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Autor: mh

EMPRESA DE AMIGOS DE CORREA, LOS OJOS DE ALEX BRAVO EN PETROECUADOR

FOCUSECUADOR
Fernando Villavicencio 
Cristina Solórzano 

EL GRUPO AZUL ES UNA DE LAS ORGANIZACIONES PRIVADAS QUE MÁS HA LUCRADO EN LOS AÑOS DE BONANZA PETROLERA, DESDE 2011 MANTIENE, JUNTO A LA FIRMA AUSTRALIANA WORLEY PARSONS INTERNATIONAL (WPI), UN ACUERDO QUE LE PERMITIÓ USAR LA IMAGEN Y ASÍ FIRMAR GRANDES CONTRATOS CON PETROECUADOR. ES UN SECRETO A VOCES QUE AZUL LABORA BAJO EL MEMBRETE DE WPI, EMPRESA QUE HIZO Y DESHIZO EN LA POLÍTICA DE INVERSIÓN EN LA REFINERÍA ESTATAL ESMERALDAS, LA INDUSTRIA MÁS GRANDE DEL PAÍS. NADA SE HACÍA O DEJABA DE HACER EN LA REFINERÍA, SIN LA FIRMA DE WORLEY PARSONS/AZUL, LA EMPRESA DE “BILL“ PHILLIPS Y MÓNICA HERNÁNDEZ, ASESORA DE RAFAEL CORREA. LA HUELLA DE ALEX BRAVO EN DECENAS DE CONTRATOS APARECE JUNTO A LA DE AZUL/WORLEY PARSONS.
REFINERÍA ESMERALDAS EN MANOS DE LOS “MAGNÍFICOS"
Documento: Álex Bravo, exgerente de Petroecuador.
En la Refinería Estatal Esmeraldas (REE), al grupo de Álex Bravo Panchano, Hugo Holguín, Edgar Ibarra, Cristian Cevallos, Augusto Vaca, Michael Manzano, Jaime Viteri, Marcelo Reyes, Carlos Quinde, Diego Tapia, Carlos Pareja Yannuzzelli, entre otros, le llamaban “los magníficos”. El diccionario señala que esta palabra se utiliza para calificar a una persona como “alguien sin igual, insuperable”. Este término parece ajustarse bien a las cualidades de estos funcionarios, pues en refinería Esmeraldas, dice un ex funcionario de Petroecuador, “nadie mejor que ellos para llevar la corrupción al nivel más alto”. Sin embargo, este grupo no podía dar un paso sin la autorización del principal responsable de los proyectos estratégicos, el Vicepresidente de la República, Jorge Glas, y la empresa fiscalizadora Worley Parsons, cuya subcontratista, Azul, es de propiedad de William Phillips y Mónica Hernández, asesora del presidente Rafael Correa Delgado. 
ESMERALDAS: ENTRE DERROCHE, POBREZA Y VIOLENCIA 
Esmeraldas, es una de las provincias más empobrecidas del país, azotada además por el crimen organizado y el narcotráfico. En esta zona del Pacífico ecuatoriano, se levantó uno de los mayores proyectos del gobierno de Rafael Correa Delgado: La rehabilitación de la Refinería Estatal del Esmeraldas (REE). 
El grupo de “los magníficos” estuvo a cargo de esta emblemática obra, por sus manos pasaron cifras jamás vistas: entre 1500 y 2000 millones de dólares, cerca de 200 contratos adjudicados directamente. Tenían el poder de contratar con quién quisiesen: sugerían contratos, los términos de referencia se ajustaban a intereses propios, elegían oferentes y buen número de estos tenían sobreprecio. Los costos de las obras en los contratos aumentaban su valor cada año, los contratos complementarios superaban, la mayor parte de las veces, a los contratos originales. Mas aún, muchos de esos contratos estaban dirigidos a empresas nacionales, relacionadas con compañías offshore, vinculadas al director del proyecto de Rehabilitación de REE, Alex Bravo Panchano y a sus socios nacionales. 
Familiares de los funcionarios contrataban sin ningún reparo, empresas nacionales trabajaban -y facturaban- a nombre de reconocidas firmas extranjeras. Todo esto sin que nadie, ninguna autoridad de control, diga absolutamente nada. 
En la actualidad, el grupo disfruta de “magníficos” lujos: viviendas que bordean o superan el millón de dólares, empresas que, de la noche a la mañana, se convirtieron en rentables, autos lujosos, derroche, bacanales… 
Bravo Panchano entró a gerenciar el proyecto de rehabilitación de refinería Esmeraldas hace diez años. En noviembre de 2015 fue posesionado como gerente de Petroecuador en reemplazo de Carlos Pareja Yannuzzelli. Cinco meses después, el 12 de abril, renunció al cargo alegando “razones familiares”. Pero fue una investigación de Focus que dejó al descubierto que Bravo es dueño, junto a su esposa y otros familiares, de cinco empresas offshore en Panamá. Un miembro de la fiscalía de Esmeraldas le confirmó a Focus que Álex Bravo Panchano fue detenido para investigaciones por la nota presentada en este medio, pero pocas horas después fue liberado. “Deberían investigar a Carlos Pareja” habría dicho mientras estuvo en la Fiscalía. En la actualidad, se desconoce su paradero. 
Carlos Pareja Yannuzzelli llegó a la gerencia de refinación de refinería Esmeraldas en 2012, aunque ha estado vinculado al sector, con algunos intervalos, desde cuando fue Director de Hidrocarburos en el gobierno conservador de Sixto Durán Ballén. El 20 de julio de 2015 dejó el departamento de refinación para asumir el cargo de gerente general de Petroecuador. Allí estuvo cuatro meses hasta que, el 13 de noviembre de 2015, fue designado por el presidente de la república, Rafael Correa, como ministro de Hidrocarburos. Llevaba seis meses en el cargo, cuando el 2 de mayo de 2016, se conoció que dejaba el cargo -aduciendo que le hace mal la altura- su nuevo reemplazo era José Luis Icaza, parte de su grupo. Pareja Yannuzzelli estuvo en este cargo cerca de seis meses. 
La dimisión de Bravo y Yannuzzelli se da en medio de denuncias de corrupción y enriquecimiento ilícito en Refinería Esmeraldas, realizadas por Focus Ecuador. 
LA CORRUPCIÓN ES TAL, QUE RESULTA UNA “PRÁCTICA GROTESCA” 
En refinería Esmeraldas los casos de corrupción son, desde “grotescos” hasta “discretos”, dice el entrevistado que no quiso ser mencionado por temor a represalias. Entre los primeros se cuentan el de la asociación de la firma internacional Worley Parsons con la empresa ecuatoriana “Azul”, en 2011, para fiscalizar el proceso de rehabilitación de la planta petrolera. 
“Azul” hizo un acuerdo con Worley Parsons International y Petroecuador para contratar libremente. Fue una amplia facultad que le otorgó la evaluación de las propuestas, le permitió además escoger las empresas, indicar los montos, sugerir contratos complementarios, obras, plazos, así como la fiscalización de las obras y contratos, todo esto con el aval de Alex Bravo, Carlos Pareja, y la venia de las más altas autoridades del gobierno. 
Un examen de la Contraloría General del Estado determinó que estas empresas son una asociación, hecho que es ilegal, puesto que las cláusulas de los contratos en la refinería, no permiten esta figura. 
EMPRESA DE AMIGOS DE CORREA, LA GRAN TERCERIZADORA 
El informe de Contraloría concluyó además que el personal que labora en la REE, a nombre de Worley Parsons, es nacional: son ex-trabajadores de la planta esmeraldeña a quienes por su labor se les cancela USD 6000,00 como monto máximo. 
Ellos fueron contratados por la empresa “Azul” quien, a pesar de contar con personal nacional, cotiza y factura como si fuese personal extranjero. Es decir, el Estado ecuatoriano paga desde hace cinco años, hasta la fecha, cerca de USD 60.840,00 mensuales. 
Si el Estado ecuatoriano cancela USD 60.840,00 mensuales por un trabajador, cuando en realidad se le paga USD 6000,00, ¿dónde están los USD 54.840 restantes? 
Quien tiene la respuesta es el buen amigo del presidente Rafael Correa, William Wallace Phillips Cooper, dueño del grupo “Azul”, esposo de Mónica Hernández de Phillips, asesora del presidente Correa y directora de la “Estrategia intersectorial de prevención de embarazo adolescente y Planificación Familiar (Enipla). 
William Wallace Phillips Cooper (Bill Phillips) es el hombre de los méritos. Este veterano de guerra del USA Army, combatiente de la guerra de Vietnam, recibió la condecoración “al mérito” de parte del presidente de la República Rafael Correa, en el grado de caballero y “mérito al progreso” por ser una persona cuyas actividades han contribuido al desarrollo económico, social y cultural del Ecuador. Ha recibido además homenajes de los Boys and Girls scouts y la “fundación Alternativa”, ambas instituciones de Ecuador. 
LA REVOLUCIÓN HIZO GRANDE A AZUL 
Azul, es ahora una poderosa corporación que lleva la administración de un conjunto de empresas en Ecuador que proveen toda clase de servicios del área petrolera: desde provisiones alimenticias, pasando por ventas de maquinarias, consultorías, hasta fiscalización de proyectos. Entre sus empresas se cuentan; Urazul S.A, Azulec S.A., Caterazul S.A (antes Conazul, hoy Caterpremier S.A.), Tecnazul Cía. Ltda, Campetrol, Aurazul, Constrazul, Sierrazul, Impexazul, Cosami Construazul Joint Venture, Headsasa S.A, Sundoor, Ofparis S.A, Deltazul S.A y muchas más. 
Con 35 años en el sector petrolero, grupo Azul ha logrado sumar a su extensa lista clientes importantes como Petroecuador, Petroamazonas, SK Group, Refinería Esmeraldas, Refinería del Pacífico, Aeropuerto de Quito, KBC Advanced Technologies, Worley Parsons… 
Fue grupo Azul, a través de Ivonne Fabara (que fue presidenta de la empresa Caterpremier), ex Secretaria Nacional de Hidrocarburos, quien habría contactado a Worley Parsons International (WPI) para que presente su oferta de trabajo en Petroecuador. Fabara fue formada en Azul, su cónyuge Marcos Guayasamín es contratista de Refinería Esmeraldas y de Refinería del Pacífico, a través de la empresa EJAL, en un cuadro de evidente conflicto de intereses. 
Esta consultora australiana, reconocida a nivel mundial, fue contratada igualmente sin licitación por Petroecuador en 2011 para fiscalizar el proceso de rehabilitación de la REE. Se calcula que, entre los años 2011 y 2014, facturó USD135 millones. 
Hasta noviembre de 2015, Worley Parsons había fiscalizado decenas de contratos que Petroecuador tiene firmados con diferentes contratistas en la REE. Aunque el gobierno reconoció que el proyecto de rehabilitación de la REE subió de USD 187 millones en 2008 a USD 1200 millones en 2015, nuevos contratos en poder de Focus, alertan que la cifra podría llegar a USD 2000 millones. 
CONTRALORÍA CUESTIONÓ GESTIÓN DE WPI/AZUL 
Pero el trabajo de esta consultora, ha sido cuestionado en varias ocasiones por la Contraloría General del Estado. Por nombrar algunas: En 2014 el informe 0039-DAPyA-2013 dijo que pese a que la oferta de la compañía South Korean SKEC (firma coreana que está a cargo de la rehabilitación de la planta) no cumplía algunos requisitos, la fiscalizadora del proyecto, WPI, recomendó adjudicarle el contrato, “lo que conllevó a que se celebre el contrato con base de una inadecuada evaluación de la oferta adjudicada”. 
Otro informe de ese mismo año, asegura que WPI no fiscalizó los diseños o estudios elaborados por Universal Oil Productos (UOP) ni la calidad de los trabajos que se ejecutaron en el programa de rehabilitación de la refinería la empresa coreana SKEC. 
A esto se sumó, en 2015, un reporte de los mismos trabajadores de la planta, que señalaban que, en el trabajo realizado por SKEC, detectaron 104 fallas que Worley Parsons no divisó. 
En el contrato de construcción de las plantas Merox y Amina de FCC, a cargo de Jorge Vivar, Worley Parsons, pese a ser fiscalizadora, realizó los estudios de ingeniería, contraviniendo la normativa.  
En noviembre de 2011, WPI ganó un nuevo contrato por un valor superior a los USD 200 millones, para fiscalizar la construcción de la Refinería del Pacífico, un proyecto que se mantiene abandonado. Solo en los dos mega proyectos, WPI facturó una cifra cercana a USD 340 millones, contratos tercerizados por Azul. 
El año 2015, WPI realizó los estudios para la rehabilitación de la planta de gas natural de Bajo Alto en la provincia de El Oro, afectada por graves fallas estructurales y hundimiento de las plataformas. El estudio fijó un costo del proyecto en USD 118 millones, una cifra que duplica el costo de construcción de la planta que fue de USD 51 millones. 
Se pudo conocer que Azul también terceriza la gestión de otras grandes contratistas de Petroecuador, como KBC que mantiene varios contratos de capacitación y estudios en las refinerías Esmeraldas y Pacífico. En la planta de Esmeraldas, KBC tiene contratos por USD 150 millones, mientras en Refinería del Pacífico, registra contratos de estudios junto a la firma coreana SK por USD 260 millones. También se sabe que Azul presta los servicios a la firma extranjera MMR Group, que maneja contratos por USD 180 millones en la planta de Esmeraldas. 
LOS NEGOCIOS DE BRAVO Y SUS RELACIONES PELIGROSAS 
Entre decenas de contratos, Worley Parsons, autorizó la contratación directa de la planta de Sosa Gastada, en la refinería Esmeraldas, con una firma sin ninguna experiencia, Oil Services & Solution (OSS), de propiedad de Jaime Baquerizo Escobar, como reveló Focus en su investigación. 
Pero, el director del proyecto, Alex Bravo, y el contratista de la obra, Jaime Baquerizo, mantienen una relación empresarial. Ambos suscribieron un contrato de representación entre sus empresas offshore, Girbra (Bravo), de Panamá y Arkdale Investments Limited (Baquerizo), de las Bahamas, según lo reveló diario El Universo.


