridad creció. Tanto que cerca del mediodía, “la fila llegaba hasta la avenida principal de la vía a la Costa. Era una cosa enorme. Tan enorme, que solo ese día pudimos mandar cerca de 25 camiones y volquetas a San Vicente, Bahía de Caraquez y Canoa”.
Ese mismo día, Karla trasladó su trabajo de “hormiga obrera” hasta Manabí. La tierra de donde es oriunda su madre, quien al momento de la tragedia se encontraba en el cantón Sucre. “Organicé todo acá y decidí viajar. En ese momento nos encargamos de entregarle todo en las oficinas del Cuerpo de Bomberos; hoy, ya hemos constituido un centro de acopio de nosotros en San Vicente. Desde ahí, operamos con la distribución de todo lo que recibimos”.
Con su piel tostada por el sol. A veces, lánguida del hambre, dirige a los voluntarios que cada día llegan a Terranostra para cargar, seleccionar, empacar y embarcar los víveres, agua, medicinas, cofres mortuorios, camas, colchones, toldos, carpas, cocinas; y, demás cosas que le envía la ciudadanía. Su iniciativa, dice, surgió con el apoyo de su prima Belén Bonnard Andrade (nieta del arquero Alfredo Bonnard Jara); y su amiga Daniela Holguín. “Fui  una ciudadana que quiso ayudar a la gente que estaba sufriendo… Solo eso. Ningún otro tipo de interés tengo con mi acción. Esto se trata de sumar voluntades. El que critica, y no hace nada, resta, y mucho”, comenta, mientras una y otra vez corta las llamadas que entran a su teléfono, el que no dejar de sonar. Es más, para que nos pueda atender tuvimos que esperar más de hora y media; y, es comprensible, las exigencias de las que precisa su labor le absorben su tiempo en estos días.
Pero qué experiencia tiene, para que, al menos hasta el momento, su labor sea resaltada por la ciudadanía, por los damnificados. Para que se haya ganado la confianza de extranjeros, de migrantes y de demás personas, Karla cuenta en tono sencillo: “Soy abogada. He trabajado toda la vida en Derechos Humanos. Y la asistencia humanitaria siempre ha sido parte de mí día a día. De hecho, soy la directora ejecutiva de una organización que se llama Kahre.org. Somos un colectivo. No hemos podido convertirnos en una ONG, porque, por obvias razones, es medio complejo ahorita conformar organizaciones no gubernamentales en Ecuador”.
No es la primera vez que Karla Morales tiene una iniciativa como la de ahora. Y califica de “desafortunado” el que la primera vez que le toca hacer algo de tanta magnitud, sea su país el golpeado. “He trabajado más internacionalmente. Porque Ecuador no era un país que sufriera catástrofes de esta magnitud. Pero hoy me encanta la repercusión que ha tenido esta iniciativa”, comenta. Y, dentro del pesar que ha generado en ella la tragedia que cambió la vida de miles el sábado 16 de abril, sus ojos brillan por la emoción de saber que en este momento cuenta con muchos amigos de otros países que le han prestado su contingente, que le han hecho donaciones, como la Patrulla Aérea Colombiana, que está en el Ecuador con un hospital que tiene capacidad para asistir a 2.500 personas; o Médicos Sin Fronteras, que llegaron de Perú; de gente que viene de Estados Unidos para dar asistencia social a los damnificados. Todos amigos que ha hecho en su corta, pero fructífera trayectoria al servicio del prójimo.
En los equipos de asistencia que coordina hay profesionales de todas las especialidades. Esta semana llegarán al país amigos abogados, de Puerto Rico, expertos en Derechos Humanos, que comenzarán a dar asistencia a quienes precisan de esos servicios. Además, desde el último sábado, en su cuenta publicó un tuit en el que, a nombre de la organización Kahre.org, solicitan el apoyo de profesionales como Ingenieros Civiles, Ingenieros Agrónomos y Abogados. “El proceso de recuperación es largo y tiene varias fases, si tu profesión es alguna de estas ¡te estamos buscando!”, escribió en el mensaje que tuvo eco inmediato en la sociedad.
La intención, cuenta Karla, es dar todo tipo de asistencia. Por ejemplo, una de los detalles valiosos de la Patrulla Aérea Colombiana, es que tienen una unidad dentro del grupo que se enfoca en la cuestión de género en situaciones de riesgo. “Tratan el tema desde la especialidad –dice-; o sea, se sabe que las mujeres necesitan una atención diferenciada de los varones, porque usamos el baño de otra manera. Nos embarazamos. Usamos toallas sanitarias. Significa que necesitamos un grado de privacidad en el marco del desastre. Los hombres pueden hacer sus necesidades en cualquier parte. Una mujer necesita de privacidad, incluso para prevenir acciones violentas, porque dentro de las víctimas hay todo tipo de personas…”.
La situación de los niños víctimas del terremoto también es un tema que conmueve las membranas más íntimas del corazón de Karla. Se han contactado con el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) para conocer las acciones a tomar; y les dieron a conocer que les reporten los casos de niños que estén huérfanos o que sin algún familiar. “Nos dieron las personas de contacto donde podemos reportar. Y creo que es lo correcto. La institución competente y especializada en tema de niñez debe tomar la batuta. Nosotros somos un colectivo, un grupo de voluntarios. Yo estoy capacitada, pero las 500 personas que vienen a diario no. No los conocemos. Solo ponemos el hombro para levantar al Ecuador”, dice.
La mayor esperanza de Karla es que “Ecuador Resista”, porque se necesitará mucho tiempo levantar las zonas afectadas. “Espero que la solidaridad se mantenga”, dice. Ante la eventualidad de que el porcentaje de donaciones disminuya con el paso de los días, de que, quizás, la gente pierda el entusiasmo, esta voluntaria cuenta que han tenido la precaución de ir reuniendo fondos de personas que han comenzado a hacer sus donaciones desde afuera, incluso. Hemos pedido ahora unos filtros de agua. Porque sé que se reducirán las donaciones, queremos llevar tanqueros; y, que esa agua puede ser consumida con esos filtros.
Esta labor es una suma de voluntades que a rato ha encontrado tropiezos; y que, sin razón alguna, incluso ha despertado críticas de seguidores del Gobierno Nacional. Al principio eran leves, pero con el paso de los días ha habido cierta agresividad de determinados partidarios, que incluso ya le han dedicado críticas fuertes en redes sociales. Sobre todo, en el momento en que ella puso en evidencia el caso de  109 familias, que fueron halladas en una montaña, en las afuera de San Vicente. En el corto video de 1m29s, mientras su voz se quiebra, cuenta que “…19 niños duermen, uno encima del otro…”. Contrario a la ira despertada en gente seguidora de Alianza PAIS, la ciudadanía civil le dio ánimo; entidades como el Municipio de Guayaquil, con su alcalde Jaime Nebot a la cabeza, dispuso el envío inmediato de 109 kits; y, durante la tarde del viernes y el día sábado, sigue llegando gente a los centros de acopio, que entregan sus donaciones, pero “encarecidamente” piden que sea para los “19 niños de la montaña”.


"Les dije que mucha gente ya había empezado a enviarlos a mi nombre. Que yo no tenía problema que se coordinara en recibirlos con las autoridades para distribuirlos, pero que no me cobren impuestos. Me dijeron que no. Ahora tengo autoridades de otras instituciones, que me dicen que no me preocupe, que eso no va a pasar. En caso de que así sea estamos dispuestos a hacer vaca, como decimos, para cubrir los gastos de los impuestos…"
Karla Morales


