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¿Seguiremos construyendo monstruos? A propósito de Coca Codo Sinclair y Proyecto Río Santiago

Como se diría coloquialmente, a la CELEC le cayó el veinte.

Si bien se agradece el despertar, hay algunos puntos críticos en lo planteado por CELEC y unas serias ausencias en el debate acerca de lo que ha ocurrido (y sigue ocurriendo) con el proceso erosivo del Río Coca. Estas ausencias se notaron en las Jornadas Académicas que organizaron a propósito de la erosión a principios de agosto. Expositores del Ministerio, de la CELEC, de la empresa auditora, de la empresa contratada para las obras civiles que se están construyendo para frenar la erosión, entre otros reiteraron el problema desde una visión de ingeniería hidráulica. No se habló de las afectaciones sociales y ambientales y peor aún de cómo enfrentarlas. Una ausencia inadmisible en unas jornadas de reflexión académica. El proceso erosivo del Río Coca es un fenómeno de proporciones inéditas, cómo lo subrayó un miembro de misión del Cuerpo de Ingenieros del Ejército Norteamericano, y así de inéditas serán las consecuencias ambientales y sobre los medios de vida de la población.

Toda la Cuenca y sus tributarios, esto es ríos como el Napo sufrirán efectos por el mayor aporte en sedimentos debido a la magnitud de la erosión. A esto se suma los efectos en el régimen hidrológico debido a la crisis climática. Una mirada a los impactos socio económicos y ambientales (e.g. pérdida de diversidad de especies) es urgente.

El desastre no puede ser tratado sólo desde una perspectiva de ingeniería y de mitigación de impactos. Se requiere investigar las pérdidas socio económicas de la población afectada y el impacto en sus medios de vida. Además, necesitamos conocer la calidad ambiental actual de los ríos de la Cuenca. Identificar los cambios, modelar las medidas de restauración e implementarlas. Pero de esto no se habló.

Otro elemento preocupante es el anuncio de CELEC EP de llevar adelante el Proyecto Hidroeléctrico Río Santiago, ubicado en Morona Santiago.[1]  El proyecto es una obra gigantezca que, según los análisis desarrollados durante el gobierno de Correa, tiene un potencial de generar 6000 MW, o sea 4 veces la producción de  la CCS. El anuncio de este monstruo pareciera ser un presagio, pues nos quedaremos sin un 30% de la energía que proporciona la Coca Codo Sinclair por efecto del proceso erosivo.

Ahora bien, el anuncio de Río Santiago realizado por la CELEC EP,  no detalla mucho, sólo que la obra se desarrollará en dos etapas hasta lograr 3.649 MW, o sea un monstruo menor, pero que igual es doble de la Codo Sinclair.  Frente a esta generalidad me asaltan algunas preguntas: ¿De donde plantean obtener el financiamiento para tal obra? ¿Tienen acaso estudios y modelos del comportamiento hidrológico de la Cuenca, para así no cometer los errores de la Coca Codo Sinclair? ¿Es que nos vamos a embarcar en un nuevo monstruo sin interiorizar los errores de la Codo Sinclair?

Ya desde el informe  “Represas y desarrollo: un nuevo marco para la toma de decisiones”, realizado por la Comisión Mundial de Represas (World Commission on Dams) en el 2001[2], los organismos multilaterales (Banco Mundial, BID, CAF) habían detenido financiamiento para mega hidroeléctricas por el costo social, económico y ambiental en las poblaciones locales. Es así que el BID no otorgó el préstamo al Ecuador para construir la Coca Codo Sinclair. Pero si encontró financiamiento Chino. Un financiamiento otorgado en un esquema de EPC que en inglés signifca – engineering-procurement-construction- o sea contratos de ingeniería, vía compra pública para la construcción.  Donde las empresas chinas solo es responsable de la construcción de la obra y en su ejecución se apegan a los estándares nacionales en aspectos sociales y ambientales. Dicho de otro modo, los estándares son más laxos y menos rigurosos que en el financiamiento de los multilaterales. Como evidencia nos quedan los estándares que se aplicaron en la construcción de la Coca Codo Sinclair, que si bien pueden apegarse a los vigentes  tanto en China y Ecuador, son claramente deficientes.