SLa modalidad utilizada por Bravo es que, él invierte (lava el dinero) -recibido por sobornos de las contratistas- en los mismos contratos de la refinería Esmeraldas, luego recupera ese capital y las ganancias en las facturas que Petroecuador cancela a la contratista, así el dinero se “limpia“…


La modalidad utilizada por Bravo es que, él invierte (lava el dinero) -recibido por sobornos de las contratistas- en los mismos contratos de la refinería Esmeraldas, luego recupera ese capital y las ganancias en las facturas que Petroecuador cancela a la contratista, así el dinero se “limpia“. Si hablamos de altos sobrecostos, el volumen de los desvíos puede ser gigante.
Otra de las modalidades para sacar el dinero del país, sería un sistema de pitufeo, para lo cual se utilizó a un amplio número de personas, entre ellas el equipo de seguridad de Alex Bravo. En el reporte de migración de Henry Gómez Abad, uno de los asesores de Bravo, constan varias salidas a Colombia y Panamá; lo propio ocurre con la esposa, Jelice Alexandra Herrera Ferrín. 
Como se reveló en la investigación los Panamá Papers del gerente de Petroecuador, Alex Bravo y su cónyuge no solo tiene participación en cinco empresas panameñas, sino también en al menos tres compañías domiciliadas en Ecuador, al menos dos de ellas, Multival y TotalEnergy, contrataron con la propia refinería Esmeraldas, cuando Bravo era el principal representante. 
AZUL, EL COLOR DE LOS NEGOCIOS… 
Como se ha dicho, el trabajo de fiscalización no es exclusivo de Worley Parsons: también interviene grupo Azul. La Contraloría, en uno de sus informes (DAPyA-0066-2015), concluyó que son una “asociación en la que participan personal de las dos firmas”, sin que Petroecuador hayan tomado acción alguna sobre ese particular. 
Focus tuvo acceso a un contrato para la “Fiscalización y Gerenciamiento del programa de rehabilitación de refinería Esmeraldas. Resumen de H-H (horas-hombre) y valores de Azul”, de 2011, cuya cubierta tiene el logo de Azul, y al interior documentos membretados con el logo de Worley Parsons, allí se detalla que un gerente de proyecto por hora gana USD 360,61, un gerente de procesos USD 318,15 y un ingeniero USD 196,79. 
Ese subcontrato establece un monto de USD 23.1 millones, por pago de personal fiscalizador. Para técnicos domiciliados en Houston se destinó USD 1.5 millones, mientras para el personal en Ecuador, la cifra fue de USD 21.5 millones, sin incluir movilizaciones, costos por subcontratos, ni viajes. 
Si las remuneraciones de 16 mil dólares mensuales pagadas a los miembros de directorio de la Ciudad del Conocimiento Yachay, generó cuestionamientos, los costos reconocidos por las autoridades de Petroecuador al personal tercerizado de Azul/Worley Parsons en refinería Esmeraldas, refinería del Pacífico y en la planta de gas de Bajo Alto, desbordan los límites de la Ley y la razón: El costo H-H (hora-hombre) de un fiscalizador de Azul es similar al sueldo básico mensual de un obrero ecuatoriano; con cuatro días de sueldo de un fiscalizador se pagaría la remuneración mensual del Presidente de la República. 
De los cuadros contenidos en el subcontrato se puede advertir que el país pagó a los funcionarios de Azul/Worley Parsons, en promedio los siguientes rubros: En Quito 228,83 dólares la hora, 1830 dólares diarios, 54.919 dólares mensuales, 659.028 dólares al año. 
Los profesionales que laboran en la refinería Esmeraldas, facturan 250,53 dólares la hora, 2004 dólares diarios, 60.127 dólares mensuales, 721.524 dólares al año. Mientras los gerentes de Azul/WorleyParsons, en Esmeraldas, cobraron 361,61 la hora, 2.892 dólares por día,  86.786 dólares al mes, 1´041.436 dólares anuales.
Por la plantilla de gerentes de Worley Parsons en Houston, Ecuador facturó 313,82 dólares la hora, 2.510 dólares al día, 75.316 dólares al mes meses, 903.801 dólares al año.  
Entre tanto, documentos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), detallan que, en septiembre de 2012, fue la consultora Tecnazul S.A la que canceló las aportaciones al Seguro del personal que trabaja en Worley Parsons, fiscalizadora del proyecto de rehabilitación de la refinería, pero lo hizo sobre sueldos mucho menores a los realmente pagados, es decir solo canceló valores por salarios que van desde los 104,59 dólares, hasta los 6000 dólares mensuales, como máximo. 
Tecnazul, según la Superintendencia de Compañías, se dedica a la “prestación de servicios profesionales de consultoría incluyendo estudios de pre-factibilidad y factibilidad, diseños de ingeniería conceptual básica y de detalle en las áreas de ingeniería química, ingeniería de procesos, ingeniería civil, ingeniería estructural, ingeniería mecánica, ingeniería de tuberías, ingeniería eléctrica, ingeniería electrónica, ingeniería de instrumentos y control…..” Sus accionistas son URAZUL S.A. con USD 65.000,00 y William Wallace Phillips Cooper, con USD 35.000,00. 
Las declaraciones de impuestos a la renta señalan que antes de 2010, Tecnazul declaraba USD 0,00 en impuestos a la salida de divisas, pero a partir de 2010, eso cambió: declaró USD 114.979,88 en 2012; USD 402.645, 36 en 2013, USD 629.447,72 en 2014 y USD 148.049,04 en 2015. De igual manera, hasta el año 2009 los valores anuales de declaraciones de impuesto a la renta causado no superaban los USD 15.000,00; no así desde 2010 cuando las cifras subieron abruptamente: en ese año declaró USD 47.598,59; en 2011 USD 57.354,84; en 2012 USD 271.061,10; en 2013 USD 517.186,52; en 2014 USD 914.710,89 y en 2015 USD 829.856, 24. 
Lo que sugiere que Tecnazul (Grupo Azul) alcanzó su desarrollo con la llegada de Worley Parsons al país. 
Lo mismo ocurrió con William Wallace Phillips Cooper, quien hasta 2009, no declaraba más de USD 5.000,00 en impuesto a la renta, pero su situación cambió drásticamente, pues en 2011 llegó a declarar USD 973.271,79 y USD 712.240,37 en el año 2015. 
WORLEY PARSONS/AZUL TAMBIÉN FISCALIZA LA PLANTA DE GAS NATURAL DE BAJO ATO 
Entre el 1 de agosto de 2012 y 12 de marzo de 2015, la Contraloría General del Estado realizó un examen especial a la “Situación de las estructuras que soportan la planta de licuefacción de gas natural de Bajo Alto y sus efectos en las condiciones de seguridad de la planta, integridad física de los equipos, tuberías, instalaciones y producción de planta”, el informe relata que el 21 de febrero de 2014, Petroecuador adjudica la contratación de fiscalización para la puesta en marcha de la planta de gas natural, a Worley Parsons. 
En términos pedagógicos se debe entender que Azul es Worley Parsons en Ecuador, Contraloría lo entendió así y por eso en su informe DAPyA-0066-2015, concluyó que “la fiscalización de la remediación civil, es la actividad en la que más trabajó personal de TECNAZUL Cía. Ltda. En el personal utilizado se incluyeron cuatro profesionales de la empresa contratista Worley Parsons International Inc., y siete de TECNAZUL Cía. Ltda.” y añade: “se observó una mayor participación de personal de TECNAZUL Cía. Ltda., destacando que las dos consultoras intervinieron como una asociación en la que participan personal de las dos firmas”. 
Funcionarios de Petroecuador señalaron que Worley Parsons no comunicó ni solicitó la participación de personal de TECNAZUL Cía. Ltda. Contraloría por su parte, dice que los funcionarios de Petroecuador, administrador y supervisor del contrato, estaban enterados que el personal que trabajaba allí, era ecuatoriano, porque en los documentos concernientes al personal que presentaban, siempre constó el logo de Azul. 
La entidad de control agrega: El Gerente de Proyecto de Worley Parsons International, dijo que EPP (Petroecuador) conoció desde la oferta y previo inicio del contrato la relación con la empresa TECNAZUL Cía. Ltda.; y que, “autorizó" dicha relación. 
El reporte detalló además que varios trabajadores facturaron por horas de trabajo en dos sitios diferentes (Planta de Gas de Bajo Alto y Refinería de Esmeraldas) y por dos proyectos, en el mismo de lapso de tiempo. Informó en Bajo Alto no hay un control sobre las horas extras que realiza cada trabajador.  
Un gerente de proyecto de Worley Parsons gana USD 360,00 por hora de trabajo. Multiplicado por ocho horas diarias y por 21 días, mensualmente gana USD 60.840,00. Lo que no se compadece con el sueldo de un profesional de alto nivel ecuatoriano, quien gana USD 8099,28. Un miembro del personal de consultores de WP gana 7,5 veces más que un trabajador que ocupa las funciones gerenciales de Petroecuador, destaca el informe de la Contraloría.

