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Tambalea grupo económico Eljuri, el más grande de Ecuador, por lavado y evasión

  • mh
    10 de septiembre de 2017
Un sombrío banco en Curazao con el que se pagaban sobornos de Odebrechet fue el detonante. El grupo tiene tentáculos en Colombia, Bolivia, Perú y México, entre otros.

Por Gonzalo Guillén* y Christian Zurita, Bogotá.
Colaboración con Hispanopost            

Juan Eljuri Antón, al centro de la foto, fue reconocido como el mejor industrial de Latinoamerica en 2014 y representa al grupo económico mas poderoso del Ecuador

El capítulo de corrupción de Odebrecht en Ecuador es una suerte de cueva de Alí Babá cuyos tesoros ocultos e infracciones maliciosas comienzan a asombrar al mundo. Tiene huyendo al hombre más rico de ese país, Juan Eljuri Antón –con enormes tentáculos en Colombia, Bolivia, México y Perú, entre otros– y a su hijo, Juan Pablo Ejuri Ventimilla, contra quien existe orden de captura internacional.

Fuentes policiales y judiciales indicaron que los Eljuri se esconden, probablemente, en Curazao.
Los primeros visos de este caso –como en los demás países del área– brotaron en las confesiones de ejecutivos de Norberto Odebrecht, dueño de la multinacional brasilera de la construcción que poseía una división especializada en obtener contratos mediante sobornos alrededor del mundo. Las delaciones revelaron que empresarios ecuatorianos movieron dinero en efectivo para el pago de sobornos y hoy se sabe que éstos usaron el enigmático banco South American Internacional Bank –Sai Bank–, de Curazao. El principal receptor-intermediario ha sido identificado como José Terán Naranjo. Este último, al ser requerido por la fiscalía de su país, reconoció que recibió dinero de la constructora brasileña: “Se hace una suerte de remesas con ese dinero, me ponen a mí [en Ecuador] contra la cuenta de Curazao y así nunca hay una repatriada de fondos” declaró.
Terán repartía el dinero de los sobornos a través de tres empresas panameñas, de las cuales pudimos identificar a tres en fuentes oficiales (Beelvedear, Jourvet y Alesbury) y otra de Curazao, llamada Stock, todas ellas con cuentas en Sai Bank.
En el interrogatorio que le hizo la Fiscalía, Terán explicó con mayor claridad la manera como llegó a sus manos el dinero que distribuyó entre altos funcionarios del gobierno de Rafael Correa. A una pregunta sobre cuál fue la relación entre las firmas Alesbury y Jouvert con el Sai Bank, Terán respondió: “Se me recomendó dicho banco a través del estudio jurídico Mossack Fonseca”, la firma panameña célebre porque sus archivos secretos salieron a la luz pública bajo la denominación mundialmente conocida como Panamá Papers., cuyos nexos con el grupo Eljuri se explican más adelante.
Enseguida, una fiscal le preguntó de dónde procedían los fondos depositados en las cuentas de Alesbury y Jouvert. Terán contestó: “De la compañía Norberto Odebrecht”. Al pedirle explicación sobre cómo recibía los fondos, Terán dijo: “Se me comunicaba que la transferencia había sido acreditada y se me entregaba en efectivo en la que era mi casa, en la ciudad de Quito”.
No existe información del movimiento de dinero de estas empresas relacionadas con la corrupción de Odebrechet en Ecuador, pero se sabe que el Sai Bank movió en las cuentas de ellas al menos USD $ 153,7 millones entre 2012 y 2017.

