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El Fantasma se alza con el espectro

  • mh
    16 de febrero de 2016

I. Televicentro: un nuevo canal sin concurso
El mexicano-americano Remigio Ángel González sigue consolidando su conglomerado mediático en Ecuador. El pasado 1 de febrero de 2016, lanzó casi sin previo aviso un nuevo canal, Televicentro, que no ha estado exento de polémica. Más allá de un debut y despedida del periodista Andrés Carrión como anchor de su noticiero, su lanzamiento evidenció que González recibió, nuevamente, el beneplácito de las autoridades gubernamentales para obtener nuevas frecuencias y cambiar su uso.
Televicentro puede ser visto en los canales 5 en Quito y 11 en Guayaquil. Su slogan es “tu centro de atención” y presenta tres noticieros con el sello editorial de diario El Comercio, que fue comprado por una empresa vinculada al magnate mexicano. La red de firmas uruguayas y panameñas presente tras esa transacción fue revelada por diario El Universo en febrero de 2015.
La Constitución y la Ley de Comunicación establecen que la concesión de frecuencias se debe hacer mediante un concurso público. Hasta que se haga ese llamado, las renovaciones para los otros medios están suspendidas. Sin embargo, Televicentro salió al aire sin concurso.
Las movidas que parieron ese canal comenzaron en julio del año pasado. Ortel y Telecuatro, empresas que trasmitían la señal de RTS, pidieron a Arcotel –ente que regula el espectro radioeléctrico– cuatro frecuencias. En su solicitud aclaran que son frecuencias repetidoras y temporales para “la investigación de nuevas tecnologías de radiodifusión y televisión”. Tras este pedido, Ortel y Telecuatro lograron sumar otro canal: Televicentro. Ahora Telecuatro transmite RTS; y Ortel, Televicentro.
Para esto movieron la señal de RTS en Quito: del 5, la pasaron al 11, canal que no existía en el norte de la capital. En Guayaquil sucedió algo parecido: el 11 no existía en el norte de la ciudad y ahora es de Televicentro. Lo curioso es que en el sur de ambas ciudades el 11 estaba concesionado al canal incautado y manejado por la Secretaría de Comunicación, GamaTV. Pero el 5 de agosto, el gerente de GamaTV, Claudio Moya Rossel, pidió a Arcotel que le canjee el 11, en el sur de Quito y el sur de Guayaquil, por otras frecuencias. Esto fue aprobado el 18 de agosto. Y un día después las empresas de González pidieron esos espacios, que hoy ocupan RTS y el canal de El Comercio.
Arcotel no solo aprobó las cuatro frecuencias que pidió el grupo González (las dos para el norte de Quito y Guayaquil fueron entregadas en 18 días; las dos del sur, en 14 días). También aceptó la figura de uso temporal, que implica, según el reglamento de Arcotel, que la frecuencia sea utilizada para investigar nuevas tecnologías de radiodifusión y televisión. Las supuestas investigaciones que Ortel y Telecuatro iban a hacer son “las pruebas completas de isofrecuencia”. Ese no es el caso, pues este tipo de tecnología se utiliza solamente en televisión digital, y esta concesión es de televisión análoga.
Además, la programación de los canales 11 es de repetidora; es decir, retransmite el contenido de sus respectivas matrices. En Quito RTS incluso la usa de matriz para emitir el Noticiero de la Comunidad. Este esquema es similar al que González ya utilizó en los años noventa para alzarse con cinco radios y su señal en varias ciudades, que al inicio le fueron adjudicadas solo como repetidoras.
El 11 de diciembre pasado, Fundamedios formuló un pedido de información. En la respuesta, que llegó dos meses después, Arcotel se vale del argumento de que el canal 11 en Quito repite los contenidos de la matriz RTS en Guayaquil, para justificar por qué no hubo concurso público para otorgar las frecuencias que permitieron a Televicentro salir al aire. Gonzalo Carvajal, asesor de Arcotel, aseguró que no puede entregar las bases del concurso porque precisamente se trata de “autorizaciones temporales”. Es decir, confirma que no hubo concurso.
Tampoco entregó copias de los informes técnicos y jurídicos que permitieron la adjudicación de las cuatro frecuencias temporales como repetidoras. Esos documentos debían detallar qué investigaciones de nuevas tecnologías están haciendo esos canales que transmiten por televisión abierta, cuyo apagón está previsto para este diciembre con el cambio a la televisión digital. Carvajal no agrega la copia de la resolución que permitió mover la señal de RTS en Quito del canal 5 al 11.
La única versión pública sobre la aparición de Televicentro es la que dio el ministro de Telecomunicaciones, Augusto Espín, en una entrevista en Radio Pública el 5 de febrero de 2016. Ante la pregunta de un ciudadano, dijo que lo único que hubo en este caso es un cambio del nombre comercial de la estación. No se trata, según él, de un nuevo canal sino de un cambio de nombre y de programación.
La ley establece que Arcotel debe notificar al Consejo de Regulación de la Comunicación (Cordicom) la rejilla de programación del canal. Esto lo establece precisamente para las concesiones temporales. Pero, según Paulina Mogrovejo, vocal de la entidad, no han recibido notificación alguna al respecto sobre el canal de El Comercio. “No hemos tenido conocimiento”, dijo ante la consulta de Fundamedios.
Luis Gómez Amador, gerente de RTS, tampoco respondió a un pedido de entrevista. Incluso se le envió por mail, tras cuatro llamadas a sus oficinas en Guayaquil, un cuestionario para que explique cómo se iba a poner al aire la señal de Televicentro sin un concurso y cómo iba a transmitir programación regular en una frecuencia temporal oficialmente asignada para investigaciones. El mensaje fue copiado a su asistente, Wendy Espinosa y, hasta la fecha, no fue respondido.
El beneplácito de las autoridades es evidente. Mientras se gestionaban las nuevas frecuencias, la misma Arcotel tramitaba un proceso de terminación de la concesión de la frecuencia a Telecuatro. Se basa en causales señaladas en el informe de la Comisión de Auditoría de frecuencias creada por mandato constitucional en el 2009. El proceso no sólo fue archivado el 18 de septiembre, sino que RTS había acumulando cuatro concesiones más. No solo eso: además de que el incautado GamaTV entregó las frecuencias sur, González se llevó de ese canal su programación tradicional: Televisa.

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