El SRI se apresta a adjudicar millonario contrato a empresa cuestionada

El Servicio de Rentas Internas (SRI) deberá este 19 de mayo licitar un contrato por mas de 90 millones de dólares que busca controlar eficientemente el pago del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE). Se trata de un sistema urgente y necesario que el Estado busca implementar en este período de crisis financiera, pero al interior del entidad tributaria ya se  conoce el nombre de la empresa ganadora, se trata de la suiza Sicpa, la misma que enfrenta cargos de fraude y soborno en Brasil por haber dirigido un contrato similar al que intenta ejecutar en Ecuador.
Documento: Los pliegos para la adjudicación del contrato.
El proceso ya se halla en el Sistema de Compras Públicas desde el pasado 7 de abril de 2016. Se trata del concurso para la identificación, marcación, autenticación, rastreo y trazabilidad fiscal para bebidas alcohólicas, cervezas y cigarrillos de producción nacional.  
El objeto del proyecto es colocar un sistema de identificación y rastreo  en cada embase y  reconocer si son productos de contrabando o si las industrias nacionales mantienen un sistema de producción no declarado, para burlar el pago de impuestos.  
En 2007 un trabajo realizado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investihgación (ICIJ), que ahora acaba de revelar el escándalo de los Panama Papers, publicó un informe internacional que explicaba cómo las empresas de cigarrillos en diversas partes del mundo contaban con líneas de producción no declaradas que fomentaban el contrabando, el terrorismo y la evasión de impuestos. El estado ecuatoriano además identificó que existió el ocultamiento en la producción de cerveza, por ejemplo: en 2012 las cerveceras declararon la producción de 570'744.914 de botellas pero al 2013 cuando las empresas sabían que se implementaría el proyecto de trazabilidad, se registró una producción de mas de un billón de botellas de cerveza (1''033'664.556)  ¿pudo aumentar en un año la producción en un 100%?, ¿qué autoridad se ha referido a ello?, ¿dónde están los revolucionarios para rasgarse las vestiduras? 
De eso el presidente Correa no ha dicho una sola palabra. En todo caso el sistema a implementar establece mecanismos de control para disminuir el mercado ilegal de alcohol y cigarrillos y  busca un eficiente proceso de recaudación del impuesto a los consumos especiales (ICE). El costo: $93'504.625,48. Nada de esto suena extraño y el proceso es por demás necesario, pero hay un inconveniente: el concurso público de ofertas está dirigido a favorecer a Sicpa.  
Existen evidencias claras de ese direccionamiento. Días antes de la publicación del proceso en el portal de compras públicas, el SRI emitió un memorando interno con las bases del concurso, en estas se ratificaba la posibilidad de participación de varias empresas.  Por ejemplo en el numeral 2.2.1 de experiencia general, se decía que las participantes debían brindar servicios de marcación, rastreo y trazabilidad de cualquier producto, que su experiencia debía ajustarse al sector privado y que el número de envases marcados sea al menos de 700.000 unidades. En el punto de experiencia específica también se ratificó el rastreo de “cualquier producto”.  
Pero eso varió en los pliegos publicados: en el segmento de experiencia general se agregó el servicio de trazado a “empresas privadas y gobiernos”, se aumentó el monto: 3´000.000 de unidades identificadas y se especificó que la ganadora debía  brindar esos servicio de marcación, rastreo y trazabilidad para “bebidas alcohólicas, cervezas o cigarrillos”.  
Esos simples cambios provocarán que sólo Sicpa Ecuador cumpla los pliegos. En las bases del concurso se establece que la experiencia general y específica se calificará con el 25%.


Sicpa en la actualidad atraviesa un escándalo de corrupción en Brasil, fue acusada de entregar sobornos por 32 millones de dólares a diversos funcionarios del Ministerio de Hacienda de ese país por firmar un contrato de servicio de miles de millones de dólares para supervisar la producción de bebidas…


Sicpa en la actualidad atraviesa un escándalo de corrupción en Brasil, fue acusada de entregar sobornos por 32 millones de dólares a diversos funcionarios del Ministerio de Hacienda de ese país por firmar un contrato de servicio de miles de millones de dólares para supervisar la producción de bebidas como cerveza y refrescos, muy similar al que busca implementar con el SRI de Ecuador.  
En julio de 2015 la Policía de Brasil allanó las oficinas de la Agencia Federal de Impuestos como parte de la investigación. El escándalo se enmarcó en otras investigaciones como el caso Petrobras y Odebrecht. Entonces el Ministerio de Finanzas emitió un comunicado afirmando que la investigación comenzó cuando se informó  a la Policía Federal la sospecha de que funcionarios dirigieron la licitación  favor de Sicpa, que ya había implementado el sistema Sicobe desde 2008 que registra contadores para el control, registro, grabación y transmisión en las las líneas de producción de bebidas frías como cervezas, refrescos, jugos, aguas minerales para el posterior pago de impuestos, para propósitos de impuestos.  
En Ecuador la empresa ya realizó proyectos para el Sistema Nacional de Aduanas (Sinae). En 2014 firmó un contrato de $855.000 para entregar 7 millones de timbres o etiquetas fiscales para colocarlas en los licores importados. Se trató de una subasta inversa que a todas luces estaba dirigida a Sicpa.  
La empresa nuestra un alto nivel de opacidad, en su registro ante la Superintendencia de Compañías, se establece el Consorcio Sicpa Supraplast Ecuador es representado por Sicpa Security Solutions, esta segunda compañía registra como apoderado a BBR Representaciones que a su vez mantiene como representantes a cinco empresas mas. Solo se registra el correo electrónico de un empleado de la firma de abogados Bustamante y Bustamante.  
Pero existe un registro que brinda pistas quién es Sicpa en Ecuador. En octubre de 2010 la empresa dirigió una carta a la entonces ministra de coordinación de la política económica Katiuska King,  la misiva fue firmada por Marco Erazo, amigo personal de Rafael Correa, que compartió espacio en el grupo Ecuador Alernativo, el colectivo que impulsó la candidatura de Correa hace dos lustros. Erazo ocupó la embajada del Ecuador en Francia por pedido de Corrrea y luego de su cumplir su misión fue nombrado representante de Sicpa en el país. En el enlace ciudadano 170 realizado el 1 de mayo de 2010 en el Palacio de Carondelet, Correa ya hizo referencia a la contratación de Sicpa: “Hay un proyecto para implementar timbres, mas que timbres son cintas de seguridad que está aplicando una empresa suiza, con eso podemos contar la producción de cada industria y saber cuánto se debe pagar de ICE, ese impuesto no lo paga la industria, lo paga el consumidor, se puede controlar cuántas botellas se produjeron”, dijo.
Imagen: Sicpa viene tras el contrato desde 2010.
En la carta dirigida a la entonces ministra King, Marco Erazo reconoció haberse reunido con el presidente (su amigo) el 28 de abril de 2010.  
Para impulsar el nuevo proyecto con Sicpa, el gobierno creó el 22 de septiembre de 2014 el sistema SIMAR:  Sistema de Identificación, Marcación y Rastreo como mecanismo de control para hacer cumplir el régimen tributario. En el segundo suplemento del Registro Oficial 338 se establece el objetivo de marcar a cada embase, botella o cajetilla de cigarrillos con una identificación que permita conocer si ingresó legalmente al país.  
En el enlace Ciudadano 468 del 16 de marzo de 2016 Correa volvió a referirse al proyecto SIMAR. Lo  hizo el segmento la libertad de expresión es de todos. Luego de las repetitivas críticas a los medios de comunicación y periodistas por informar sobre el aumento del precio de los licores dijo: “Qué me averigüen cómo se llama el sistema que cuesta decena de millones de dólares de lectura de timbres, que puede detectar enseguida licor de contrabando, cajetillas de cigarrillos de contrabando”.  
La licitación que promueve el SRI se halla en fase preguntas de preguntas, la presentación de las propuestas será hasta el 19 de mayo y ese mismo día se conocerá a la empresa ganadora.   