José Rubén Terán, empresario involucrado en el caso de los sobornos de Odebrecht en Ecuador, reconoció que recibió dinero de la constructora y que utilizó el Sai Bank para recibir dinero en efectivo
Sai Bank posee pequeñas oficinas en las ciudades ecuatorianas de Quito, Guayaquil y Cuenta. En esta última opera la principal de ellas.
La fiscalía ecuatoriana detuvo a un funcionario de la oficina de Quito, identificado como Juan Borja, y éste pronto reveló que el banco era propiedad exclusiva del grupo empresarial Eljuri. Su trabajo, dijo, consistía en buscar clientes interesados en abrir cuentas y pólizas en la oficina principal de Curazao y entre las ventajas que ofrece está la evasión de impuestos y, de ser necesario, el lavado de dinero. Una operación semejante a la del colapsado Fondo Premium, de Colombia, que también lavaba dinero procedente de distintas partes y ayudaba a evadir impuestos con depósitos en Curazao.
Borja declaró que las maniobras y la dirección del Sai Bank en Ecuador se ejercen desde la oficina de Cuenca, donde también está la sede central del Grupo Eljuri. La fiscalía, sin embargo, nunca ha tocado esa sucursal, a través de la cual pasa toda la documentación correspondiente a los dineros que van para Curazao.
Un empresario de la ciudad de Cuenca explicó –bajo la condición del anonimato– la manera como él mismo hizo uso de los servicios ilícitos de Sai Bank: “Me dieron un crédito y los pagos no los hacía en las oficinas de ese banco sino en otro llamado Capital, una entidad pequeña que se encarga de acreditarle a Sai Bank en Curazao, es un tema de compensación que no requiere cruzar fronteras”.
El empresario consultado expuso los pormenores de la manera como tramitó y obtuvo el crédito en Sai Bank: “El directorio del banco se reúne en la matriz de Juan Eljuri, en Cuenca, y era el propio Juan Eljuri Veintimilla el que aprobaba las operaciones de crédito”.
Al ser consultado, Sai Bank emitió un comunicado negando operaciones financieras prohibidas en el Ecuador, pero reconoció que se dedica a la “compraventa de cartera”. Sobre Juan Pablo Eljuri Veintimilla, dijo: “no ostentaba ni ostenta el cargo de Director de SAI-Bank en Ecuador, como se ha dicho, debido a que esta denominación societaria no existe”.
Hasta el momento, han sido arrestadas tres personas vinculadas al banco, el cual ya tiene frente a ellas una estrategia de defensa: “no son funcionarios del banco, pero sí prestaron servicios profesionales a través de un subcontratista domiciliado en Curazao”.
Eljuri, el marqués de Carabás ecuatoriano
Como en el antiguo cuento infantil europeo de El Gato Con Botas, en el que todas las propiedades pertenecen al Marqués de Carabás, de unos años para acá las grandes empresas y los negocios más prósperos en el Ecuador pertenecen a Juan Eljuri, un hombre silencioso y extravagante, pero desconocido, de origen libanés, que ha comenzado a sonar cada vez con mayor fuerza en Colombia desde cuando obtuvo la franquicia de Hyundai tras en un pleito multimillonario con el grupo empresarial colombiano Hyundai Colombia Automotriz.
Las pocas fotografías que se conocen de las mansiones de Eljuri y de los multimillonarios tesoros que guarda en ellas hacen recordar a ojos vista y superan las montañas de dinero, joyas y obras de arte de personajes colombianos tristemente célebres, como José Gonzalo Rodríguez Gacha, “El Mexicano”, o Pablo Escobar.
La fortuna en oro macizo y arte la guarda en su búnker de las remotas y frías montañas andinas de Cuenca, pequeña ciudad colonial de 330 mil habitantes, fundada hace 500 años y hoy capital de la provincia de Azuay.
Por su origen colonial, su entorno andino de alta montaña y el tamaño intermedio de su población, Cuenca se asemeja a Tunja, en Colombia. 
El jefe del clan familiar fue Jorge Eljuri Antón, cuya vida se apagó en cuatro minutos el 19 de julio de 2014, solía llevar en su meñique izquierdo el codiciado anillo de diamante negro que perteneció a Frank Sinatra.

Buena parte de los tesoros de Jorge Eljuri se conocieron gracias a su publicación en una revista especializada para coleccionistas
Entre la fortuna en oro que dejó en forma de joyas y lingotes, hay 300 kilos de oro prehispánico que siguen en manos de su familia, lo mismo que los mejores espejos de Nicolás II, el último zar ruso, y más de ocho mil obras de arte virtualmente certificadas como genuinas, entre ellas de El Greco, Picasso o Lichtenstein.
Esta colección posee una pieza única de plata Thomas Pitts (1765) elaborada en honor al Rey de Inglaterra, así como una mesa azul de una sola pieza de ormolu (amalgama de oro molido, mercurio y bronce) que, se dice, perteneció a Napoleón III.
Los hermanos Eljuri Antón son hijos del modesto inmigrante libanés Gabriel Eljuri Hann, quien llegó a Ecuador en los años 20 del siglo pasado, se estableció en la entonces ínfima y lejana Cuenca, donde se dedicó al comercio en pequeñas cantidades de telas, radios, cosméticos y bicicletas.
La mansión de los Eljuri en Cuenca, con cúpulas y estatuas clásicas exteriores en oro, que contrastan con los modestos tejados coloniales de dos aguas de la vieja ciudad, supera en tamaño y obras de valor a Neverland, la controvertida y escandalosa villa de Michael Jackson, en las Vegas.