También se ha hablado de que Karla, como persona natural, tiene la obligación de pagar impuesto por todas las aportaciones que recibe desde el exterior. “No es que quiero justificar y que luego vayan a decir: ‘Ah, no dice las cosas de frente’. Pero sí quiero decir que, ante la emergencia; ante la cantidad de apoyo; ante la urgencia, todos somos humanos, que tengamos investiduras diferentes, la una es abogada el otro es Presidente. Sé que todos queremos ayudar. Estoy consciente de eso. Todos buscamos la mejor manera y que en el marco de eso, podemos cometer errores. Hemos hecho la solicitud de filtros de agua. Los migrantes nos han estado apoyando enormemente, nos van a hacer llegar los filtros. Como yo hice la convocatoria en Twitter me pareció responsable decir que yo iba a recibir los filtros. Propuse que me los enviaran, que yo los retiraba para hacerlos llegar a los centros de acopio. Senae (Servicio Nacional de Aduana del Ecuador) me dijo que estaban liberados de impuesto. Pero que debían llegar consignados a la Senae y dirigidos a la Secretaría de Riesgos. Les dije que mucha gente ya había empezado a enviarlos a mi nombre. Que yo no tenía problema que se coordinara en recibirlos con las autoridades para distribuirlos, pero que no me cobren impuestos. Me dijeron que no. Ahora tengo autoridades de otras instituciones, que me dicen que  no me preocupe, que eso no va a pasar. En caso de que así sea estamos dispuestos  a hacer vaca, como decimos, para cubrir los gastos de los impuestos…”.
En torno a la reconstrucción de las zonas afectadas, Kahre.org con Karla Morales a la cabeza, aspiran poder reunir un fondo para, cuando empiecen a levantar viviendas en las zonas devastadas. “Queremos reunir un fondo porque sabemos que llegará el momento en que debemos volver a parar las casas. Entonces  necesitaremos dinero para ese proceso; sobre todo, para pagarle sueldos a la misma gente que quedó afectada, que reconstruya su propia vivienda. Queremos contar con ingenieros civiles capacitados, como personal de apoyo. Ojalá y toda la gente pueda volver a empezar con sus negocios: hoteles, tiendas, restaurantes”, anhela, con la ilusión de una joven emprendedora, que, asegura, quiere ver a su Manabí una vez más de pie, emprendedora, laboriosa, como siempre se ha caracterizado a esa provincia de la Patria, que resultó ser la más afectado con el terremoto que se sintió en todo el país.
Cuando se le consulta sobre las herramientas que se usarán para dar apoyo a tanta gente que está muy  endeudada, como hoteleros, comerciantes, dueños de negocios, etcétera, quienes, según testimonios, han contado que tenían obligaciones que cumplir con la banca privada y pública, dice que todo ese proceso también es parte de la siguiente etapa. “En Kahre, la organización que tengo, además de dar asistencia humanitaria en materia de educación, vivienda, acceso al agua, saneamiento, lo que también brindamos son servicios legales, donde pagas lo mínimo y tienes un equipo de profesionales, abogados que apoyarán gratuitamente en esa gestión. Porque, por ejemplo, mucha gente no sabe que las casas o edificaciones, levantadas con préstamos hipotecarios, tienen un seguro de desgravamen, en caso de tragedias naturales. Entonces creo que, con una asesoría oportuna y correcta, podemos ayudarlos a renegociar y a resolver todo, antes de volver a empezar; y, estoy segura que las autoridades van a ser lo suficientemente comprensivas con aquellas personas que mantienen deudas con la empresa pública, como lo es el Banco de Fomento, por ejemplo".
Karla comienza a hablar de la reconstrucción, mientras en su memoria está latente todavía el tétrico recuerdo del panorama desolador que encontró cuando llegó a lo que era el pequeño y colorido pueblo de Canoa. “Es una de las experiencias más dolorosas que he tenido en mi vida”, dice, mientras baja la mirada la piso, como sacando fuerzas de su interior para no llorar. “Trabajé en la desmovilización en Colombia, que fue dolorosa, pero es distinto cuando es tu pueblo. Sé que en Derechos Humanos tenemos que verlos a todos igual, y lo hacemos, pero es tu pueblo, es tu gente; y eso duele más. Y se me partió el alma, aquel domingo 17 de abril, cuando llegué a Canoa, al menos 20 horas después de la tragedia, y que me digan: ‘Ustedes son los primeros que nos traen ayuda’. Y saber que nuestra idea era ir a respaldar el trabajo de las autoridades. Pero escuchar que te digan: ‘Usted es la primera que llega’, y solo les fuimos a repartir agua. Es bastante doloroso. Solo había ido la alcaldesa de San Vicente, pero tampoco tenía autoridades de apoyo. Nadie estaba preparado con el personal para un terremoto porque no te lo esperas, aunque tengas un evento leve…”, lamenta la joven voluntaria.
Los pueblos pequeños, como Canoa y más de 30 localidades, han sido los sitios de enfoque del grupo que maneja Karla. A Portoviejo, Manta y Pedernales enviaron contenedores, pero no se concentraron ahí porque en esos sitios había más autoridades de planta; y “no queremos entorpecer el trabajo, ni desperdiciar recurso humano. Que las autoridades que están ahí abastezcan. En la medida que tengamos que dar apoyo les vamos a dar. Lo que hemos estado haciendo en estos días es priorizar las zonas donde no habían recibido ayuda. Llegamos a sitios recónditos de la provincia de Manabí. Mandamos camiones, pero sabemos que eso solo alcanza para media tarde. Por eso, tenemos que seguir motivando a la gente. Porque la recuperación no tomará una semana o un mes. Esto será de años”, sostiene optimista.
Cuando llega el momento de hacerle un llamado a la gente, a través, de estas líneas, Karla prefiere usar la palabra resistencia, no aguante. “Creo que más que un tema de aguante, porque es demasiado carga de problemas, para mí es un tema de resistencia, pero más que eso esto es de esperanza canalizada. Si todos trabajamos de forma ordenada. Si todos somos soporte, salimos… Como las bases de una casa. Creo que es momento de todos ser base. Es lo que nos toca hacer ahora. Lo que le diría a la gente es seamos canasta. No solo para cargarla y llenarla, sino para ponérnosla en la espalda y que otro trepe… Es el momento de abrir la refri, la alacena, el closet y decir: esta blusa no me la pongo tanto, creo que puedo darla… Si la puedo compartir, hacerlo. No necesariamente dar la que ya tiene huecos”, dice motivada.

En torno al aporte internacional o la solidaridad de países hermanos, es enfática en decir, que es algo en lo que, por el momento, no concentra su atención. “Para mí más importante ha sido que la gente tome agua, a que si Barak Obama (Presidente de Estados Unidos) y Rafael Correa (Presidente del Ecuador) se hablaron por teléfono para solidarizarse. Creo que es más importante fiscalizar las zonas donde la gente necesita ayuda, que fiscalizar las relaciones políticas internacionales”, expresa con una tranquilidad que la caracteriza.
Si ha sido suficiente, o no, la colaboración de los estados que han llegado al Ecuador, ella no cree que los países hayan ejecutado acciones insuficientes. “Lo que creo es que tenemos que ser conscientes de que la situación requiere una demanda alta. Cualquier cosa va a sonar a poco, pero no es poco, sino que la tragedia es grande. Cuando me dicen no, no traigas, filtros por unidad, tráelos por familia, les dije a las autoridades: ‘Hay gente que murió y quedó incompleta’. Le vamos a llamar familia a los dos que sobreviven, por supuesto. Pero no podemos entregar un filtro porque las familias son de cinco, no. Hay familias de uno, ahorita”.
Considera que Ecuador, debe ser consciente; y aceptar, desde las autoridades y la sociedad civil, que no podremos solos, que el país necesita ayuda. Para eso, es preciso estar muy unidos, insiste; y si hay que pedir ayuda, hay que hacerlo. Pedir ayuda, para ella, no es indigno. Al contrario, es oportuno, es prudente, es urgente para volvernos a levantar… “Es hora de quitarnos las camisetas. Si soy de Emelec, si soy de Barcelona; si soy de Correa, si soy de Nebot, o de no sé quién. Si hay que vestir a alguien, hay que vestirlo, con la camiseta que sea”.
Hasta cuándo seguirán, es una pregunta de contesta al instante, con un: “De manera indefinida, permanente… Creo que si nosotros aflojamos, esto se desbarata; mientras miles nos necesitan. No por soberbia de que somos los únicos, sino porque hemos ganado un grado de credibilidad entre la sociedad civil; y hemos logrado unir, frente a un montón de diferencias; y hacer un trabajo de equipo. Porque estamos trabajando en coordinación con las autoridades. En San Vicente, estamos trabajando con la Alcaldía; en Bahía, estamos trabajando con el ministro de Ambiente; en Jama, lo hacemos con el Alcalde. Estamos trabajando en equipo. Sí hay personas de las mismas instituciones públicas que no nos ayudan mucho, pero son errores humanos, no son institucionales. Son cosas que se pueden corregir; y si nos mantenemos en equipo podemos llegar mucho más lejos, que si nos empezamos a dividir…”.
Cuando llega el momento de preguntarle, qué siente ante ciertos comentarios hasta ofensivos, emitidos con la intención de lesionar la labor que vienen haciendo dice: “La reacción humana normal, es cabreada”, y se sonríe. Los ha tomado de manera pacífica, porque no es momento de peleas; es más, ha respondido, no directamente, sí diplomáticamente. “Que de mi escriban y digan lo que quieran. Si a Jesús lo crucificaron ¿quién soy yo para creerme intocable? Aquí está mi otra mejilla”, tuiteó este sábado, después de conocer las críticas que le habían hecho ayer, tras la publicación el video de los “19 niños de la montaña”. “La reacción prudente y racional, es decir: Bueno, no vamos a pelear. No es momento. Solucionemos. Si esta puerta se cierra, quizás esta ventana se abre. Por ejemplo, si mi amigo del Senae no me puede ayudar; el del Ministerio de Defensa, quizás, que pega la llamada y hace entrar en razón a la gente. Porque producto de la desesperación de organizar y canalizar cometemos errores todos los que estamos en esto”, comenta satisfecha por el apoyo que le han dado las Fuerzas Armadas, los ministerios de Agricultura, de Salud, de Inclusión Económica y Social; la Cancillería, el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador; en fin, todas las entidades públicas de las que ha necesitado en determinado momento. “Si uno se equivoca, hay cinco que me asisten”, asegura.


"Me siento comprometida. Porque que alguien que no te conoce te tenga fe, independientemente de a quién no, me compromete… Por ningún motivo me bajo de esta camioneta, si hay gente que está creyendo en mí. Que, incluso, me está dando su dinero. Diez, veinte dólares. Es dinero que sudaron y trabajaron… No tengo otra opción que ser coherente con ellos…"


Y ese apoyo, es el que traslada en cada acción a favor de los damnificados del terremoto. “Me siento comprometida. Porque que alguien que no te conoce te tenga fe, independientemente de a quién no, me compromete… Por ningún motivo me bajo de esta camioneta, si hay gente que está creyendo en mí. Que, incluso, me está dando su dinero. Diez, veinte dólares. Es dinero que sudaron y trabajaron… No tengo otra opción que ser coherente con ellos, coherente conmigo misma; y, asumir que esto se desbordó o que se me fue de las manos, de la mejor manera; y que por eso me debe tener aquí de cabeza. Tan de cabeza que yo estoy aquí y mi esposo (Ezequiel Castro Schulz) está en Manabí. Él es bombero voluntario y está coordinando la labor solidaria allá. “Lo hemos nombrado Director de Operaciones in situ”, bromea. Pero él no es el único apoyo de Karla. También están sus hermanos Gloria María, Martha María, Carlos Andrés; está su madre, Martha Rosales Cedeño, quien apoya en el lugar de la tragedia; está su prima Belén Bonnard, que es quien coordina todo en el colegio Naciones Unidas, del sector de Samborondón, con Celia Andrade Meza; está su padre, el periodista Carlos Víctor Morales, gestor de importantes contactos a nivel nacional e internacional; y, ahora también se ha sumado su tío Jorge Andrade Rosales, conocido fisioterapeuta del fútbol ecuatoriano, que está en Manabí asistiendo a personas con golpes y fracturas.
Está trabajando en familia a favor de los damnificados, pero hay quienes señalan que su labor solidaria, de la joven que además hizo pasantías en la Organización de Estados Americanos (Washington), es solo pura “politiquería”. “Las críticas me las están dando, pero me tienen sin cuidado. De hecho yo escribo para Diario El País y mis artículos siempre han cuestionado las políticas públicas del actual Gobierno… Pero si yo lo veo al Presidente ahora; y tengo que poner el hombro para ayudarlo a solucionar un problema, claro que lo voy a hacer; si lo hace Mauricio Rodas, lo voy a hacer; si lo hace Jaime Nebot, lo voy a hacer. La prioridad hoy y ahora es la víctima. Es el afectado. No con quien me siento al lado. Y si me atacan, bueno, a Jesús lo condenaron y lo crucificaron; ¿Quién es Karla Morales para que no la critiquen?, ¿Quién es Karla Morales para que, cualquier persona, no pueda criticarla, si es su deseo..? Mientras ellos critican, yo soy feliz, muy feliz desde la zona de desastre, saciando la sed y el hambre de nuestros hermanos que hoy están sufriendo. Y abrazando corazones de seres, que otros ni siquiera conocen. Eso me nutre, me llena, me vuelve más humana…"