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Terremoto: El exsecretario de Gestión de Riesgos mintió y se marchó


Video: El entonces secretario de Gestión de Riesgos niega el uso de maquinaria.
La salida del vicealmirante Luis Jaramillo de la Secretaría de Gestión de Riesgos, anunciada la noche del pasado lunes 2 de mayo de 2016, no puede convertirse en cortina de humo por las evidentes limitaciones del Gobierno de Rafael Correa ante el reto del terremoto del 16 de abril de 2016.
El 25 de abril de 2016, el portal gubernamental El Ciudadano publicó que: "Se cumplieron los protocolos internacionales en la búsqueda y rescate de víctimas del terremoto”.  En tal nota, se incluye un video donde el vicealmirante Luís Jaramillo, Secretario de Gestión de Riesgos "niega enfáticamente que se hubiese incumplido el protocolo respecto a la introducción de maquinaria pesada para remoción de escombros antes de las 72 horas", que indicaban los Protocolos Internacionales. Jaramillo mintió.
Muchas voces, tanto de rescatistas, periodistas y ciudadanos que estaban en el área, atestiguan lo contrario a lo señalado por el Secretario Nacional de Gestión de Riesgos y El Ciudadano.
No deje de leer: 'Terremoto: el riesgo es que el Gobierno siga sin hacer nada'
El 1ro. de Mayo, el portal noticioso argentino Infobae publicó una entrevista con Luis Carabelli voluntario del equipo de rescate argentino 'Cascos blancos', quien señala que el hecho de que se utilizara maquinaria para la remoción de escombros en las localidades afectadas por el terremoto antes de las 72 horas que indican los protocolos internacionales de rescate de víctimas "pudo aumentar la cantidad de muertos". 
Caraballi no es el primero en hacer este tipo de comentarios.  El 19 de abril, a pocos días de la tragedia, el Diario El País de España, reseñaba la preocupación del Capitán Germán Andrés Miranda, director nacional de los Bomberos de Colombia -que colaboraban en los esfuerzos de rescate en Ecuador- por el incumplimiento por parte de las autoridades ecuatorianas de los protocolos de rescate de sobrevivientes.  El Capitán Miranda expresaba su preocupación por el uso de “maquinaria pesada en las áreas en las que trabajan los organismos de socorro, lo que podría generar una desestabilización del terreno.”
El grupo de rescatistas mexicanos conocido como los Topos, también expresó su preocupación por el incumplimiento de los protocolos de rescate de víctimas en el terremoto sufrido en Ecuador el 16 de abril de 2016 con epicentro en la población de Pedernales, provincia de Manabí. Al igual que rescatistas argentinos y colombianos, los mexicanos identificaron la introducción de maquinaria pesada para la remoción de escombros antes de las 72 horas como uno de los incumplimientos más graves a dichos protocolos.
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En el video de El Ciudadano, Jaramillo dice enfáticamente: “Quiero indicar que en ningún momento se intervino con máquinas para la remoción de escombros como se ha difundido de una forma totalmente  antiética y totalmente inmoral. El tema de las pocas maquinarias que entraron fueron para limpiar la vía de acceso, no para remover escombros."
El Secretario de Gestión de Riesgos fue más allá y descalificó a quienes denunciaron el uso de maquinaria pesada:
“Ingresaron turistas que una vez que estuvieron en el país como turistas se colocaron trajes de seudo rescatistas y ellos quienes de una forma totalmente inmoral están difundiendo noticias falsas o desinformando a la ciudadanía”

Video: El entonces secretario de Gestión de Riesgos descalifica a rescatistas.
La nota de El Ciudadano también atribuye a un funcionario del PNUD la afirmación de que el país había cumplido con los protocolos internacionales en la búsqueda y rescate de víctimas. 
¿Dónde está la verdad?  ¿Hubo cumplimiento o no de los protocolos? ¿Se puede considerar a los Topos mexicanos, los bomberos colombianos y los cascos blancos argentinos como seudo rescatistas?
Lo que nos queda claro es que el Gobierno acepta que introducir maquinaria antes de las 72 horas violaba los protocolos y por ello lo niegan enfáticamente.
Nuestra revisión de las fotos y videos publicados en medios locales, nacionales e internacionales prueban que Jaramillo  y El Ciudadano' mintieron. 
En estas fotos y videos se ve claramente a la maquinaria pesada demoliendo edificaciones. Los diarios y medios de comunicación publicaron tales imágenes entre los días 18, 19 y 20 de abril y dado que los diarios cierran su edición impresa en la noche, estas  fotos corresponden al día anterior.  Estas fotos se corresponden además con los testimonios de personas en los sitios del siniestro, quienes en redes sociales levantaban la voz de alarma. Como el terremoto fue a las 6:55 pm las 72 horas se cumplían a las 6:55 pm del día martes 19, siendo altamente improbable que se usen estas maquinarias en la noche, el día 20 todavía no deberían haber existido imágenes de maquinaria pesada en los escombros.
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Las imágenes desmienten que Ecuador haya respetado los protocolos para búsqueda y rescate mostrando inequívocamente remoción de escombros de casas y edificios, la maquinaria que aparece en ellas no está despejando vías de acceso.
En su testimonio en el portal Plan V, el periodista Jean Paul Bardellini quien estuvo en Pedernales expresó:
“También se me acabaron los insultos para expresar la rabia e impotencia al ser testigo de cómo maquinaria pesada era usada para remover escombros sin esperar las 72 horas que establece el protocolo internacional para rescates en estructuras colapsadas…Duele porque los rescatistas de varios países explicaban que al hacerlo la maquinaria compacta los escombros, los llena de polvo, reduciendo a casi 0 las posibilidades de sobrevivir en ellos”.

La máquinaria antes de las 72 horas en los diarios
Imagen: Pedernales 17 de abril de 2016, publicado al día siguiente del terremoto en El Tiempo Latino.

Imagen: Pedernales 17 de abril de 2016 al día siguiente del terremoto (publicado el 18), en diario La Prensa de San Antonio, Texas.

Imagen: Pedernales 17 de abril de 2016 al día siguiente del terremoto (publicado el 18), en el portal BenditoFútbol.

Imagen: En el Diario El Universo se evidencia cómo a las pocas horas del terremoto la maquinaria pesada estaba removiendo escombros.
Imagen: Portoviejo 17 de abril de 2016 (publicado el 18), en el Diario de Manabí.
Imagen: Manta 17 de abril de 2016, no habían pasado ni 24 horas del terremoto (publicado el 18).
Imagen: Calderón 17 de abril de 2016. La maquinaria remueve escombros cuando no habían pasado ni 24 horas del terremoto (publicado el 18).
Pedernales 18 de abril de 2016, aun no se cumplían las 48 horas del terremoto (publicado el 19).
Rocafuerte 18 de abril de 2016, aun no se cumplían las 48 horas del terremoto (publicado el 19).
Manta 18 de abril de 2016 (Publicado el 19).
MilHojas.is no solo encontró fotos, también hay videos que muestran la maquinaria removiendo escombros, como este video de El Universo, durante el martes 19 de abril de 2016.  Las setenta y dos horas que indica el protocolo recién se cumplían a las siete de la noche, sin embargo vemos a la maquinaria trabajando desde la mañana.
Video: Manta 19 de abril de 2016, El Universo.

Incluso en crónicas sobre el terremoto de medios gubernamentales aparece la maquinaria como telón de fondo.  Durante el reportaje “Pedernales quedó devastado por el terremoto en Ecuador” podemos ver a los veinte segundos como aparece la pala mecánica removiendo escombros en Pedernales y a partir de los 57 segundos vemos como trabajaba la maquinaria ese día en El Carmen.  El reportaje fue publicado el día 18 de abril y las tomas tenían luz de día. Es decir que no habían pasado ni cuarenta y ocho horas del terremoto.
Video: Pedernales 19 de abril de 2016, TC Televisión.