Residencia de la familia Eljuri en Cuenca
 
Fortuna a toda prueba
La fortuna de Eljuri le permitió, durante la mayor parte de 2016, comprar mensualmente dos mil carros Hyundai para el mercado de Colombia que no podía vender. Su acuerdo con la casa matriz lo obligaba a hacer esas adquisiciones. Los llevaba desde Corea y amontona en puertos marítimos y almacenes sin la posibilidad de comercializarlos debido a que dos jueces se lo prohibieron hasta cuando logró liberar la franquicia en su favor, pues le pertenecía al grupo de Carlos Mattos, quien fundó la agencia comercial y la consolidó durante más de 20 años, a lo largo de los cuales importó y vendió cerca de 200 mil vehículos. En enero pasado, Eljuri debió sacar del país todos aquellos vehículos que importó en 2016, pues la legislación colombiana impide vender automotores nuevos fabricados en años anteriores.
Eljuri no solamente resistió el tren de gastos de esas importaciones y el mantenimiento de su red de exhibición y ventas congeladas por la justicia, sino que, en una reunión privada, de acuerdo con una fuente consultada por los autores de este reportaje, dijo estar en capacidad de intentar comprar al Presidente de Colombia si llegara a considerarlo necesario para conseguir que la franquicia quedara definitivamente en sus manos.
Conocedores del mercado automotriz en Colombia estimaron que debido a la prohibición que recibió para vender productos Hyundai, Eljuri perdió en este país unos cuatro y medio millones de dólares mensuales, desde octubre de 2015. Indicaron que Hyundai Colombia Automotriz vendía 1.800 vehículos por mes y que el ecuatoriano probablemente se vio comprometido con la firma matriz a vender unos 2.000. Estas cifras no las confirman ninguno de los dos grupos en disputa.
De acuerdo con el Servicio de Rentas Internas de Ecuador, SRI (el equivalente a la DIAN colombiana) Eljuri posee la fortuna de apariencia más creciente y bienes más deslumbrantes de ese país. Por encima, incluso, de los grandes millonarios mexicanos o colombianos cuyos patrimonios y posesiones nominales superan ampliamente a las del nuevo magnate ecuatoriano.
De acuerdo con los registros correspondientes del SRI, revisados para este reportaje, el grupo Eljuri posee 327 empresas y fideicomisos que desde 2007, cuando comenzaron los gobiernos consecutivos de la "revolución ciudadana", de Rafael Correa, han crecido como la espuma.
Las cifras oficiales que maneja el SRI indican que en 2008  ese grupo recibió ingresos totales por USD $ 1’279.043.017 y su participación en la economía del país fue del 2,23 por ciento. Cuatro años después, en 2012, subió a USD$ 2’143.053.239 de ingresos y una participación de 2,49 por ciento.
Hoy día, la vida de los ecuatorianos depende en alto grado de los Eljuri: importan y fabrican más que nadie todo tipo de electrodomésticos; operan el sistema TV Cable, que ofrece internet, televisión pagada y telefonía fija; representan las marcas de automotores Hyundai, KYA, Volkswagen, Ford, Skoda y distribuyen la marca de motocicletas Suzuki. Poseen una industria cerámica de primer orden y controlan el sistema de embotellamiento y distribución de licores y perfumes. En todos los campos en los que están metidos dominan el mercado.
El patriarca actual de la familia, Juan Eljuri Antón, es descrito por parientes y por otros empresarios de ese país como un hombre agresivo en los negocios que emplea a fondo todo su poder económico cuando se propone imponer su voluntad.
Este conglomerado familiar fue desnudado por su presencia notable en los llamados Panamá Papers. Los diarios holandeses Trouw y Het Financieele Dagblad publicaron en abril del año pasado historias sobre cómo Juan Eljuri utilizó los servicios de la firma panameña de abogados Mossack Fonseca (MF) para beneficiarse con las más altas ganancias posibles en un millonario contrato que firmó con el gobierno de Ecuador para entregar 4.157 carros patrulleros marca KYA, destinados a la Policía Nacional, por un valor de USD $196,190,014.84.
En la primavera de 2015, Juan Eljuri propuso una idea que MF canalizó a través de una empresa de servicios corporativos de Suiza: pidió que las piezas de automóviles fabricadas por una de sus empresas en Brasil (Rontan) fueran enviadas a Ecuador al doble de su costo original sin que las autoridades fiscales brasileñas o ecuatorianas se dieran cuenta. 