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Lo que el Estado entorpeció, las redes sociales solucionaron

Inmediatamente después del terremoto de 7,8 grados ocurrido en Ecuador, las redes sociales se convirtieron en la única fuente de información y comunicación para los ecuatorianos. A minutos de haber ocurrido el sismo, los servicios de telefonía sufrieron un silencio inesperado lo que despertó la curiosidad sobre la magnitud de la tragedia.
Tanto las autoridades como los medios de comunicación tardaron en emitir información preliminar sobre el terremoto lo que motivó a la ciudadanía a moverse en plataformas como Twitter, Facebook y Whatsapp.
Uno de los principales interrogantes era el paradero de las personas que se encontraban en el sitio de la tragedia y que no se habían comunicado con sus familiares y amigos.
La etiqueta #DesaparecidosEc empezó a utilizarse por los ciudadanos como herramienta para buscar a sus personas de las cuales no se tenía información.
Hasta el momento, más de 1.000 tuits fueron enviados con fotos y descripciones de los desaparecidos llegando a una audiencia de más de 3 millones de personas con 6 millones de impresiones.
Es decir, el hashtag ayudó a que los rostros de los desaparecidos sean vistos  por millones de personas.
Un ejemplo del buen resultado que dio esta iniciativa es el caso de Mike Fitzpatrick, canadiense, quien a través de las redes sociales, pudo localizar a su padre horas después del sismo. “He tenido demasiados contactos profundos con individuos desinteresados, gente que tropezó con el  dos horas después de que sobrevivió a una caída de tres pisos del edificio en el  que estaba. La doctora que lo atendió vio su foto a través de un amigo en común y pudimos hablar con mi padre”.  

De igual manera, la etiqueta #EncontradosEC, fue clave para informar los resultados de la búsqueda de sobrevivientes. Aproximadamente se han enviado 1.352 tuits con 3 millones de impresiones.  

Las cifras varían constantemente, pero los ciudadanos se encargan de aclarar a otros sobre la búsqueda.
Aquí un enlace de storify para revisar, realizado por la cuenta @TerremotoEc

Servicios
Durante la emergencia, varios ciudadanos denunciaron a través de las redes sociales la falta de recursos y materiales para los heridos en la emergencia.
En este sentido, la cuenta de twitter @shababaty creó  los hashtags #SeNecesitaEC y #SeOfreceEC, cuyo objetivo fue ayudar con la difusión de las necesidades en la zona del desastre.
Así, el primer tuit con la etiqueta se realizó el 18 de abril a las 10: 38 de la mañana y de manera inmediata tuvo una repercusión en la red social.
“La idea detrás de los HT's fue crear una manera sencilla para que los ciudadanos vía redes sociales informen sobre lo que hacía falta o lo que se necesitaba”, dice @shababaty.
De igual manera, la iniciativa sirvió para orientar a los voluntarios sobre los lugares que necesitaban ayuda urgente.
Un ejemplo de la efectividad de que los ciudadanos puedan interactuar de manera organizada durante la crisis fue el tuit enviado el 22 de abril a las 17:00 en el que se pedía a través del HT #SeNecesitaEC un “Camión Grande para transportar kits para armar viviendas para albergues”.

La respuesta fue inmediata y en 30 minutos este requerimiento ya había sido atendido por la misma ciudadanía.

Según la métrica de resultados, 1481 tuits fueron subidos con la etiqueta #SeOfreceEc y  1.487 a #SenecesitaEC, llegando a más de 7 millones de impresiones.


Además, la etiqueta #EmpresaSolidariaEC fue creada para visibilizar el aporte de la empresa privada durante esta emergencia.
 
Definitivamente, la propuesta ciudadana en redes sociales surgió como respuesta a la falta de información de las autoridades durante esta crisis.  
Durante la semana pasada, las cuentas de gobierno han tenido que hacer usos de los hashtags creados para poder canalizar su información.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por controlar la situación, es claro que las acciones realizadas por las instituciones públicas no son suficientes.  
Hoy más que nunca los ciudadanos han demostrado que en el Ecuador las redes sociales se han convertido en el canal donde se rompen las censuras y nacen las iniciativas exitosas.

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Así era la vida en Pedernales, el epicentro del dolor

Miguel Moreira Cedeño, Especial para PLANV
Viví dos años, por mi empleo como funcionario público y docente universitario, en Pedernales. Soy de El Carmen, cantón manabita ubicado a 90 kilómetros y a una hora de distancia del balneario. Recuerdo cómo era un sábado por la noche en Pedernales. Los turistas que llegaban de la Sierra, en especial de Quito, salían hacia el malecón. La farra se concentraba en la playa, pues junto al malecón se levantan cabañas en donde se podía tomar un cóctel o una cerveza y bailar, como en todas nuestras poblaciones costeras.
Desde las 18:00 los turistas empiezan a salir hacia la playa y se preparan para una noche de diversión. Puede decirse que había pocas discotecas en Pedernales: la farra realmente se concentraba en el malecón, al aire libre y junto al mar.
Al atardecer, cuando los turistas se detenían a contemplar como el sol se ponía en el horizonte, teñiendo de rojo las aguas del Pacífico, las luces del Malecón y de las cabañas de la playa y la música en los altoparlantes, empezaban a encenderse.
Los principales restaurantes estaban en el Malecón, como El Costeñito, Las Cabañas -en donde alguna vez comió Rafael Correa-, Villamartín, entre otros. Eran amplios comedores con mesas y ventiladores en los techos. Los meseros llevaban cartas con fotos de los platos a las mesas, y el trajín del servicio de la cena empezaba a sentirse.
Los principales hoteles se encontraban tanto en el malecón cuanto en el centro, cerca del parque central. La población vivía del turismo. En la entrada del malecón, la torre del hotel Royal con capacidad para 98 turistas, de color amarillo, y de cinco pisos, se veía claramente.  El hotel, que era uno de los más caros de Pedernales, tenía una tranquila piscina y un jacuzzi.

Muchas casas cayeron sobre sus bases y las plantas altas quedaron sobre las calles. 

Por lo menos seis retroexcavadoras remueven los escombros en varias manzanas de Pedernales. 

La destrucción en las calles de Pedernales es evidente: enseres de los pobladores son rescatados con dificultad. 
A pocas cuadras del Malecón se encontraba el parque central. En torno a la plaza, el Municipio, una Iglesia católica, algunos hoteles más y dos farmacias.
Las casas del pueblo, en su mayoría, eran de hormigón armado, con portales sostenidos por pilares y su altura promedio era de tres pisos. La mayor parte de las casas tenían locales comerciales y en los pisos altos había viviendas.
La vida de Pedernales transcurria plácida junto al mar, con los locales y servicios que atendían a su población.  
Varias escuelas tenía la población: la Unidad Educativa Atahualpa, el Técnico Agropecuario Pedernales y una Unidad Educativa del Milenio construida por este Gobierno. No había en Pedernales un hospital, sino solamente un pequeño centro de salud del Ministerio de Salud, ubicado a dos cuadras del Municipio.
La población tenía varias farmacias, como Sana Sana y Económicas, dos agencias de bancos como el Pichincha y el Banco de Fomento, oficinas de una Cooperativa de Ahorro, edificios de departamentos y un supermercado Tía. También tres gasolineras, pues era el punto de entrada hacia otros destinos de Manabí, como Canoa.
La noche del 16 de abril
Hasta que llegó el 16 de abril. Supongo que, con el paso del tiempo, la trágica fecha será recordada con el mismo dolor y espanto con que, muchos años después, los ecuatorianos conmemoramos el desastre de Ibarra del siglo XIX o el del Ambato en el siglo XX. 
Eran cerca de las 19:00, mucha gente había empezado a salir a comer y se preparaba para la noche de farra, que, generalmente, duraba hasta las 02:00 del día siguiente.
Fue en es momento que ocurrió el temblor: de pronto el suelo empezó a moverse y la gente se miró con espanto. Fue tan fuerte la sacudida, que muchas personas optaron por protegerse dentro de las edificaciones, debajo de los muebles. Otros, simplemente, salieron corriendo, bajaron las escaleras de rústica factura de sus casas, que tenían angostas salidas hacia la calle. Quienes estaban en la calle empezaron a correr, pero algunos fueron alcanzados por escombros que caían de las edificaciones que, en cuestión de segundos, empezaron a colapsar.
Los edificios adoptaron curiosas formas: como sino una mano gigantesca los exprimiera, se deformaron, y los pisos altos cayeron sobre los bajos, dejando las que eran las ventanas del segundo piso en plena calle.
El temblor se hizo eterno: y entre los gritos de horror de la gente, se podía escuchar el siniestro bramido de los vidrios que se rompían, de las columnas, los bloques y los ladrillos que se hacían pedazos como terrones de azucar, y espesas nubes de polvo blanco cubrían las calles.
Por medio de boquetes en las fachadas, es posible ver el interior de los dormitorios. 
Varias plantas de concreto cayeron sobre los ocupantes de por lo menos 22 hoteles destruidos. 
La luz se fue inmediatamente, como consecuencia de la destrucción de los postes eléctricos, que cayeron a la calle como serpientes, como si hubieran cobrado vida mientras soltaban chispas.
Aunque en Pedernales eso era frecuente: la luz se iba solo con simples con lloviznas. Era un pueblo acostumbrado a la oscuridad en las noches, y a dormirse arrullado por el ruido del mar.
La población tampoco tenía agua potable permanente, y el servicio era, con frecuencia, intermitente.
Por ello, la gente compraba tanqueros que traían del río Tachina, cercano al cantón. Cabe anotar que esta tampoco era agua potable, sino solamente tomada del río. 
Se podría decir que Pedernales también estaba acostumbrado a la sed, pero la desgracia produjo la falta total de agua potable.