¿Por qué el gobierno se empecina en llevar adelante esta obra? ¿Por qué en su lugar no establece una estrategia seria para analizar los escenarios energéticos del país, considerando las lecciones internacionales y las recomendaciones emitidas por la banca multilateral?

En gran parte hay una explicación geopolítica. La relación del Ecuador con China es ciertamente gravitante. ¿Será que Río Santiago otra vez se desarrolla con financiamiento Chino? Propongo esa opción pues luego de lo ocurrido en la Coca Codo Sinclair dudo mucho que un multilateral esté dispuesto a financiar este monstruo que ya me parece un godzilla. Un probable financiamiento Chino me causa mucha alerta.

China, desde el 2000, año en el que entra a la Organización Mundial del Comercio (OMC) afirmó su liderazgo en la inversión de proyectos hidroelécticos a nivel global. China reemplaza a los organismos multilaterales en el financiamiento de este tipo de proyectos, luego de una campaña contra estos por sus enormes efectos socio ambientales, como mencioné anteriormente.  Producto de la agresiva campaña del gobierno Chino de invertir en obras bajo el esquema EPC, el Ecuador está entre los países más endeudados con ese país en América Latina. Además de ser muy cara es  una deuda muy  enredada, pues el crédito se vincula con otras formas de pago (por ejemplo la venta anticipada de petróleo). En otras palabras una deuda poco clara, y en ese sentido complicada de renegociar.

Como lo dije antes, el escueto anuncio de la CELEC EP sobre Río Santiago no dice nada al respecto. Estas son mis especulaciones. Mientras escribo esto, sin embargo, me encontré un artículo del portal Bloomberg Green del 14 de agosto[3]. Bajo el titular:  China Has Thousands of Hydropower Projects It Doesn’t Want (China tiene miles de proyectos hidroeléctricos que no quiere), leo que de los 24,000 proyectos hidroeléctricos en el Yantzé, el río más importante de China, casi el 4% de éstos no contaron con estudios de impacto socioambiental. Y eso se repite alrededor de las principales Cuencas del país. Ahora con los efectos del cambio climático es evidente el severo impacto que estas mega obras tienen sobre el sistema hidrológico. En julio, debido a las inundaciones en la provincia de Hubei, el gobierno demolió una presa hidroeléctrica que amenazaba con mayor devastación.[4]

Frente a la revisión de su política doméstica ¿será que China también evalua su estrategia de inversiones a nivel global? Quizás. Pero lo importante es que nosotros reveamos nuestra política energética. Financiamiento enredado para un godzilla me parece que no es una buena opción.  Deberíamos analizar otras opciones energéticas: meso y micro proyectos hidroeléctricos, energía solar, eólica.  Así tendríamos un mejor norte y no estaríamos como muñeco porfiado repitiendo los errores anteriores.

En fin, en la próxima entrega les comentaré más sobre los aspectos técnicos de Río Santiago, y continuar con el debate sobre si es una buena opción o no.

[1] Recuperado en: https://www.celec.gob.ec/celecsur/index.php/42-bienvenidos/460-gobierno-nacional-impulsa-la-concesion-de-la-construccion-del-nuevo-proyecto-hidroelectrico-santiago [2] Recuperado en: https://plataformaenergetica.org/energia/represas-y-desarrollo-un-nuevo-marco-para-la-toma-de-decisiones-informe-de-la-comision-mundial-de-represas-2000-en-ingles/ [3] Recuperado en: https://www.bloomberg.com/news/features/2021-08-14/china-wants-to-shut-down-thousands-of-dams [4] Recuperado en: https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/250092-china-destruyo-una-presa-mientras-suben-los-muertos-por-las-inundaciones-internacionales.html