Los diarios holandeses contaron que MF gestionó ese pedido con la firma Infintax que, a su vez, utilizó a la empresa suiza YouSee para comprar, por medio de fiducias, piezas de automóviles de Rontan y luego las vendería al doble del precio a la filial ecuatoriana de Eljuri, Pronae. Se reconocieron facturas falsificadas y documentos de embarque que le dieron aspecto de legitimidad al proceso de compra.
Uno de los diarios holandeses mencionados, informó: “Cada mes, YouSee enviaría más de medio millón de dólares a Pronae en Ecuador y pagaría a Brasil la mitad. La operación debe continuar hasta diciembre de 2017 -se trata de un total de aproximadamente US$ 15 millones. La mitad enviada a Eljuri por esa vía quedaría sin ser vista por el recaudador de impuestos. Para eso, Infintax hizo uso de la filial suiza, y la cuenta bancaria relacionada, con USD 400.000, para mantener las operaciones. Infintax reacciona e informa que el proyecto nunca se materializó en última instancia. Sobre las razones de ello, la oficina no dice nada”.
Los informes de los diarios holandeses fueron traducidos en Ecuador por el portal de investigación Planv.com.ec pero ninguna autoridad ha examinado ese contrato que celebró el Ministro del Interior con Eljuri.
Exportaciones ficticias
El grupo Eljuri, a través del Banco del Austro, de su propiedad, fue nombrado en la participación de exportaciones ficticias entre Venezuela y Ecuador. El caso se originó con base en el acuerdo que a fines de 2008 Rafael Correa y Hugo Chávez impulsaron para la creación del Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE), una estructura de pagos basada en el cruce de cuentas entre bancos centrales de los países miembros de la hoy moribunda Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). Este sistema movió entre Caracas y Quito exportaciones e importaciones por montos que superaron los USD $1000,000,000. No obstante, muchas de esas transacciones fueron ficticias y sirvieron para sacar millones de bolívares de Venezuela con el fin de convertirlos en dólares en Ecuador. En el trayecto final de estas operaciones fueron usados bancos privados corresponsales, avalados por centrales, con el propósito de sacar el dinero lavado a Panamá.
En Ecuador el tema se investiga y se sabe de la participación en él de entidades financieras. El portal informativo Focusecuador.com publicó, a mediados de 2016, que por ese motivo se incautaron en 2013 USD$ 57.000,000 a empresas relacionadas con exportaciones ficticias. USD$ 8.852.318.00 fueron del Banco del Austro, de los Eljuri.
Se desconoce el estado actual de las investigaciones judiciales.
Correa, aliado de Eljuri
El ex presidente Rafael Correa ha sido un leal aliado del grupo Eljuri, del que recibió apoyo económico desde cuando fue candidato a la presidencia en 2006. En la primera oportunidad que se notó la presencia económica del grupo en el apoyo a la campaña, el tesorero era el hermano del candidato, Fabricio Correa, quien después del triunfo fue descubierto como prominente contratista de grandes obras del Estado. Estas corruptelas las denunciaron en el libro Gran Hermano los periodistas Chiristian Zurita y Juan Caros Calderón. 
Fabricio Correa explicó cómo el grupo Eljuri lo ayudó en sus negocios siendo ya hermano del Presidente de la República: “Ellos quisieron introducir la línea de volquetas Hyundai, entonces me hicieron una propuesta: `¿No te interesa Hyundai?`. Fabricio asegura que preguntó por las ventajas que tendría y, dice, le respondió Eljuri: “Yo te financio. Entonces, les compramos 48 volquetas, nosotros fuimos el conejito de Indias de Hyundai de Eljuri, entonces nos da un crédito del Banco del Austro [de los Eljuri], por eso le digo que debo hartísima plata…”.
Fabricio, además, recibió un crédito-puente del Banco del Austro para iniciar las obras de construcción que el gobierno de su hermano le había adjudicado.
