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RAFAEL SOBRE ODEBRECHT: “Han tenido comprados a funcionarios del Estado”

  • 23 de diciembre de 2016 |
    mh

El 20 de junio de 2007 es el día que Rafael Correa no quiere recordar, la  alegría desbordante que mostró en su recorrido por la flamante central hidroeléctrica San Francisco llegó a su climax cuando develó la placa que decía “Inaugurada por el Gobierno de la Revolución Ciudadana”.  En su discurso agradeció a Odebrecht por terminar anticipadamente la obra y  le premió con 13,000 000 de dólares adicionales.
La felicidad de Correa contrastaba con realidad de la central, que arrancaba con 253 problemas que se fueron acrecentando con los días. Pero entonces nadie se atrevía a levantar crítica alguna contra el gobierno de las mentes lúcidas. De hecho siete días antes de la inauguración se identificó que esos problemas no fueron superados, sin embargo toda autoridad se hizo de la vista gorda.
La verdad era que para bajar supuestamente los costos Odebrecht había eliminado obras civiles necesarias por un monto de 30 millones de dólares, sin embargo ese valor nunca disminuyó porque la constructora incluyó nuevos rubros  y obras adicionales.

Solo era cuestión de tiempo para que las grandes figuras de la Revolución Ciudadana enfrenten su peor pesadilla. Jorge Glas Espinel y Alexis Mera Giler lo sabían desde el pasado marzo,  cuando las autoridades brasileras encarcelaron a Marcelo Odebrecht, el líder de la empresa constructora más grande del continente. En ese mes los fiscales brasileros descubrieron que en las hojas de cálculo de Odebrecht, que detallaban los sobornos a decenas de funcionarios de varios países,  constaban las iniciales “Fr”, siglas que le corresponde a Fernando Luiz Ayres de Cunha Santos Reis, uno de los mayores ejecutivos de la constructora y el hombre que manejó los negocios de Odebrecht en Ecuador por 10 años.


Diario Expreso fue el medio que dedicó los mejores esfuerzos para desenmascarar la corrupción en San Francisco. En la imagen el Contralor Carlos Pólit aparece en el túnel de descarga de aguas. Fue él quien aceptó el acuerdo para el retorno de Odebrecht pese a que la compañía brasileña no cubrió ni la cuarta parte de la más modesta evaluación de los daños causados por la Represa de San Francisco.

En noviembre pasado Santos Reis fue capturado por la policía, entonces los mayores miedos de la Revolución Ciudadana se transformaron en pesadilla. Santos Reis, el hombre que protegió a  Lucio Gutiérrez luego de su caída, el que levantó decenas de contratos como San Francisco, Toachi-Pilatón, Baba, Chongón, el aeropuerto de Tena estaba preso y dispuesto hablar.
El secretario jurídico de la Presidencia no perdió tiempo y encargó a su subsecretario, Vicente Peralta León, que envíe dos abogados de la Presidencia a Brasil para empaparse del caso que ha este momento cuenta con 20 casos penales abiertos y al menos 84 condenados.


La reserva en la investigación brasilera les hizo suponer a Mera y Glas que tendrían tiempo para sortear esa crisis de corrupción hasta después de las elecciones, pero el Departamento de Justicia de los Estados Unidos acabó sus planes y ahora deben explicar al país cómo es que esa compañía entregó coimas por 33 millones de dólares a funcionarios ecuatorianos.
Mera se ha justificado en el hecho de que Odebrecht fue expulsada en septiembre de 2008 por el Presidente Rafael Correa por las graves denuncias probadas en la construcción de la central hidroeléctrica San Francisco , pero dijo que nunca se llegó a probar corrupción de la empresa.
Mera Giler olvida que en los momentos más críticos, antes de la expulsión de la empresa, el entonces ministro coordinador de sectores estratégicos, Derlis Palacios denunció que Odebrecht lo quiso Sobornar. En ese encuentro también estuvo el prefecto de Pichincha Gustavo Baroja, que manejaba el proyecto Toachi-Pilatón, mencionó lo mismo.
El propio Correa fue quien dijo “Mientras más escarbo más pus encuentro. Estos señores han sido corruptos y corruptores, han tenido comprado a funcionarios del Estado".
Pero en 2010 Odebrecht regresó con fuerza y su record fue limpiado con un acuerdo que fue santificado con el silencio del Contralor General, Carlos Pólit y del Procurador Diego García. El Convenio de Transacción se firmó el 8 de julio de 2010, entre los representantes de Hidropastaza (San Francisco) y Norberto Odebrecht que se comprometió a reparar las fallas de San Francisco más el pago de 20 millones por pérdidas ocasionadas por las paralizaciones de la planta.
El gobierno se comprometió entonces a retirar 50 millones en glosas de Contraloría, cerrar  el arbitraje de la Cámara de Comercio de Ambato y los juicios que se tramitaban en Ambato y dejar sin efecto la demanda internacional en contra del Banco de Desarrollo del Brasil, llamado Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, Bandes.
La cifra de 20 millones que ofreció Odebrecht estaba muy lejos de los daños estructurales de la Central San Francisco: la hidroeléctrica tiene graves problemas en los 11 kilómetros del túnel de conducción de aguas ya que no se colocaron los anclajes y dovelas necesarios para la caída de material, el sistema de enfriamiento de agua no era eficiente, nunca se construyó la chimenea de equilibrio y lo más grave fue que se cambió el diseño original de turbinas, lo que ocasionó la destrucción de esos equipos.
El acuerdo se estableció en estos términos, pese a que la auditoría de la firma Electroconsul, concluyó que las pérdidas por paralizaciones de San Francisco ascendían a U$ 83 millones, y la propia Odebrecht ofreció públicamente pagar U$ 43 millones. La totalidad de las demandas de Ecuador en contra de Odebrecht bordeó la cifra de U$ 250 millones. Finalmente, el gobierno de Correa se conformó con U$ 20 millones, recursos de los que no se conoce el destino.
“En esta primera parte del gobierno nosotros hemos sido muy duros con Odebrecht”, dijo Mera. Pero luego llegaron los proyectos Daule-Vinces, Manduriacu, Refinería del Pacífico, poliducto Pascuales-Cuenca y Proyecto La Esperanza, que es el oleoducto de agua, denunciado hace poco en este portal.

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