Los heridos son atendidos en el estadio de Pedernales. Foto: Reuters
Mi retorno a Pedernales
Volví a Pedernales, recogiendo mis pasos, con ocasión de la tragedia. En la carretera que separa El Carmen de Pedernales, es posible ver todavía desplazamientos de tierra, y en la pista de concreto de la vía, una de las obras de esta administración, se ven algunas grietas.
En los últimos diez kilómetros antes de llegar a las ruinas del cantón, se podía ver desplazados deambulando sin rumbo. En sus rostros, aun perceptible el espanto de la noche del 16 de abril. Recordé esas escenas de las guerras europeas: gente caminando con el horror en la mirada y la incertidumbre en la pupila de los ojos. Al llegar al pueblo, esa impresión de irrealidad se volvió aún peor. Como si un implacable enemigo hubiera bombardeado el Ecuador, los que eran hoteles, bancos, edificios de departamentos, eran solo montones de ruinas. Por medio de las fachadas caídas y los boquetes en las paredes, se podían ver las camas colgando del abismo.
Muchos de los habitantes de Pedernales han dejado el pueblo. Los que tienen familias o amigos en los cantones vecinos como Santo Domingo o El Carmen han salido ya de ahí. Hay calles desoladas, como en un pueblo fantasma. Volví en busca del edificio donde había vivido los últimos dos años: aunque no se había desplomado, estaba cuarteado y había quedado inservible. Recordé que desde mi ventana podía ver el sol ponerse y belleza turística del lugar.

Edificaciones inservibles se pueden observar en toda la población. 

Muchos de los pobladores han optado por abandonar Pedernales con rumbo a los cantones vecinos. 
Quienes no tenían a dónde ir se han quedado cuidando las ruinas. Hay padres de familia que, con una silla rescatada de entre el amasijo de varillas y concreto de lo que fueron sus hogares, se han quedado custodiando sus escasas pertenencias. Tratan de salvar los electrodomésticos, los muebles, algo de ropa, los recuerdos familiares, los despojos de sus vidas que han quedado atrapados entre las montañas de escombros.
Aunque hay por lo menos cuatro refugios habilitados por el Gobierno, muchos no quieren ir ahí, por temor a las réplicas. Por eso, hay personas que se mantienen en los costados de las principales vías de entrada a la población, como son la que va a Cojimíes, la que conecta con Chamanga-Esmeraldas, la ruta a El Carmen y la vía a Jama.
Pude contar por lo menos seis retroextrocavadoras con sus enormes palas como garras, levantando los escombros informes. Dos máquinas estaban en el sector del parque central, otra en las ruinas del hotel Mr. John, que tenía cuatro pisos. Imposible saber cuántas vidas se han perdido en ese popular hotel. Lo mismo ocurrió con el hotel Royal: se había desplomado sobre sí mismo, y la loza de la terraza es lo único visible en el sitio.
Militares, policías, rescatistas con perros, voluntarios llegados de todo el país y extranjeros, y más que todo, los familiares de aquellos a los que los segundos que diferenciaron quién vivía y quién no, siguen escarbando entre el concreto, sacando con sus manos los pedazos de cemento. Para algunos, la forma en la que se usaron las retroexcavadoras habría producido más decesos. Esto será investigado por el Gobierno. 
Las operaciones de rescate se concentran en el Puesto de Mando Unificado, instalado en el estadio Maximino Puertas, donde también se han improvisado una morgue y un punto de atención prehospitalaria, que luego deriva los heridos a la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, ubicada a dos horas de Pedernales.

Militares se concentran en las instalaciones educativas del cantón Pedernales. 
Y, como es inevitable, me cuenta de la muerte de amigos y conocidos. Como Mónica Nazareno, quien era inspectora de la Unidad Educativa del Milenio, tenía un negocio de venta de CD y celulares, cerca de la Iglesia, y había muerto junto a su hijo. Otra amiga, quien vivía en una casa de madera frente al hotel Mr. Jhon, se había salvado gracias a la estructura de su vivienda. Pero la casa de concreto de su suegra simplemente se desplomó.
La presencia militar es grande: en la Unidad del Milenio están acampando los militares, así como enel Campus de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.  El edificio de la Unidad Educativa, sin embargo de ser nuevo, no pudo resistir el sismo y se lo ve resquebrajado.
Según el cálculo del municipio local, hasta un 60% de las casas y viviendas podrían haber sido afectadas de alguna forma y la destrucción de la infraestructura hotelera llegaría al 90%, hasta el momento se confirmaban 22 hoteles desplomados, la mayor parte de ellos perdió su primer piso, las columnas cedieron y el resto de las plantas se asentó encima.
El centro de acopio, (donde se estaba construyendo el nuevo Terminal Terrestre, inconcluso por falta de fondos), está receptando las donaciones que llegan desde diferentes puntos del país. La vida en Pedernales no volverá a ser la misma.

Terremoto: la tragedia de abril

Redacción Plan V
Víctor Hugo S. es médico patólogo quiteño y tiene (o tenía) un laboratorio médico en Pedernales, en el primer piso de un edificio de cuatro, cuyos dos primeros pisos desaparecieron, se hicieron pomada, dos minutos antes de las 7 de la noche del sábado 16 de abril del 2016.
El terremoto arrasó la ciudad y 12 horas después, luego de una noche de espanto, penurias, ruegos, susto y muerte, el amanecer mostró la magnitud de la tragedia en Pedernales, ciudad costera del norte de la provincia de Esmeraldas, a 90 kilómetros de Santo Domingo de los Tsáchilas: solo el edificio de la Municipalidad estaba en pie, y no había casa que no estuviera afectada. Algunas en escombros, otras cuarteadas, a punto de derrumbarse.

El doctor Sevilla, de 60 años, no estaba en su laboratorio, sino en Quito, visitando a su familia. El temblor en la capital fue sentido con un largo terror; unos 45 segundos dramáticos que obligó a muchos a abandonar sus casas y departamentos. A los pocos segundos, las redes sociales estallaron. Los asustados ecuatorianos buscaron información en la televisión nacional, pero no había nada. A esa hora y por dolorosos muchos minutos después, a esa hora había películas, programas de concurso… Fue la CNN en español y NTN24, dos cadenas extranjeras, las que dieron los primeros reportes.  Luego, en Quito, entraría la radio a suplir la falta de información. Pichincha Universal, con Washington Yépez, Radio Democracia con Gonzalo Rosero… fueron sumándose a una improvisada cadena informativa. La Secretaría de Riesgos demoró dos horas en dar sus primeros reportes en las redes, mientras su portal permanecía estático.
La Secretaría de Riesgos demoró dos horas en dar sus primeros reportes en las redes, mientras su portal permanecía estático.
Las redes sociales, a los pocos segundos, habían reventado. Pedidos de ayuda, fotos que parecían sacadas de otros terremotos. Los primeros datos llegaron de Guayaquil; la evacuación de hospitales, la muerte de una jovencita de 19 años en un centro comercial, la caída del puente a desnivel de la Avenida de Las Américas, arteria vital del puerto. Un vehículo aplastado, como lata de sardinas, un muerto, el rescate con dolorosas imágenes.
Mientras tanto, su alcalde, Jaime Nebot, en viaje a España, se puso en contacto con los ciudadanos a través de redes sociales y de ondas de radio. Trataría de viajar, pero estar 15 horas aislado en la cabina de un avión era un obstáculo impensable. Otro que intentaba viajar al Ecuador a esa hora era el presidente Rafael Correa. El terremoto lo sorprendió, a él y a una nutrida delegación, en Roma. En un periplo que pasó por Nueva York para hacer fomento turístico del Ecuador y luego a una invitación de El Vaticano a participar en una conferencia. Un viaje cuestionado de por la oposición dada la magnitud de la crisis económica en el país y el proyecto de imponer nuevos impuesto para financiar el gasto fiscal.
Correa emitió algunos trinos en Twitter que mostraban una cierta lejanía: ¡Ánimo país! Empezaba uno. Otro decía: fuerte sismo en Ecuador, que en otros país habría causado graves daños. Lo cierto es que le toco el vicepresidente Jorge Glas asumir el tema. Pasadas las nueve de la noche,  con una mala señal de video, cuya matriz fue el canal privado Ecuavisa, se presentó al Ecuador para ratificar lo que todo el mundo en redes ya sabía, e hizo un constante llamado a la calma y a la coordinación con las entidades oficiales y la fuerza pública. Anunció que 10 mil hombres uniformados irian a la zona más afectada. Lo propio hizo el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, quien anunció que los bomberos de la capital estaban bajando a la Costa ecuatoriana.  Luego de eso, una cadena de la Secom, con propaganda de Coca Codo Sinclair, indignó a muchos en las redes.
El arribo del avión presidencial al país, procedente de Europa, se anunció para las 18:30. La nave llegaría directamente al aeropuerto de Manta, cuyo pista está operativa, a pesar de los daños en los edificios del terminal.
Pasadas las 10:00, el presidente trinó desde el avión oficial que habrían fallecido por lo menos 233 personas en las provincias afectadas.
A las 12:00, desde Portoviejo, el vicepresidente Jorge Glas informó de 235 muertos y por lo menos 1557 heridos, y anunció su viaje hacia Pedernales, acompañado del ministro de Defensa, Ricardo Patiño. Los miembros del Gobierno viajarán en helicóptero, ante la destrucción de las carreteras en Manabí. A las 17: 25 se actualizó la cifra a 245 muertos y 2527 heridos.
El Gobierno declaró emergencia, según el decreto publicado por el Palacio de Gobierno, en las cinco provincias del litoral costero y en la de Santo Domingo, y dispuso al Ministerio de Finanzas el uso de todo recurso económico disponible, excepción hecha de los de salud y educación. El decreto, sin embargo, no incluyó la censura informativa ni la suspensión de garantías constitucionales, a diferencia del polémico decreto por la posible erupción del volcán Cotopaxi.