Ese banco de los Eljuri fue fundamental en la entrega de un crédito al primo de Rafael Correa, Pedro Delgado, ex presidente del Banco Central del Ecuador y cónsul en Miami, donde aún vive prófugo de la justicia de su país. Las publicaciones de Panamá Papers son fundamentales para entenderlo: El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) reveló que en 2012  el Austrobank Panamá S.A., filial del Grupo Eljuri, "concedió una hipoteca en favor de Delgado y su esposa. La hipoteca, de USD $190.000, supuestamente fue para la compra de una casa en North Miami Beach". 
En Ecuador se ha denunciado que Delgado se benefició con créditos estatales que fueron cobrados por terceras personas no identificadas (se ha planteado que una de ellas habría sido el propio ex presidente Rafael Correa, quien lo ha negado) y el estratégico préstamo del Austrobank le ha servido para camuflar ingresos virtualmente ilegales que recibió.
En sus informes, El ICIJ informó:"Un agente de Austrobank, de Eljuri, envió un correo electrónico a Mossack Fonseca para obtener asesoramiento legal. El primer despacho de abogados contactado por Mossack Fonseca declinó procesar el préstamo con el argumento de que el prestatario se negaba a cumplir con la documentación estándar requerida para extender una hipoteca. 'Hay demasiados agujeros en esta transacción', escribió el abogado. 'Me preocupan las objeciones del prestatario. Aquí hay algo que no huele bien, en mi opinión ', agregó. Pero Mossack Fonseca encontró otro abogado que procesó la hipoteca en Miami. Delgado ha confirmado a la cadena Univisión que era dueño de una propiedad inmobiliaria en Miami".
Los Panamá Papers pusieron de manifiesto que Eljuri es uno de los grupos económicos de Ecuador que más usa el sistema off shore. De hecho, el SRI ecuatoriano informó sobre seis empresas en Panamá; otras cinco en el Reino Unido y tres en Costa Rica. Trece más figuran en los Panamá Papers y de esas solo dos fueron registradas en Ecuador.
Eljuri y la “lista Clinton”
El espectro empresarial de Eljuri, basado principalmente en comercio exterior, posee fortalezas que parecen afianzarse en la ceguera de las aduanas. En su ciudad natural, Cuenca, existe un distrito aduanero que más parece propiedad de Eljuri que del Estado. Toda su mercadería llega a los puertos marítimos del país sin ser revisada in situ, sólo se realiza una inspección documental que certifica como cierto lo que va escrito en os papeles.
Luego, los contenedores marítimos son trasladados a Cuenca, donde las mercancías ingresan a las bodegas de Eljuri. Buena parte de embarques que llegan allí son catalogados como materia prima (bajos en impuestos), que luego de ensamblarse en productos terminados o embotellarse como licores y perfumes de marca, alcanzan altos valores que en nada se compadecen con sus declaraciones aduaneras iniciales.
Voceros de autoridades de Colombia y Estados Unidos dijeron que investigan supuestos suministros de perfumes del grupo Eljuri a la cadena de tiendas La Riviera, del colombiano de origen libanés Abdul Waked, quien en mayo de 2016 fue inscrito en la llamada Lista Clinton de personas y empresas ligadas al narcotráfico a juicio de Washington. 
Estados Unidos solicitó la extradición de Waked y la Corte Suprema de Justicia de Colombia la aprobó.   
Una nevera llena de relojes
Las revisiones aduaneras a las importaciones de Eljuri en Ecuador no parecen ser muy estrictas. 
Un par de operarios de Almacenes Juan Eljuri hace algunos años bajaron de un camión una nevera, la cargaron hasta una casa de clase media en Ecuador, la entraron, les firmaron el recibido en una planilla de control de entregas y se fueron a llevar hasta otros domicilios más artículos del hogar. En la noche, los dueños, quienes pidieron no revelar sus nombres, abrieron el aparato importado y se encontraron con que estaba lleno con una fortuna representada en relojes que el almacén vendedor nunca fue a reclamar.
En Bogotá, otra persona contó que cuando vivió en Ecuador le ocurrió algo semejante, pero con botellas de güisqui que estaban entre otra nevera que adquirió en el mismo almacén.

*Gonzalo Guillén, periodista colombiano ganador del premio Rey de España en dos ocasiones, ha escrito para el Miami Herald y fue editor general de El Universo y El País de Calí. Actualmente es columnista de Hispanopost  y revista Semana de Colombia