En ese mismo reportaje podemos ver en el segundo 32 al alcalde de Pedernales solicitando desesperadamente ayuda, rescatistas y maquinaria pesada para su cantón.  La misma solicitud la hizo en TeleAmazonas y diferentes medios de comunicación. A su entender, la remoción de escombros era fundamental para el rescate.  Es sorprendente que ni la Secretaría de Gestión de Riesgos ni las otras autoridades nacionales, que estaban ya en la zona se hayan preocupado de sacarlo de su equivocación e indicarle cuál era el protocolo para rescate de víctimas en estos casos.
El Alcalde de Pedernales, quien preside en ese cantón el COE (Comité de Operaciones de Emergencia) según el incipiente Sistema de Nacional de Gestión de Riesgos no era el único en esa confusión. Como hemos visto por las fotos en otras ciudades pasó lo mismo.
¿Quién es responsable de esto? Si las autoridades locales y las personas particulares, con desconocimiento de los protocolos correspondientes decidieron usar maquinaria pesada para remover escombros comprometiendo la seguridad de quienes estaban atrapados, ¿qué rol jugaron las autoridades nacionales que ya se habían desplazado a las localidades afectadas por el terremoto el día siguiente? Por lo menos se sabe que el Ministro del Interior llegó a Pedernales y el Vicepresidente Glas también se desplazó a la provincia de Manabí.  La remoción de escombros con maquinaria pesada no se dio de manera aislada ni secreta, en la cobertura que los diarios hicieron del terremoto en Manabí y Esmeraldas hay gran despliegue de fotos donde se ve de la maquinaria en los días inmediatamente posteriores al terremoto.  Es imposible no haberse percatado del uso de tal maquinaria. ¿Debemos suponer que desde su retorno al Ecuador el domingo 17 de abril el Presidente de la República no vio un solo periódico?
Pero lo queda en evidencia la ignorancia de los protocolos en caso de terremotos por parte de la propia Secretaria de Gestión de Riesgo, o su inoperancia.
Imagen: captura de pantalla de noticia publicada por El Universo, en la que habla de retiro de escombros a 24 horas del terremoto.

La respuesta del Vicealmirante Jaramillo ante esta realidad ha sido negar que haya ocurrido lo que a todas luces sucedió y descalificar a quienes lo denunciaron. 
El terremoto del 16 de abril fue una prueba de fuego para el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo.  Pero no solo debe responder este sino todas las estructuras paralelas que ha creado este Gobierno dando como resultado una torre de Babel administrativa que se traduce desatención de los damnificados.
Que Jaramillo se vaya no significa que aceptemos que se pase la página sin fincar su responsabilidad y la de los demás involucrados.  ¿Qué tiene que decir de todo esto el Ministro  Coordinador de Seguridad César Navas, quien repitió como vocero en desastres naturales? El año pasado lo fue para el caso del Cotopaxi y ahora para el terremoto. Cuando Correa introdujo a Navas en la ecuación el año pasado, la Secretaría Nacional de Riesgo se redujo a mera Secretaría Técnica.  Navas, quien pasó del ECU911 a manejar el Ministerio Coordinador de Seguridad, maneja una estructura paralela a la Secretaría de Riesgos.  Cuando intervino el año pasado ante el estado de excepción por el Cotopaxi, donde la medida más importante fue la utilización del ejército para reprimir en Saraguro, quedó claro el tipo de riesgo en que se especializa Navas.
La demora en el rescate en Canoa, Pedernales, Muisne, Chamanga…
Si el manejo del rescate en Pedernales, Portoviejo y Manta violó los protocolos internacionales poniendo en riesgo a quienes estaban bajo los escombros, otras poblaciones que sufrieron también derrumbes de edificaciones ni siquiera fueron atendidas en las primeras 24 horas, las cruciales para el rescate. Qué pensar de un país cuya constitución garantiza la existencia de un Sistema Nacional Descentralizado de Riesgos y no es capaz de estar en menos de 24 horas en poblaciones víctimas del siniestro.  La falta de acceso no es un argumento válido.  Karla Morales y su equipo de voluntarios de la sociedad civil llegaron antes que el Gobierno a Canoa, a las 20 horas del desastre.
Las etiquetas del Mies
Los terremotos no solo tienen víctimas mortales, heridos y operaciones de rescate, también implican una situación humanitaria de damnificados que han perdido todo y necesitan refugio y alimento.  En este aspecto tampoco hubo adecuada respuesta por parte del Gobierno y sus entidades de riesgo y seguridad ciudadana.  Quien sostuvo a los damnificados de Manabí y Esmeraldas fue la solidaridad de la sociedad civil, gobiernos seccionales y empresas privadas que organizaron la recolección, acopio y traslado de agua, víveres, medicinas, artículos de aseo y vestimenta a las zonas afectadas.  Cuando el Gobierno reaccionó fue para controlar la ayuda y si bien es cierto que es importante la existencia de centros de acopio oficiales, la saliente Ministra de Inclusión Social le debe a los afectados y a todos los ecuatorianos una respuesta a la repetida denuncia de que en muchos centros de acopio la entrega de kits a los afectados fue demorada mientras esperaban que llegaran las etiquetas del Mies para que los destinatarios pensaran que la ayuda tenía fuentes gubernamentales.
Imagen: Bolsas de ayuda humanitaria con etiquetas del MIES.

Un ejército con hambre
Los primeros en llegar a un desastre usualmente son los bomberos, equipo de rescate, policía y militares.  En el caso de los militares destinados a las diversas zonas del terremoto del 16 de abril de 2016, lo sorprendente es que llegaron en condiciones bastante precarias, con carpas de la época del Cenepa y, gran cantidad de ellos, sin alimentos.  Como reseñó Christian Zurita en “Terremoto: el riesgo es que el Gobierno siga sin hacer nada”, los militares destacados en Jama pudieron comer gracias a la ayuda de la gente de un circo que les prestó una cocina y utilizando parte de los alimentos enviados a los damnificados. Alguien debe responder por haber enviado a la zona de desastre personal de ayuda que tuvo que buscar su propia supervivencia.
La ayuda internacional supeditada al guión de la propaganda
Otro de los temas que debe ser esclarecido es el del manejo de la ayuda internacional.  Existen varias denuncias de que se demoró la aceptación de la ayuda internacional de Estados Unidos y Europa para privilegiar la llegada de ayuda venezolana y cubana.  En entrevista en Radio Democracia el martes 26 de abril de 2016, el Economista Ramiro Crespo, citaba la entrevista que realizó el 18 de abril, Christian Johnson a Franciso Borja, Embajador del Ecuador en Estados Unidos, donde comentaba que el Secretario de Estado de Estados Unidos, Kerry, había ofrecido ayuda al Ecuador y que esta oferta “estaba siendo evaluada” por la Cancillería Ecuatoriana.  La ayuda de Estados Unidos a Ecuador solo se oficializó después de la llamada personal que hiciera el Presidente Obama a Rafael Correa.  Según Crespo, delegados de algunos países europeos expresaron la misma preocupación. Por otra parte, la ayuda de los Estados “hermanos” fue promovida y promocionada por el aparato de propaganda gubernamental. 
¿Y ahora?
En este momento el país necesita revisar y evaluar lo sucedido. El uso de maquinaria pesada antes del plazo de las 72 horas es solo uno más de los costosos errores del Gobierno en su manejo de la crisis del terremoto.  En términos de búsqueda y rescate el haber dejado poblaciones también gravemente afectadas por el terremoto desatendidas por más de un día o dos, significó afectar sustancialmente la oportunidad de supervivencia de quienes estaban bajo los escombros y la nula capacidad de abastecimiento de alimentos y ayuda a la población damnificada de Manabí y Esmeraldas no tuvo consecuencias funestas gracias a la activa ayuda de la sociedad civil ecuatoriana.
Ecuador es un país con alto riesgo sísmico, volcánico y pluvial tiene que aprender las lecciones que los errores en el manejo de este siniestro le deja.  Eso no se hace con mentiras ni silencios.

MilHojas.is

Terremoto: el riesgo es que el Gobierno siga sin hacer nada


CHRISTIAN ZURITA RON, desde Manabí
La mañana del sábado 23 de abril, un grupo de oficiales del Ejército callaba su indignación al mirar a la joven burocracia tomarse selfies en el estadio de Jama, luego del terremoto que azotó Ecuador ocho días atrás. Los funcionarios preparaban la visita del presidente Rafael Correa. Ese día, el poblado contó con presencia de todos los estamentos gubernamentales, pero luego de la partida del primer mandatario solo quedaron plantadas en ese espacio las carpas de la Policía, Cruz Roja, técnicos de la asistencia internacional china y una discreta delegación de la Secretaría de Gestión de Riesgos, entidad que supuestamente contaba con sistemas para responder a las catástrofes, pero que fue incapaz de ejecutarlo.
También quedó la presencia de un circo popular llamado Tiany, que fue providencial porque prestó sus trastes y cocina a los soldados del Ejército para que prepararan su comida. Las Fuerzas Armadas habían llegado al lugar el martes 19 pero solo el jueves 21 se hicieron cargo del centro de acopio, luego de un caótico manejo en la entrega de la ayuda humanitaria y alimentos por parte del Gobierno. “Antes de que llegáramos, estaba a cargo el Ministerio de Inclusión Social y Económica (MIES). Ellos demoraron en la entrega de kits por varias razones, una de ellas es porque esperaban la llegada de adhesivos con el membrete del MIES, pero además porque no tenían capacidad de organización”, narró un oficial del Ejército que dirigía la organización de los kits de ayuda humanitaria donada por los ciudadanos de Loja, de Quito, de Guayaquil, de Cotachachi… en fin, de todas las ciudades del país.
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Tal era el desorden que de las 82 comunidades que el Ejército identificó alrededor de Jama, 42 no habían recibido nada cuatro días después del desastre. Hasta entonces la población hacía largas filas en espera de los alimentos que no llegaban. Para cubrir las necesidades el Ejército implementó cuatro rutas de repartición, pero en su primer día de acción, apenas logró acceder a 26 comunidades. Un día después llegó a otras 39.