Pero la situación de la caja fiscal sería dramática. Según el economista Vicente Albornoz, el Gobierno tenía disponibles apenas "USD 112 millones a abril 8 de 2016, su nivel más bajo en al menos 10 años", por lo que se anunció la búsqueda de créditos en el exterior de por lo menos USD 300 millones.
El domingo 17 de abril el país amaneció con el peso de la tragedia. Diez vías principales, de nueve provincias, destruidas en parte y cerradas, entre ellas, las que conectan Quito con la Costa. Los motivos: mesas destruidas, puentes caidos, deslizamientos de montañas…
La movilización nacional se despertó también. Cerca de 15 mil hombres y mujeres, entre soldados y policías fueron trasladados al sitio. El Ministerio de Salud movió 240 médicos. El centro de operaciones fue Manta.
La Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) anunció el establecimiento de un puente aéreo desde el aeropuerto capitalino de Tababela hacia los aeropuertos de Esmeraldas y Manta. Aviones de transporte de la FAE y de la estatal TAME llevaban policías y bomberos hacia Manabí.
Desde Latacunga, se informó que por lo menos 100 militares de las fuerzas especiales del Ejército esperaban transporte aéreo en el Aeropuerto Cotopaxi de esas ciudad. Cerca de las 12:00, los paracaidistas, quienes viajaron con sus canes de rescate y salvamento, lograron ser embarcados en un avión de transporte tipo CASA de la Aviación del Ejército, según informaron las Fuerzas Armadas y la Dirección de Aviación Civil. Otro avión CASA transportó militares desde Shell, en Pastaza, hasta el aeropuerto de Esmeraldas.
Por lo menos siete personas gravemente heridas fueron trasladas en esos aviones de regreso hacia Quito, informó el canal Teleamazonas.
Ante el cierre de las vías hacia la Costa, desde la capital los equipos de rescate y de la prensa se movilizaron por medio de la vía Ibarra-San Lorenzo, y luego hacia el sur a las zonas afectadas. Esto significó que la ayuda desde Quito demorara por lo menos diez horas en llegar.
Horror en Manabí
Pero las ciudades más afectadas fueron las de Manabí. En el poblado de Pedernales, ubicado a 14 kilómetros del epicentro, se confirmó la destrucción de buena parte de las edificaciones del balneario. Hoteles, casas, restaurantes fueron demolidos por el sismo. Imágenes de total destrucción fueron mostradas por el canal Ecuavisa pasadas las 11:00. Testimonios en el sitio dan cuenta de la muerte de cientos de personas, entre ellos, turistas en los hoteles.
Con maquinaria pesada, eran visibles grupos de personas intentando excavar entre las edificaciones destruidas del centro del balneario. Según el alcalde Gabriel Alcívar, muchos de los hoteles del malecón se habrían desplomado y cientos de personas habrían fallecido entre sus ruinas. En las ruinas del hotel Royal, de cinco pisos, que se desplomó completamente, se busca a por lo menos 50 personas. Los cuerpos que son rescatados del sitio son trasladados al estadio de la población para los procedimientos de ley.
Lo mismo ocurrrió en Canoa, donde reportes de redes sociales informaron de por lo menos 30 muertos y de la destrucción de buena parte de la población. El ministro del Interior, José Serrano, confirmó el rescate de 15 cadáveres en el sitio.

Las vías de la provincia también fueron seriamente afectadas, pues el ECU911 de Portoviejo confirmó el cierre de las vías Flavio Alfaro-El Carmen, Jama-Pedernales, Suma-Pedernales, Portoviejo-Crucita, Pedernales-Manta, entre otras.
La cuenta de Twitter del ECU911 de Portoviejo recibía constantes pedidos de auxilio de habitantes de la provincia de Manabí y sus poblados cercanos.
En la capital provincial, Portoviejo, se confirmaron la destrucción del Hotel Cabrera, de la Dirección Provincial del IESS, del almacén El Gato y de varios edificios comerciales del centro de la ciudad, en donde se concentran la mayor cantidad de víctimas. Un albergue se improvisó en la pista del aeropuerto Reales Tamarindos.
La cárcel de El Rodeo de Portoviejo sufrió la destrucción de varias paredes y del muro perimetral, por lo que no menos de cien presos huyeron y la Policía intenta recapturarlos, dijo la ministra de Justicia, Ledy Zúñiga.
En Manta, hoteles como el Lun Fun y el Umiña resultaron destruidos, entre otros siete hoteles de la zona del malecón. En el hotel Miami murieron por lo menos cinco personas y han sido rescatadas 18 más con vida, por parte de 60 bomberos de varias ciudades del país. También sufrió graves daños el hospital del IESS en ese puerto, por lo que fue evacuado y tendría que ser demolido, informó Teleamazonas. Los alcaldes de ambas ciudades confirmaron grandes destrozos en ambas urbes, mientras que los medios de Manabí transmitían poca información en Twitter.
Desde Canoa, un ciudadano contó cómo su ciudad había quedado desolada y los hoteles se habían derrumbado. Otra señora dijo estar preocupada porque había perdido el contacto con sus familiares que iban en un bus Reina de Camino con destino a Manta. Otro hombre dejó su número telefónico para que sus parientes en Manta se comuniquen con él.
Un ciudadano narró que, después de hacer un recorrido, encontró entre cinco y seis hoteles derrumbados en la calle Tarqui, en Manta, y postes de luz en las calles. “Portoviejo ya no es la ciudad que usted conoció”, decía otro ciudadano al aire casi en llanto. Y un empresario hotelero entregó información sobre el derrumbe de decenas de hoteles en Manabí. “Es el único medio que está informando”.
En El Carmen se confirmó la muerte de seis personas y la caída de varias edificaciones.
En Calceta se reportó la destrucción del Municipio y de varios edificios del centro. También se produjeron daños en Rocafuerte, Flavio Alfaro, Tosagua y Chone.
En Bahía de Caraquez se reportaron destrozos en la ciudad y daños en la pista del aeropuerto Los Perales, que sirve a ese balneario. El nuevo puente que une la ciudad con San Vicente también presenta daños.
La Policía en la provincia informó de saqueos, que fueron confirmados por el vicepresidente Jorge Glas.
El sismo, que tuvo 156 réplicas hasta las 09:15 de hoy, no produjo un tsumani, por lo que el Inocar levantó la alerta al respecto. La replica más fuerte se sintió pasadas las 02:00 y fue sentida en toda la República.
La Fiscalía General del Estado envió también 45 fiscales y 17 médicos legistas hacia Manabí y anunció que los cadáveres que no puedan ser identificados serán enterrados en fosas comunes por motivos sanitarios.
Caos en Esmeraldas
Carla Garcés caminaba por el centro de la ciudad de Esmeraldas cuando sintió que la tierra temblaba. La esmeraldeña, de 23 años, se dirigía al Banco del Pichincha. Iba junto a su sobrina, de 16 años, cuando observó cómo desde un hotel caían pedazos de vidrio y pared. A su lado, las paredes de un edificio en construcción también cayeron. Todo esto ocurría sobre la avenida 9 de Octubre. Para protegerse, Carla se ubicó bajo la estructura de una Escuela del Milenio. Desde ahí fue testigo de cómo se desprendió la fachada del Banco y de la Mutualista Pichincha.


Esmeraldas es una de las provincias más afectadas por el terremoto. Lenin Lara, alcalde de la capital esmeraldeña, informó de una veintena de casas afectadas. Para las 09:00 se anunció por lo menos 85 edificaciones dañadas….
 


Esmeraldas es una de las provincias más afectadas por el terremoto. Lenin Lara, alcalde de la capital esmeraldeña, informó de una veintena de casas afectadas. Para las 09:00 se anunció por lo menos 85 edificaciones dañadas. La incertidumbre afectó a la población luego de que tras el sacudón, la luz se fuera en toda la ciudad. ¨Explotaron los transformadores de energía eléctrica y no había información. Una hora después una emisora de radio empezó a transmitir¨, recuerda Garcés. A través de la radio, se pudo conocer que en los balnearios de la Provincia Verde se evacuaba a los turistas. En Atacames, se denunció caos y saqueos precisamente. El edificio del aeropuerto local también sufrió severos daños, pero la pista está operativa. .
Mayra Martínez también fue testigo de lo ocurrido. Ella, de 30 años, se encontraba en uno de los barrios bajos de Esmeraldas, la Parada 7. ¨Estaba sentada en la puerta cuando sentí el sacudón. Se arrancaron cables, se cayeron paredes y no podía correr. Todo el mundo gritaba. Subimos a una plazoleta¨, explica la esmeraldeña. Luego del pánico, la gente volvió a su casa a buscar ropa y sábanas para pernoctar a la intemperie. Cientos de personas se apostaron en la loma del Coliseo.
Las redes sociales se convirtieron en la principal fuente de información. En ese sentido, uno de los médicos del Hospital Delfina Torres, en Esmeraldas, dio a conocer a través de Twitter que, a eso de las 00:00, la casa de salud estaba saturada de pacientes y la ciudad caotizada.
En Esmeraldas se encuentra la principal refinería de petróleo de Ecuador. Por motivos de precaución, Petroamazonas, empresa a cargo de la extracción petrolera, indicó que se suspendieron las actividades en dichas instalaciones.
Muisne es una de las zonas donde menos información se registra. En primera instancia se anunció que en la isla habría sido el epicentro del movimiento telúrico. Carla Garcés comenta que se enteró de la situación allí gracias a una publicación en Facebook. Uno de sus amigos informó que la isla se cuarteó y evacuaron a los pobladores. El testimonio coincide con los datos entregados por el alcalde de Muisne, Eduardo Proaño, quien la noche de este 16 de abril también indicó que 60 casas se habrían desplomado y las carreteras están destruidas. Ventajosamente, hasta las 11 de la noche, no se registraban víctimas mortales.
Un reporte del enviado especial de Ecuavisa a Muisne confirmó la evacuación de las dos islas pobladas de la zona y la destrucción de varias edificaciones.
El sismo que sacudió a los medios, se busca a los desaparecidos
Pasadas la 01:30, las transmisiones por la TV habían finalizado. Encontrar información constante en los canales nacionales fue imposible. En la prensa los reportes fueron intermitentes. Solo quedaron las redes sociales y una radio: Caravana.
La emisora guayaquileña fue la única que abrió sus micrófonos a afectados y familiares durante la madrugada. Los ecuatorianos en otras ciudades y fuera del país se engancharon a ella gracias a su transmisión por la aplicación Tunein. Los reportes y pedidos de ayuda no pararon. Voces de indignación sobre todo desde las ciudades más afectadas de la Costa fueron replicadas.
Por las redes, muchos ciudadanos replicaron los testimonios de quienes buscaron a sus seres querdos. El movimiento en Twitter fue intenso durante la noche de ayer y la madrugada de hoy. Los ecuatorianos, muchos desvelados, hicieron minga para encontrar información verificada. De Pedernales, el poblado más afectado por el terremoto de 7.8 grados, las imágenes y los testimonios circularon dispersos. En medio de la crisis y las comunicaciones afectadas por el terremoto, la radio volvió a ser la compañera de la tragedia. “Ayuda por favor”, “ayuda urgente”, fue el clamor.
Dos fallecidos en Guayaquil
Hasta la mañana de este 17 abril, los registros oficiales anunciaron el fallecimiento dos personas en Guayaquil, como consecuencia del terremoto. La capital de la provincia del Guayas es otra de las zonas en donde se registran múltiples daños en viviendas, infraestructura vial y centros comerciales.
Un hombre falleció, luego del colapso del paso a desnivel de la avenida de las Américas, en el norte de la urbe. Otra joven perdió la vida al caerle en la cabeza parte del techo del Village Plaza, centro comercial de Samborondón, localidad aledaña a Guayaquil. Según recogen varios medios de comunicación, hasta el hospital Luis Vernaza acudieron algunas personas que registraron problemas cardiacos.

Las imágenes de los daños en el Puerto Principal fueron de las primeras en viralizarse en las redes sociales. En el centro de la urbe, edificios como el de Parque Continental, Cóndor, del Registrador de la Propiedad y del Registro Civil registraron daños en la fachada. Luego del terremoto, la estrella de Guayaquil, ubicada en la avenida 9 de Octubre, se desplomó.
Twitter también fue el medio de comunicación utilizado por Jaime Nebot Saadi, alcalde de Guayaquil, para pronunciarse sobre la tragedia. El burgomaestre se encuentra en España y este 16 de abril escribió en su cuenta oficial: ¨Conmovido por la situación de Manabí donde se reporta incremento de víctimas y daños. Por el momento, estoy disponiendo se organice presencia de médicos con medicinas nuestras para ayudar. En el caso de Guayaquil réplicas con menos intensidad pueden ser normales. No asustarse ni perder la calma. Mantengámonos unidos y haciendo lo conveniente en estos casos. Nuestros equipos siguen trabajando. Seguiremos en contacto. Conseguí conexión para regresar de Europa. Dios mediante estaré con ustedes mañana¨.
La mañana de este domingo, Nebot se conectó nuevamente con los ciudadanos desde España. A través de las redes indicó que: ¨La solidaridad no es una opción, es una obligación. Hay hermanos en Manabí y Esmeraldas que están mucho peor que nosotros. He dispuesto que se formen equipos médicos para que con medicinas nuestras se trasladen a Manabí. Haré una convocatoria a los médicos privados apelando a su solidaridad. Gracias a Dios en la ciudad (Guayaquil) no se ha incrementado ni el número de muertos ni heridos. En obras públicas tenemos dos tipos de problemas que atender: casas con daños (leves, que se han derrumbado y que están en peligro de caer). En el tema túneles y pasos elevados quiero que la ciudadanía entienda que por su seguridad debemos mantener cerrado el menor tiempo posible. Se está haciendo un análisis técnico túnel por túnel y paso elevado por paso elevado para confirmar que no tengan problemas. Hemos pedido al Gobierno una inspección sobre el puente de la Unidad Nacional. Es muy importante aliviar la carga, circular lo menos posible. Sobre el paso elevado caído lo primero es sacar los escombros y rehabilitar el tránsito en la calzada. La Metrovía va a seguir prestando su servicio a la ciudadanía¨.
La Secretaría de Gestión de Riesgos informó que en Guayas el Servicio eléctrico fue restablecido en un 99%.
Los daños en Quito
Entre tanto, en Quito, el fuerte sismo provocó pánico en los residentes de edificios altos de la capital, que salieron a las calles poco después de producido el terremoto. Se conoció de tres casas colapsadas en el sur de Quito, en los barrios Ciudad Futura y Lucha de los Pobres, así como de daños en la iglesia de La Magdalena. Se registraron cortes de energía en varios barrios del norte, sur y valles de la ciudad. El Municipio suspendió un concierto en el Coliseo Rumiñahui y dispuso la evacuación de los afectados en el sur de la ciudad. Por lo menos 120 rescatistas y bomberos de Quito fueron enviados a ayudar en Manabí.
En Chimborazo se reportó una persona fallecida en Colta y daños en una casa en Riobamba.
La búsqueda de desaparecidos con la etiqueta #desaparecidosEC
Decenas de personas se han volcado a las redes sociales para pedir ayuda. Desde la tarde del 17 de abril la etiqueta #desaparecidosEC ha tomado fuerza en Twitter y las fotos de aquellos que no responden a las llamadas de sus familiares o amigos se propagan por esta red social.
“Ecuavisa este niño está desaparecido en Pedernales, se llama José David Eras. Ayúdenme a localizarlo por favor”, escribió Wadih Antón en Twitter. Sobre Pedernales, declarada zona de desastre tras el fuerte sismo, tratan la mayoría de los mensajes que buscan a sus habitantes o turistas que llegaron al concurrido balneario manabita. Incluso se buscan familias enteras como Anna Molly quien pedía ayuda para localizar a Jessica, Walter y Thais Zambrano.
Pamela Naranjo y Mikaela Taco Naranjo, de Quito y quienes estaban de paseo en Pedernales, también eran buscadas por su prima. O Ramón Zamora quien era buscado por sus familiares desde Lago Agrio. Ronnie Finn, familiar de la estadounidense Odette Finn, también pedía ayuda en Twitter para encontrarla.
Pero Pedernales no es la única ciudad que registra desaparecidos. Por Twitter familiares piden información del niño Oswaldo Muñoz y de los ciudadanos David Ruiz Herrera y Julissa Andrade en Manta; de Sebastián Real León en Canoa; de Nelson Sánchez y su bebé de 4 meses en Portoviejo; de Michelle y Lily Gallardo quienes viajaron a Ayampe o Esmeraldas; de Yira Andrade y a su bebé en Jama; de José Eduardo y Luis Antonio Pico Loor en Bahía…
“Mi tía Victoria Avellán Velásquez es buscada entre escombros en el colegio Mercedarias en Calceta, solo hay una máquina”, fue la historia que escribió Eli Avellán bajo la etiqueta #desaparecidosEC.
Algunos mensajes a las pocas horas de enviado encontraban respuesta.Tuiteros confirmaban que habían hallado a sus conocidos. Pero asimismo se anunciaban tragedias. Fue el caso de los cuatro niños Pincay Montesdeoca y su familia que no sobrevivieron al terremoto en el centro de Portoviejo. El trágico mensaje lo envió la usuaria Malena Jarrín.
A este esfuerzo colectivo ya se habían unido los gigantes de la internet. Anoche, Facebook lanzó safety check y Google el person finder, herramientas digitales que se activan para informar si una persona en un lugar de desastre se encuentra bien o buscar a desaparecidos en la zona de la catástrofe. Skype también anunció su servicio gratuito para las llamadas a líneas fijas y móviles en Ecuador durante los próximos días.
La ayuda nacional e internacional
Chile, Colombia, Perú, Estados Unidos, Venezuela, España entre otros países, anunciaron el envío de ayuda humanitaria y de equipos de salvamento que está previsto que arriben a la zona en las próximas horas. Los vuelos de ayuda de los países amigos se están dirigiendo al aeropuerto Eloy Alfaro de Manta. Los equipos cuentan con expertos en búsqueda en escombros y perros de rescate.
En varios puntos de Quito, entre tanto, se han organizado sitios de acopio de donaciones, en especial, en el parque de La Carolina (Cruz del Papa), los edificios del Patronato Municipal al norte, centro y sur de Quito, edificios del ministerio de Inclusión Social, Cámara de Comercio de Quito y en las parroquias de la Iglesia Católica.
Por medio de redes sociales, la gestión de ayuda se difunde con la etiqueta #EcuadorListoYSolidario. Por ejemplo, desde la noche del sábado, la activista Karla Morales emprendió la búsqueda de apoyo a través de Twitter. En su cuenta se comparten las imágenes de decenas de guayaquileños llevando vituallas y organizando las donaciones que la tarde de este domingo se trasladaron a Manabí. Son decenas de cajas y fundas que contienen víveres y artículos de primera necesidad.
Los puntos de acopio gestionados por los guayaquileños son las urbanizaciones Vista al Río (Samborondón), y Terranostra (Ceibos y en la vía a la costa). En caso de que no sea posible acercarse a estas locaciones, se dispuso de un contingente humano para retirar las donaciones donde fuera necesario. Pero la ayuda no se limita al Puerto Principal. Morales, directora de Kahre, habilitó la opción de paypal en la web de la organización que dirige para receptar donaciones monetarias que vengan del extranjero. En este enlace es posible realizar el apoyo.


También partió desde Quito un cargamento con 7 000 kilos de ayuda con destino a Manta para ser distribuidos. La Cruz del Papa, en el parque de La Carolina, es uno de los puntos de encuentro donde se reciben los aportes hasta donde llegan cientos de quiteños….
 