En Pedernales el centro de acopio se estableció en la destruida escuela del milenio del lugar. Su construcción se ejecutó por el Servicio de Contratación de Obras (Secob) a un valor de $2’659.284,37, pero a  su constructor, Wilson Edison Chiriboga Sandoval, le faltó el dinero y le dieron un contrato complementario por $930.715, 28 para terminarlo. Allí, decenas de conscriptos no dejaban de elaborar kits de entrega desde la noche del lunes 18 de abril. La ayuda no dejaba de llegar, alguna incluso en contenedores con centenares de cajas de alimentos con el sello del MIES, pero era fácil descubrir que no se trataba de ayuda gubernamental,  todos los kits elaborados no tenían uniformidad, estaban envueltos en todo tipo de bolsas plásticas que contenían variados productos.
Los militares, a su cuenta y riesgo, reagruparon los productos de las donaciones y rearmaron nuevos kits, de acuerdo a sus criterios. En una de las salas del centro de acopio trabajaron a tres jornadas y solo cuatro días después se unieron voluntarios del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis) a la elaboración de las raciones.
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Para la entrega se destinaron camiones que llevan no menos de 100 kits (útiles para cinco días) con cuatro  soldados, un oficial y un representante del MIES que se encarga de llevar un registro de lo entregado y que solo sirve para las acciones de propaganda del régimen.
Al Ejército le cuesta llegar a las zonas rurales, las vías son pequeñas y no se compadecen con los grandes vehículos con los que cuenta. Sin embargo, los pobladores del campo tienen más capacidad de cubrir sus demandas, en caso de haber perdido sus casas, fueron alojados por amigos y familiares, la ayuda es más solidaria y se respeta la entrega de kits para los vecinos que no están presentes.
Sin embargo, eso no sucede en los centros poblados. Allí es otra realidad, los habitantes que no han tenido dónde ir no escogen un albergue como opción para vivir, saben que allí el hacinamiento puede provocar el abuso de niños y la rápida transmisión de enfermedades. Por eso, personas como Raquel Álaba no tuvieron más remedio que vivir al filo de la vía que une Jama con el resto de la provincia.
-Todos hemos improvisado y la ayuda si nos ha llegado por personas de buen corazón  y empresas particulares que han compartido donaciones -explica Raquel en medio del pesado calor de Jama-. El centro de acopio debe tener alimentos porque la ayuda no ha dejado de llegar, pero hasta ayer (viernes) hacían largas filas y no nos daban, en este momento ya necesitamos ayuda de otro tipo, tenemos moscas e insalubridad  y por mucho que limpiemos eso no podemos controlar, escuchamos que andan haciendo censo abajo en el pueblo pero aquí no.
-¿Y su esposo? -le preguntamos.
-Está junto a los otros hombres buscando caña y plástico para hacer mas fuerte las casas, en la noche cayó mucha agua y se ha mojado todo, ropa, colchones…
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La diáspora
En un caserío llamado Don Juan se constituyó un albergue privado gracias a la voluntad de una familia que poseía un generador eléctrico y bomba de agua, allí se juntaron al menos 15 familias y otras empezaron a levantar carpas con plásticos sujetos a cuatro palos. Pero se trata de la excepción y no la regla, porque para el resto la energía eléctrica, no existe.
Jama y Pedernales se han convertido en una diáspora de asentamientos familiares a lo largo del carretero, están allí para evitar el perfil de playa por terror a las réplicas o la cercanía de  un maremoto, pero también porque la vía les ofrece mas seguridad y control de los niños que juegan al filo de la vía.
Allí, por primera vez identificamos un fenómeno con el que el Ejército aún no sabe cómo lidiar: los militares tienen capacidad de atender con control efectivo en los puntos de mayor concentración, ya la entrega de las donaciones se hace con la presentación de la cédula de ciudadanía, pero no en aquellos lugares donde no se observa alta concentración de personas que necesitan ayuda. Y la dura realidad es que todos los asentamientos tienen poca concentración humana.  
El  Gobierno hizo en parte su trabajo al restaurar la energía eléctrica en las calles de las  poblaciones del desastre, pero en términos concretos su acción se limita a la capacidad que tienen las Fuerzas Armadas para enfrentar el caos. Esto quedó en evidencia el domingo 24 cuando Paola Pabón, secretaria de gestión política del Régimen, visitó los centros poblados: “La prioridad es habilitar albergues” decía a toda voz. Es un tema que no puede esperar, las condiciones de precariedad son similares para damnificados, fuerza pública y voluntarios que laboran en toda la zona.
Cada miembro del Ejército cuenta con una carpa unipersonal (que datan de la Guerra del Cenepa) y sus dotaciones se mojan tanto como les pasa a los damnificados. Los voluntarios civiles no se escapan de esa condición, sus alimentos están más restringidos, pero el estoicismo y la voluntad de ayuda son superiores a las enormes limitaciones. La diferencia se observa en la ayuda internacional, que cuenta con carpas amplias y zonas de seguridad.
En realidad, el Estado brilla por su incapacidad para colocar una sola carpa. A excepción del ministro José Serrano, que demostró horas de trabajo continuo, Pabón luce su estilo ‘Zuleta fashion’ en el recorrido por los poblados, viaja con cuatro autos y sus acompañantes más parecen vaqueros de escaparte que asesores. Su habilidad de habilitar albergues se tradujo en su intento  de tomar posesión de aquellos que fueron gestionados por la sociedad civil, tal como informó diario La Hora. No es raro pensar que si buscan tomar el control de los albergues en poco tiempo busquen forzar a las comunidades a un reordenamiento territorial, arrastrarlos a vivir en otros lugares en nombre de una nueva planificación basada en la seguridad futura.  
El otro tema olvidado se muestra en el centro de acopio de Pedernales, hay un espacio abarrotado de ataúdes donados. Ya nadie está en busca de ellos, ya no hay huellas de entierros y funerales, evidencia que fueron sepultados con rapidez, sin tiempo para que los ecuatorianos lloren por sus muertos.
Tampoco hay respuesta por  la lista de desaparecidos. Ese es uno de los grandes misterios de la tragedia, al preguntar al alcalde de Manta, Jorge Zambrano, cómo se había manejado esa lista, dijo que no tenía una respuesta. En Pedernales el número de desaparecidos fue alto porque en primera instancia la gente huyó aterrorizada por la llegada de un tsunami, pero luego de los días poco a poco aparecieron. El coronel de Policía Víctor Arauz, al frente de la Dirección de Delitos contra la Vida, cuenta que receptó 44 denuncias de desaparecidos en la ciudad, mas de 30 realizadas por redes sociales y la red 1800 delitos. De ese  número –hasta la semana pasada- nueve constaban aún como desaparecidos; todos ellos estaban radicados en Pedernales.
La maquinaria en la zona de desastre
Luego del terremoto, mientras reinaba el caos en Portoviejo, Manta, Bahía, Pedernales, se retiraron rápidamente escombros con maquinaria pesada con el objeto de salvar a sobrevivientes. Fue una acción espontánea y de buena fe, pero es evidente que la falta de técnica en el retiro de escombros pudo haber provocado mas víctimas y mostró la falta de protocolos para manejar una crisis que todos los estamentos nacionales e internacionales conocían que sucedería.

El Diario de Manabí en la edición del jueves 28 de abril recordó cómo los rescatistas colombianos rescataron a Pablo Córdova del Edificio El Gato, en Portoviejo, dos días después del evento: “por favor no sigan con la maquinaria,  ya los escucho mas fuerte…”. Se trató de una charla vía celular que permitió rescatar su vida. El número de víctimas no se compadece con los daños provocados por el terremoto, gracias a la información compartida gratuitamente por satélites privados de los Estados Unidos se puede saber la extensión del desastre: Pedernales sufrió daños en más de 340 hectáreas.
Imagen: La zona devastada de Portoviejo (click para agrandar). En Portoviejo la peor destrucción se centra en 18 cuadras del centro, el corazón comercial de la ciudad, el daño se extiende a algo más de 17 hectáreas, un espacio desolador que todo medio de comunicación no ha logrado descifrar con claridad. El área de devastación en Bahía de Caraquez es de 48 hectáreas destruidas.
Imagen: La zona devastada de Manta (click para agrandar). La condición de Manta es similar, la parroquia Tarqui, el centro comercial de la ciudad, fue seriamente afectado, entre las avenidas 105 y 113 existen no menos de 45 cuadras que medidas superan las 50 hectáreas de extensión. El alcalde de esa ciudad dice que los daños se deben a que el agua del subsuelo en ese lugar está a solo un metro de profundidad. El terremoto batió el lodo y todo se vino abajo.
En estas ciudades hay un mismo factor: un olor mortecino acompaña las emanaciones de las aguas negras, estancadas en las colapsadas alcantarillas bajo la ciudad. Nubes de polvo son expulsadas por las excavadoras que trabajan en cada predio. Hay una historia no contada en todos esos lugares que un día fueron el hogar de muchos. No se puede acusar a la Fiscalía del Estado de esconder las cifras de muertos y desaparecidos. El problema se centra en la falta de una legislación clara del sistema de riesgos. La Constitución del 2008 sustentó  en los artículos 389 y 390, la base para que el Gobierno elabore una ley orgánica para enfrentar los desastres, pero no lo hizo y en su defecto elaboró un simple reglamento que puede ser cambiado cuando al ejecutivo le venga en gana.

El sistema de gestión de riegos del país inició su trabajo con Pilar Cornejo, sin los instrumentos legales para constituir una infraestructura eficiente de respuesta. El reglamento le dio al Presidente de la República la potestad de cambiarlo cuando guste y eso sucedió en 2015 cuando  entregó el sistema de riegos al contralmirante Luis Jaramillo y permitió que César Navas, un exmilitar, constituya una entidad paralela a la secretaria de gestión de riegos, desde el Ministerio de Seguridad Interna y Externa.
Es decir, tras el terremoto del 16 de abril se estableció una organización descabezada y superpuesta por otras en la que hubo una total falta de protocolos para enfrentar la emergencia evidenciada por cuatro factores: 1. La forma en que se derrocaron construcciones de forma inmediata al evento, sin conocer la presencia de víctimas o sobrevivientes. 2. La demora en el ingreso de rescatistas a la zona de desastre. 3. La falta de decisiones gubernamentales 48 horas después del desastre. 4. El cambio radical del presidente Rafael Correa de irrespetar su propio reglamento de gestión de riegos e imponer a ministros en la zona para que se hicieran cargo del desastre.
Existe además la hipótesis de que algunas construcciones fueron derrocadas de inmediato para evitar ubicar caletas con cocaína: “Estas son zonas carentes de control militar, todo puede pasar y todo sale por sus playas” explica un oficial de Inteligencia presente en la zona del desastre.
El terremoto sacó lo mejor de los ecuatorianos y extranjeros, como el párroco de Jama que armó una iglesia en la calle pero sobre todo dedicó su tiempo a entregar provisiones de alimentos a quien mas lo requería.  O el norteamericano Joe Hurston, de la organización airmobile.org, que llegó al país a donar 10 equipos capaces de purificar 1000 litros de agua al día. Pero también existió la mezquindad de muchos que buscaron tajada entre el dolor, como aquellos que gritaron tsunami en medio del terror para saquear casas y comercios o ese mercenario de las redes sociales, que vive de sus contratos con el Estado de propaganda, contratista del Estado que criticó la entregada labor voluntaria de Karla Morales, o quienes no perdieron nada y sin embargo salieron, entre risas, a pedir donaciones al filo de las carreteras.

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Galería de videos
Los minadores de Manta reciclan el hierro de los edificios colapsados⇒
Bahía de Caraquez vecinos viviendo en las veredas⇒
Drone: El campamento Don Juan auto-organizado por los mismos afectados⇒
Drone: Pedernales 1⇒
Drone: Pedernales 2⇒
Drone: Pedernales 3⇒
Drone: Pedernales 4⇒
Galería de Fotos ⇒

 

 

 

Karla Morales, líder de la sociedad civil tras el terremoto


“Gente de Guayaquil, mañana saldremos a #Manabí llevando ayuda. Si pueden apoyar con donaciones acá la info:..”, a continuación, bajo el hashtag #PORMANABÍ escrito con letras de color amarillo se comenzaba a dar forma a una bandera tricolor, diseñada con interlineado de letras escritas en negro, como complemento de los colores amarillo, azul y rojo. Ahí, se enumeraban dos sitios de acopio: Samborondón y Ceibos; el otro, no aparecía en la lista, pero era Terranostra, que con el paso de los días, se ha convertido en el punto de partida de la carga hacia Manabí. También se detallaban una serie de productos que se podía donar para entregar a los damnificados; y, de es forma, saciar en el algo las graves secuelas que había dejado en la provincia vecina el terremoto, de 7,8 grados en la escala de Ritcher.
Ese mensaje colgado en la red social Twitter, desde la cuenta @KarlaMoralesR, a las 23:19 (4h21m después de la tragedia) del pasado sábado 16 de abril del 2016, marcó el inicio de una labor solidaria que se ha transformado en una de las más grandes acciones que la sociedad civil ecuatoriana ha ejecutado, desde la misma noche del fenómeno natural, que sembró muerte y destrucción. Dejó devastado a Pedernales; y destruyó varias zonas, rurales y urbanas de Portoviejo, Manta; así como afectó al Isla de Muisne y otras localidades de Esmeraldas, en la zona norte de Ecuador; y también ocasionó pérdidas en Los Ríos, Guayas.
La intención Karla Morales Rosales, una menuda mujer de 30 años, era recoger todo en el portal de su vivienda, en la urbanización Terranostra, ubicada en la vía a la Costa. La idea original –cuenta esta abogada, experta en Derechos Humanos–, era convertirse en una especie de centro de acopio. “Me dije: recojo y lo que pueda mando… aprovechando que la empresa en la que trabajo tiene camiones. Incluso con insistencia, durante el resto de la madrugada, pensaba: ‘Voy a enviar lo que pueda juntar…’. Tras la convocatoria por Twitter”, recuerda.
Al amanecer del domingo eran unas dos, tres, cuatro personas que llegaban a dejar pocas cosas, dice. Pero, a eso de las 10.30 y 11:00 cientos de personas: niños, adultos, ancianos, habían cubierto toda la ciudadela. Conforme la gente fue conociendo la dimensión de la tragedia, su solidaridad creció. Tanto que cerca del mediodía, “la fila llegaba hasta la avenida principal de la vía a la Costa. Era una cosa enorme. Tan enorme, que solo ese día pudimos mandar cerca de 25 camiones y volquetas a San Vicente, Bahía de Caraquez y Canoa”.
Ese mismo día, Karla trasladó su trabajo de “hormiga obrera” hasta Manabí. La tierra de donde es oriunda su madre, quien al momento de la tragedia se encontraba en el cantón Sucre. “Organicé todo acá y decidí viajar. En ese momento nos encargamos de entregarle todo en las oficinas del Cuerpo de Bomberos; hoy, ya hemos constituido un centro de acopio de nosotros en San Vicente. Desde ahí, operamos con la distribución de todo lo que recibimos”.
Con su piel tostada por el sol. A veces, lánguida del hambre, dirige a los voluntarios que cada día llegan a Terranostra para cargar, seleccionar, empacar y embarcar los víveres, agua, medicinas, cofres mortuorios, camas, colchones, toldos, carpas, cocinas; y, demás cosas que le envía la ciudadanía. Su iniciativa, dice, surgió con el apoyo de su prima Belén Bonnard Andrade (nieta del arquero Alfredo Bonnard Jara); y su amiga Daniela Holguín. “Fui  una ciudadana que quiso ayudar a la gente que estaba sufriendo… Solo eso. Ningún otro tipo de interés tengo con mi acción. Esto se trata de sumar voluntades. El que critica, y no hace nada, resta, y mucho”, comenta, mientras una y otra vez corta las llamadas que entran a su teléfono, el que no dejar de sonar. Es más, para que nos pueda atender tuvimos que esperar más de hora y media; y, es comprensible, las exigencias de las que precisa su labor le absorben su tiempo en estos días.
Pero qué experiencia tiene, para que, al menos hasta el momento, su labor sea resaltada por la ciudadanía, por los damnificados. Para que se haya ganado la confianza de extranjeros, de migrantes y de demás personas, Karla cuenta en tono sencillo: “Soy abogada. He trabajado toda la vida en Derechos Humanos. Y la asistencia humanitaria siempre ha sido parte de mí día a día. De hecho, soy la directora ejecutiva de una organización que se llama Kahre.org. Somos un colectivo. No hemos podido convertirnos en una ONG, porque, por obvias razones, es medio complejo ahorita conformar organizaciones no gubernamentales en Ecuador”.
No es la primera vez que Karla Morales tiene una iniciativa como la de ahora. Y califica de “desafortunado” el que la primera vez que le toca hacer algo de tanta magnitud, sea su país el golpeado. “He trabajado más internacionalmente. Porque Ecuador no era un país que sufriera catástrofes de esta magnitud. Pero hoy me encanta la repercusión que ha tenido esta iniciativa”, comenta. Y, dentro del pesar que ha generado en ella la tragedia que cambió la vida de miles el sábado 16 de abril, sus ojos brillan por la emoción de saber que en este momento cuenta con muchos amigos de otros países que le han prestado su contingente, que le han hecho donaciones, como la Patrulla Aérea Colombiana, que está en el Ecuador con un hospital que tiene capacidad para asistir a 2.500 personas; o Médicos Sin Fronteras, que llegaron de Perú; de gente que viene de Estados Unidos para dar asistencia social a los damnificados. Todos amigos que ha hecho en su corta, pero fructífera trayectoria al servicio del prójimo.
En los equipos de asistencia que coordina hay profesionales de todas las especialidades. Esta semana llegarán al país amigos abogados, de Puerto Rico, expertos en Derechos Humanos, que comenzarán a dar asistencia a quienes precisan de esos servicios. Además, desde el último sábado, en su cuenta publicó un tuit en el que, a nombre de la organización Kahre.org, solicitan el apoyo de profesionales como Ingenieros Civiles, Ingenieros Agrónomos y Abogados. “El proceso de recuperación es largo y tiene varias fases, si tu profesión es alguna de estas ¡te estamos buscando!”, escribió en el mensaje que tuvo eco inmediato en la sociedad.
La intención, cuenta Karla, es dar todo tipo de asistencia. Por ejemplo, una de los detalles valiosos de la Patrulla Aérea Colombiana, es que tienen una unidad dentro del grupo que se enfoca en la cuestión de género en situaciones de riesgo. “Tratan el tema desde la especialidad –dice-; o sea, se sabe que las mujeres necesitan una atención diferenciada de los varones, porque usamos el baño de otra manera. Nos embarazamos. Usamos toallas sanitarias. Significa que necesitamos un grado de privacidad en el marco del desastre. Los hombres pueden hacer sus necesidades en cualquier parte. Una mujer necesita de privacidad, incluso para prevenir acciones violentas, porque dentro de las víctimas hay todo tipo de personas…”.
La situación de los niños víctimas del terremoto también es un tema que conmueve las membranas más íntimas del corazón de Karla. Se han contactado con el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) para conocer las acciones a tomar; y les dieron a conocer que les reporten los casos de niños que estén huérfanos o que sin algún familiar. “Nos dieron las personas de contacto donde podemos reportar. Y creo que es lo correcto. La institución competente y especializada en tema de niñez debe tomar la batuta. Nosotros somos un colectivo, un grupo de voluntarios. Yo estoy capacitada, pero las 500 personas que vienen a diario no. No los conocemos. Solo ponemos el hombro para levantar al Ecuador”, dice.
La mayor esperanza de Karla es que “Ecuador Resista”, porque se necesitará mucho tiempo levantar las zonas afectadas. “Espero que la solidaridad se mantenga”, dice. Ante la eventualidad de que el porcentaje de donaciones disminuya con el paso de los días, de que, quizás, la gente pierda el entusiasmo, esta voluntaria cuenta que han tenido la precaución de ir reuniendo fondos de personas que han comenzado a hacer sus donaciones desde afuera, incluso. Hemos pedido ahora unos filtros de agua. Porque sé que se reducirán las donaciones, queremos llevar tanqueros; y, que esa agua puede ser consumida con esos filtros.
Esta labor es una suma de voluntades que a rato ha encontrado tropiezos; y que, sin razón alguna, incluso ha despertado críticas de seguidores del Gobierno Nacional. Al principio eran leves, pero con el paso de los días ha habido cierta agresividad de determinados partidarios, que incluso ya le han dedicado críticas fuertes en redes sociales. Sobre todo, en el momento en que ella puso en evidencia el caso de  109 familias, que fueron halladas en una montaña, en las afuera de San Vicente. En el corto video de 1m29s, mientras su voz se quiebra, cuenta que “…19 niños duermen, uno encima del otro…”. Contrario a la ira despertada en gente seguidora de Alianza PAIS, la ciudadanía civil le dio ánimo; entidades como el Municipio de Guayaquil, con su alcalde Jaime Nebot a la cabeza, dispuso el envío inmediato de 109 kits; y, durante la tarde del viernes y el día sábado, sigue llegando gente a los centros de acopio, que entregan sus donaciones, pero “encarecidamente” piden que sea para los “19 niños de la montaña”.