La tarde de este domingo también partió desde Quito un cargamento con 7 000 kilos de ayuda con destino a Manta para ser distribuidos. La Cruz del Papa, en el parque de La Carolina, es uno de los puntos de encuentro donde se reciben los aportes hasta donde llegan cientos de quiteños. También están disponibles las instalaciones del Patronato San José y la Tribuna del Sur.
La ciudadanía gestionó una cuenta de Twitter, @VoluntarioEc, donde se direccionan los mecanismos de apoyo. Además, se cuenta con la línea telefónica 1800 APOYAR. En la red se comparte una ficha de inscripción de voluntarios para gestión de desastres. La idea es organizar a la población para aprovechar todos los recursos disponibles.
En este momento, la prioridad en las donaciones son alimentos no perecibles, botellones de agua y bebidas hidratantes, carpas, frazadas, toldos, mosquiteros, ropa en buen estado y repelentes.
Los comentarios vertidos en redes coinciden en que esta es una oportunidad para que la sociedad trabaje en conjunto. Y eso se ha visto. En los videos publicados en la web, se observa a la sociedad civil ofreciendo apoyo a miembros de la Policía Nacional .
En internet se recomienda que los voluntarios no viajen a zonas afectadas por su cuenta, sino que se ajusten a los protocolos determinados por las autoridades.

El gobierno y la Asociación de Proveedores de Internet bloquean el acceso a páginas web

Ecuadrotransparente.org
El día de hoy Ecuador Transparente hace público un memorando de la empresa Telefónica (Movistar) donde describe que el día 28 de marzo de 2014, entre las 19H20 y las 19H53, sus usuarios reportaron que no podían acceder a las páginas de Google y Youtube. Los problemas  de accesibilidad fueron verificados por el personal de Telefónica, tras lo cual reportaron el incidente a su Centro de Operaciones de Red. Esto según infromación obtenida por el buzón de filtraciones Ecuador Transparente, en el que participan otros medios de comunicación como MilHojas.IS, PlanV y 4Pelagatos. Documento
Esa unidad, tras verificar por segunda vez el incidente, explicó que la falta de acceso  a  las páginas de Google y Youtube se debió a que el personal de la Asociación de Proveedores de Internet de Ecuador (AEPROVI) “bloqueó el acceso a ciertas páginas de internet bajo solicitud del gobierno nacional”.
AEPROVI, tras verificar la falta de acceso a varios clientes, revirtió el bloqueo mediante un rollback — es decir, la restauración de una base de datos previa.
¿Por qué esto es importante?
Las empresas que conforman AEPROVI, en conjunto, controlan más del 95% de los clientes y  del tráfico de internet que genera Ecuador. Esta información demuestra que el gobierno, mediante sus acuerdos con esta asociación, cuenta con la capacidad técnica de bloquear páginas web en todo el territorio nacional.
Además, el Estado está facultado legalmente para tener control directo e inmediato de los servicios de telecomunicaciones. El Artículo 8 de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones —que entró en vigor en febrero de 2015—, que trata sobre la prestación de servicios en Estado de Excepción, plantea:
“En caso de agresión; conflicto armado internacional o interno; grave conmoción interna, calamidad pública; o desastre natural o emergencia nacional, regional o local, cuando el Decreto Ejecutivo de Estado de Excepción que emita el Presidente o Presidenta de la República, involucre la necesidad de utilización de los servicios de telecomunicaciones, los prestadores que operen redes públicas de telecomunicaciones tienen la obligación de permitir el control directo e inmediato por parte del ente rector de la defensa nacional, de los servicios de telecomunicaciones en el área afectada. Dicho control cesará cuando se levante la declaratoria de Estado de  Excepción conforme lo previsto en el artículo 166 de la Constitución de la República del Ecuador y el Decreto de Estado de Excepción”. 
Finalmente, la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones no es un organismo independiente, sino que está adscrita al Ministerio de Telecomunicaciones y su directorio está conformado por tres delegados del presidente.
En conjunto, las capacidades legales y técnicas generan un riesgo de abuso por parte del Estado ecuatoriano, en ausencia de organismos independientes que garanticen transparencia y control.
¿Qué respuestas nos deben el gobierno ecuatoriano y  AEPROVI?
Las páginas web que han sido bloqueadas: Como explica el reporte, el bloqueo a Google y Youtube parece haberse dado como un efecto colateral al bloqueo de otras páginas web.
Aún más importante, cuántas veces ha pasado esto en el pasado y qué sitios web se han visto afectados.
Qué instituciones públicas pueden solicitar este tipo de bloqueos y cuáles ya lo han hecho.
Qué procedimiento siguen estas instituciones para realizar el bloqueo de sitios web, tanto legales, como administrativos y técnicos.
¿Es esta información verificable?
La información presentada en este documento es consistente con la presentación realizada por Marcelo   Rivadeneira   Fuentes,   oficial   de   seguridad   del   centro   de   respuesta   a  incidentes
informáticos – EcuCERT, sobre la gestión de su institución (la presentación está disponible en la página web de la Unión Internacional de Telecomunicaciones – UIT).
En dicha presentación, Rivadeneira indicó que entre enero y septiembre de 2014, EcuCERT, "en cooperación con la Corporación Nacional de Telecomunicaciones y proveedores de internet privados bloqueo dominios de red para evitar su funcionamiento" (p. 27).
EcuCERT es el Centro de Respuesta a Incidentes Informáticos de la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (ARCOTEL). Institución adscrita al Ministerio de Telecomunicaciones que, según su documentación, mantiene acuerdos de cooperación con AEPROVI.
Asimismo, la Superintendencia de Telecomunicaciones (hoy ARCOTEL), afirmó en su rendición de cuentas del año 2014 haber implementado “el bloqueo de dominios específicos de Internet” para combatir la piratería (p. 64).
Datos adicionales
Fecha del incidente

El incidente se presentó un día después de que el Presidente de la República, Rafael Correa,
anunciara que su cuenta de Twitter fue hackeada y el mismo día que se publicó información privada supuestamente perteneciente a Rommy Vallejo, Secretario Nacional de Inteligencia, en la plataforma blogspot.ca —blogspot es manejado por Google— (la publicación también contiene un video de YouTube).
Información técnica
Ecuador maneja dos copias de los servidores raíz de Internet  en  su  territorio.  La  copia  del  servidor F fue instalada en 2007 y la del servidor L en 2012, ambos son administrados por la Asociación Ecuatoriana  de  Proveedores de  Internet –  AEPROVI.
Para consultas DNS desde clientes de un proveedor participante de NAP.EC y para cualquier dominio, la 1ª consulta DNS no sale del Ecuador.
Para consultas DNS desde clientes de un proveedor participante de NAP.EC a servidores DNS de otro proveedor participante de NAP.EC, ningún paso de la consulta sale del Ecuador.
Actualmente, el 50% del tráfico de internet no sale del país gracias a estos mecanismos y a que muchos proveedores de contenido han localizado sus servicios en Ecuador.
Principios de Manila sobre responsabilidad de intermediarios
Los principios de manila sobre responsabilidad de intermediarios es un marco de referencia de garantías mínimas y buenas prácticas en el que se equilibren las necesidades de los gobiernos y de otros interesados, al tiempo que se protege la libertad de expresión y se crea un entorno propicio para la innovación.
Los intermediarios deben estar protegidos por ley de la responsabilidad por contenidos de terceros.
No puede requerirse la restricción de contenidos sin una orden de una autoridad judicial.
Las peticiones de restricción de contenidos deben ser claras, inequívocas, y respetar el debido proceso.
Las leyes, órdenes y prácticas de restricción de contenidos deben cumplir con los tests de necesidad y proporcionalidad.
Las leyes, políticas y prácticas de restricción de contenidos deben respetar el debido proceso.
Las leyes, políticas y prácticas de restricción de contenidos deben incluir transparencia y responsabilidad (rendición de cuentas).


El análisis
MilHojas.is
Opacidad y restricción de derechos humanos desde la esfera digital en Ecuador

Tras la revelación de que el Gobierno ecuatoriano ordenó el bloqueo a varias páginas de Internet en territorio nacional, a través de la Asociación de Empresas Proveedoras de Servicios de Internet (Aeprovi), se videncian dos cosas. En primera instancia, hay una falta de transparencia evidente. Lo que se logra con este tipo de acciones es pisotear la libertad de acceso a la información.
Resulta increíble que las empresas que proveen a los ciudadanos ecuatorianos el servicio de Internet tengan que obedecer a ojos cerrados órdenes del Gobierno Nacional para la censura sobre contenidos, a través de la conexión de Internet, y que no exista una alerta a los usuarios.
En segunda instancia, sobra decir que se vislumbra es una osada campaña gubernamental de censura para que los ciudadanos no puedan acceder a información libre a través del Internet. Es decir, con esta acción, los proveedores de Internet del Ecuador están negando un derecho humano a los ciudadanos al restringir el acceso a la información. Que el Estado les haya ordenado hacerlo no quita el hecho de que cometieron un acto de censura para preservar sus negocios. ¿Recuerda el 30S? Aquella vez, todos los diarios y canales de televisión fueron censurados, se restringió del acceso de los ciudadanos a información por fuera de la propaganda. Es decir, no es la primera vez que esto ocurre.
¿La pregunta es cómo debería funcionar la gobernanza del Internet en Ecuador? ¿Como un espacio que debe ser controlado por el Gobierno para manipular a los ciudadanos? ¿Un espacio supeditado a quienes lucran del servicio? ¿Un lugar en donde los ciudadanos se benefician de la información? Al parecer, solo el Gobierno tiene la palabra.

MilHojas.is

Ivonne Cazar, víctima del machismo y del ‘espíritu de cuerpo’ policial

CUENCA. Cuando recuerda a su amiga Ivonne del Rocío Cazar Ramírez, riobambeña, estudiante  de Derecho de la Universidad del Azuay, desaparecida desde el 1 de marzo de 1996,  Galo Cárdenas Rodas experimenta una mezcla de impotencia e indignación; y, a ratos,  por sus expresiones, parece como si se recriminara por qué aquella última noche que la vio no le insistió, a su compañera de lucha política estudiantil, que se retirara con él del sitio donde departían en la clausura de un seminario de Derecho Tributario.
“No sé si le hubiera salvado la vida. No lo sé…”, reniega. Se entristece. Sus ojos se  humedecen. Se afirma en su escritorio. Su mirada se pierde, como si retrocediera en el  tiempo. Como queriendo de vuelta a su amiga, cuyo nombre ha aparecido consecutivamente en redes sociales en los últimos años. Y que, desde el pasado 1 de marzo, se ha vuelto a plasmar en las páginas de la prensa nacional. También se lo escucha una vez más desde los micrófonos. La razón: desde Guayas, el último 22 de febrero, se generó un oficio, firmado por Paúl Ponce Quiroz, Fiscal Provincial⇒, en el que se indica: “…que en la audiencia de juzgamiento dentro de la causa penal (…) varios testigos habrían manifestado hechos que tendrían que ver con la desaparición de la  ciudadana Ivonne Cazar, acaecida en la ciudad de Cuenca años atrás y que al respecto (según los testimonios de las personas referidas) habría tenido participación el ciudadano Guillermo Andrés GómezJurado Astudillo (sic)”.
Imagen: la fotografía de Ivonne Cazar que aparece en el juicio de su desaparición y que circula en redes sociales.
La audiencia de juzgamiento  que refiere Ponce en su escrito, enviado al Fiscal  Provincial de Azuay, Rafael Martínez Andrade, se efectuó en diciembre en Guayaquil.
Ahí, GómezJurado Astudillo fue sentenciado a 22 años de prisión acusado de violar a una menor de 13 años, en agosto del 2010, cuando él laboraba como oficial de la Policía, en Guayaquil; y frecuentaba el cuartel ubicado en Luis Urdaneta y Boyacá, cercano al domicilio de su víctima, a la que había conocido desde los 11 años. Y quien, en sus declaraciones, dijo que en más de una ocasión el exuniformado la habría amenazado diciéndole que si lo denunciaba iba a terminar muerta y desaparecida como Ivonne Cazar, un nombre al principio desconocido para ella. Pero que, con el paso del tiempo, se enteró que se trataba de la estudiante universitaria.
Pero esa no es la única versión en contra del expolicía, quien ha apelado la sentencia y el próximo 18 de julio deberá acudir a otra audiencia por ese petitorio. También están los testimonios de otras víctimas y de sus madres, quienes conocen comentarios que han realizado varias de sus exconvivientes. Ellas habrían asegurado haber sido amenazadas de igual forma que lo hacía con la menor ultrajada en Guayaquil. Incluso, hay quienes aseguran que Guillermo actuó junto con un hermano, de nombre Diego (también oficial de policía en Azuay que estaba en funciones en el año 1996) y un amigo, para desaparecer el cuerpo de la universitaria, quien habría sido drogada, violada; y, como al parecer se les pasó la dosis no volvió a reaccionar. Después, su cadáver habría sido cremado. Aunque otros azuayos creen que el cuerpo pudo haber sido enterrado en algún sitio fuera de la ciudad. O lanzado al río Tomebamba, afluente que nace en una de las lagunas del Cajas; y desemboca en el Amazonas. Sitio que era bastante conocido por ambos exuniformados de la Policía Nacional.
Entre las páginas 118 y 123 del proceso, existe un informe dirigido al Comandante Provincial de Policía de Azuay de entonces, Édgar Villamarín Carrascal, que está firmado por el investigador Jorge Benítez Jaramillo (también policía). Ahí consta la versión de Víctor Granda López, que en 1996 era Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad del Azuay y amigo de Ivonne. Él indica que en esa institución habían recibido una llamada telefónica “de una señora que se ha negado a proporcionar su nombre y que ha manifestado ‘que la policía está directamente involucrada y que no se metieran porque les puede pasar algo y que esto lo sabía ella por fuentes confiables, además que César Jerves se ha acercado a GómezJurado (Diego) y le ha dicho que le ayude porque se le ha ido la mano… (sic)”.
Dentro del proceso, en el primer cuerpo, versiones y testimonios de amigos, familiares y conocidos de la universitaria hay varias frases que envuelven la desaparición de Ivonne en un manto de discriminación por su condición de mujer y porque se divertía a menudo. Por ejemplo, Diana Espinoza, compañera de estudios, indica que los primeros que callaron porque estaban más preocupados por no dañar el nombre de ella eran sus padres. “Tenían la esperanza de que volviera y no querían, por guardar y cuidar el honor de su hija, hacer escándalo alguno…”, cuenta.
Otra de las compañeras de Ivonne Cazar es crítica, incluso contra quien supuestamente era considerada como la mejor amiga de la riobambeña, y en su versión expresó: “…declaraciones que hace la señora Verónica Tama (cuñada de Diego GómezJurado Astudillo que entonces estaba casada con el actual ministro del Interior, José Serrano Salgado, quien era presidente de la Asociación Escuela de Derecho, de la cual Ivonne era la tesorera) sobre la personalidad que trata de darle a Ivonne Cazar le llama la atención a la declarante, pues como sostiene la mencionada señora, de haber sido Ivonne una persona que ha empezado ingerir mucho licor, (si fuese así) no hubiese podido ser la brillante estudiante que ha sido además que se desempeñaba en su trabajo perfectamente…(sic)”.


"No se puede decir que por la forma de vida que llevaba una mujer esta haya sufrido una agresión física, psicológica o sexual. Es un justificativo a la violencia que, por lo general, suele terminar en hechos de femicidio…"
César Duque, CEDHU


Ante esa adversidad, César Duque, asesor jurídico de la Comisión Ecuménica de los Derechos Humanos (CEDHU), advierte: “Cuando ocurre un hecho violento que acaba con la vida de una persona o termina en su desaparición, es un grave error querer hallar excusas o justificativos en asuntos íntimos de las víctimas. No se puede decir que por la forma de vida que llevaba una mujer esta haya sufrido una agresión física, psicológica o sexual. Es un justificativo a la violencia que, por lo general, suele terminar en hechos de femicidio”, expresa el experto.
Asegura que “el proceso judicial (sobre la desaparición de Ivonne Cazar) no arroja ningún resultado. Eso lo que demuestra es que en realidad fue difícil encontrar el cuerpo (si es que acaso fue asesinada) o no hubo una investigación efectiva para descubrir qué mismo sucedió con ella. El Estado ecuatoriano no ha cumplido con su obligación de esclarecer los hechos y hacer justicia a los familiares de la joven universitaria".
Con él coincide Diana Astudillo, de la fundación Taller de Bordado, que asiste a familias afectadas por crímenes por el femicidio en el Ecuador, y tiene su sede en Cuenca. Ella, que ha realizado estudios sobre la violencia contra la mujer, refiere: “(Ivonne Cazar) desapareció. Dejaron de buscarla. Dejaron de investigar… Hay mucho, mucho poder detrás de ese caso…”.
Galo Cárdenas respalda la versión de ambos y critica la intención de desprestigiarla. Recuerda que antes de su desaparición, Ivonne, quien era una de las estudiantes más sobresalientes de su facultad, había participado en la campaña de las elecciones al Consejo Universitario de ese centro de educación superior, porque “era excelente estudiante; además, siempre fue una persona de mucho respeto. Apreciada. Valorada".
Y esto fue justamente lo que la investigación policial y los rumores lesionaron. "Hicieron que se falte el respeto a la memoria de una mujer brillante”, recuerda su compañero de lucha estudiantil, un abogado experto en Derecho Civil, que impotente ha esperado una justicia que hoy, veinte años después de aquel hecho, todavía no ha llegado.
Para él y la familia de Ivonne, que desde un principio y hasta ahora ha preferido el silencio por la serie de rumores negativos que se vertieron en Cuenca, el caso estuvo rodeado de discriminación en su punto óptimo. Al citar la investigación policial, Galo Cárdenas se refiere al hecho de que esta parecía direccionada a decir que lo sucedido podría deberse a que la universitaria desaparecida protagonizaba una agitada vida social. “Se comenzó a rumorear que lo que le pasó justamente fue por andar en ‘pasos ligeros’", critica, indignado. Renegando incluso de la sociedad azuaya, que enmarcó así a quien fuera una de sus mejores amigas.


La mayoría de testigos, incluso su hermana, que cuenta que el 29 de febrero Ivonne llegó a las 04:30 a casa, refieren las salidas nocturnas que la universitaria tuvo entre el 28 de febrero y el 1 de marzo. Es como si dieran a entender que sus acciones la llevaron a desaparecer abruptamente…


En efecto, en el proceso, que tiene seis cuerpos y reposa en los archivos del Juzgado Primero de Garantías Penales de Azuay, constan las versiones de al menos 32 personas que conocían o habían sabido de Ivonne antes de su misteriosa partida, incluidas las de los padres: Alcides Cazar y Marlene Ramírez. Y la de una de sus hermanas, de nombre Aida, con quien la universitaria vivía en el centro de Cuenca, y que fue quien denunció la desaparición. La mayoría de testigos, incluso su hermana, que cuenta que el 29 de febrero Ivonne llegó a las 04:30 a casa, refieren las salidas nocturnas que la universitaria tuvo entre el 28 de febrero y el 1 de marzo. Es como si dieran a entender que sus acciones la llevaron a desaparecer abruptamente, una clara señal del machismo enraigado en la sociedad ecuatoriana, tanto en hombres como en mujeres. Tan dañinos fueron los comentarios que, con el pasar de los días y sin perder la esperanza de que aparezca, los padres de Ivonne prefirieron callar. “Para no afectar más su reputación…”, insisten testigos.
Posdata:
El 30 de enero de 2013, la imprenta Don Bosco, en Quito, fue allanda por orden de la jueza Laura López, de la Unidad Judicial de Garantías Penales de Pichincha. Allí se habían incautado 10 mil ejemplares del libro “La Roca, cementerio de hombres vivos”, por presuntamente contener “expresiones injuriosas” que afectarían los derechos de ciudadanos y funcionarios del Gobierno, incluyendo al Presidente de la República. El autor del libro era el entonces reo Óscar Caranqui, encarcelado por narcotráfico en el Centro de Rehabilitación Social de Varones No 2 de Guayaquil, conocido como La Roca, y ahora fallecido tras una gresca en ese centro penitenciario. Caranqui, días después de la incautación de su libro, había elaborado en un video en el que decía que allí relataba la corrupción en esa cárcel y que iba a dar detalles sobre la desaparición de Ivonne Cazar⇒.

MilHojas.is

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