"Les dije que mucha gente ya había empezado a enviarlos a mi nombre. Que yo no tenía problema que se coordinara en recibirlos con las autoridades para distribuirlos, pero que no me cobren impuestos. Me dijeron que no. Ahora tengo autoridades de otras instituciones, que me dicen que no me preocupe, que eso no va a pasar. En caso de que así sea estamos dispuestos a hacer vaca, como decimos, para cubrir los gastos de los impuestos…"
Karla Morales


También se ha hablado de que Karla, como persona natural, tiene la obligación de pagar impuesto por todas las aportaciones que recibe desde el exterior. “No es que quiero justificar y que luego vayan a decir: ‘Ah, no dice las cosas de frente’. Pero sí quiero decir que, ante la emergencia; ante la cantidad de apoyo; ante la urgencia, todos somos humanos, que tengamos investiduras diferentes, la una es abogada el otro es Presidente. Sé que todos queremos ayudar. Estoy consciente de eso. Todos buscamos la mejor manera y que en el marco de eso, podemos cometer errores. Hemos hecho la solicitud de filtros de agua. Los migrantes nos han estado apoyando enormemente, nos van a hacer llegar los filtros. Como yo hice la convocatoria en Twitter me pareció responsable decir que yo iba a recibir los filtros. Propuse que me los enviaran, que yo los retiraba para hacerlos llegar a los centros de acopio. Senae (Servicio Nacional de Aduana del Ecuador) me dijo que estaban liberados de impuesto. Pero que debían llegar consignados a la Senae y dirigidos a la Secretaría de Riesgos. Les dije que mucha gente ya había empezado a enviarlos a mi nombre. Que yo no tenía problema que se coordinara en recibirlos con las autoridades para distribuirlos, pero que no me cobren impuestos. Me dijeron que no. Ahora tengo autoridades de otras instituciones, que me dicen que  no me preocupe, que eso no va a pasar. En caso de que así sea estamos dispuestos  a hacer vaca, como decimos, para cubrir los gastos de los impuestos…”.
En torno a la reconstrucción de las zonas afectadas, Kahre.org con Karla Morales a la cabeza, aspiran poder reunir un fondo para, cuando empiecen a levantar viviendas en las zonas devastadas. “Queremos reunir un fondo porque sabemos que llegará el momento en que debemos volver a parar las casas. Entonces  necesitaremos dinero para ese proceso; sobre todo, para pagarle sueldos a la misma gente que quedó afectada, que reconstruya su propia vivienda. Queremos contar con ingenieros civiles capacitados, como personal de apoyo. Ojalá y toda la gente pueda volver a empezar con sus negocios: hoteles, tiendas, restaurantes”, anhela, con la ilusión de una joven emprendedora, que, asegura, quiere ver a su Manabí una vez más de pie, emprendedora, laboriosa, como siempre se ha caracterizado a esa provincia de la Patria, que resultó ser la más afectado con el terremoto que se sintió en todo el país.
Cuando se le consulta sobre las herramientas que se usarán para dar apoyo a tanta gente que está muy  endeudada, como hoteleros, comerciantes, dueños de negocios, etcétera, quienes, según testimonios, han contado que tenían obligaciones que cumplir con la banca privada y pública, dice que todo ese proceso también es parte de la siguiente etapa. “En Kahre, la organización que tengo, además de dar asistencia humanitaria en materia de educación, vivienda, acceso al agua, saneamiento, lo que también brindamos son servicios legales, donde pagas lo mínimo y tienes un equipo de profesionales, abogados que apoyarán gratuitamente en esa gestión. Porque, por ejemplo, mucha gente no sabe que las casas o edificaciones, levantadas con préstamos hipotecarios, tienen un seguro de desgravamen, en caso de tragedias naturales. Entonces creo que, con una asesoría oportuna y correcta, podemos ayudarlos a renegociar y a resolver todo, antes de volver a empezar; y, estoy segura que las autoridades van a ser lo suficientemente comprensivas con aquellas personas que mantienen deudas con la empresa pública, como lo es el Banco de Fomento, por ejemplo".
Karla comienza a hablar de la reconstrucción, mientras en su memoria está latente todavía el tétrico recuerdo del panorama desolador que encontró cuando llegó a lo que era el pequeño y colorido pueblo de Canoa. “Es una de las experiencias más dolorosas que he tenido en mi vida”, dice, mientras baja la mirada la piso, como sacando fuerzas de su interior para no llorar. “Trabajé en la desmovilización en Colombia, que fue dolorosa, pero es distinto cuando es tu pueblo. Sé que en Derechos Humanos tenemos que verlos a todos igual, y lo hacemos, pero es tu pueblo, es tu gente; y eso duele más. Y se me partió el alma, aquel domingo 17 de abril, cuando llegué a Canoa, al menos 20 horas después de la tragedia, y que me digan: ‘Ustedes son los primeros que nos traen ayuda’. Y saber que nuestra idea era ir a respaldar el trabajo de las autoridades. Pero escuchar que te digan: ‘Usted es la primera que llega’, y solo les fuimos a repartir agua. Es bastante doloroso. Solo había ido la alcaldesa de San Vicente, pero tampoco tenía autoridades de apoyo. Nadie estaba preparado con el personal para un terremoto porque no te lo esperas, aunque tengas un evento leve…”, lamenta la joven voluntaria.
Los pueblos pequeños, como Canoa y más de 30 localidades, han sido los sitios de enfoque del grupo que maneja Karla. A Portoviejo, Manta y Pedernales enviaron contenedores, pero no se concentraron ahí porque en esos sitios había más autoridades de planta; y “no queremos entorpecer el trabajo, ni desperdiciar recurso humano. Que las autoridades que están ahí abastezcan. En la medida que tengamos que dar apoyo les vamos a dar. Lo que hemos estado haciendo en estos días es priorizar las zonas donde no habían recibido ayuda. Llegamos a sitios recónditos de la provincia de Manabí. Mandamos camiones, pero sabemos que eso solo alcanza para media tarde. Por eso, tenemos que seguir motivando a la gente. Porque la recuperación no tomará una semana o un mes. Esto será de años”, sostiene optimista.
Cuando llega el momento de hacerle un llamado a la gente, a través, de estas líneas, Karla prefiere usar la palabra resistencia, no aguante. “Creo que más que un tema de aguante, porque es demasiado carga de problemas, para mí es un tema de resistencia, pero más que eso esto es de esperanza canalizada. Si todos trabajamos de forma ordenada. Si todos somos soporte, salimos… Como las bases de una casa. Creo que es momento de todos ser base. Es lo que nos toca hacer ahora. Lo que le diría a la gente es seamos canasta. No solo para cargarla y llenarla, sino para ponérnosla en la espalda y que otro trepe… Es el momento de abrir la refri, la alacena, el closet y decir: esta blusa no me la pongo tanto, creo que puedo darla… Si la puedo compartir, hacerlo. No necesariamente dar la que ya tiene huecos”, dice motivada.

En torno al aporte internacional o la solidaridad de países hermanos, es enfática en decir, que es algo en lo que, por el momento, no concentra su atención. “Para mí más importante ha sido que la gente tome agua, a que si Barak Obama (Presidente de Estados Unidos) y Rafael Correa (Presidente del Ecuador) se hablaron por teléfono para solidarizarse. Creo que es más importante fiscalizar las zonas donde la gente necesita ayuda, que fiscalizar las relaciones políticas internacionales”, expresa con una tranquilidad que la caracteriza.
Si ha sido suficiente, o no, la colaboración de los estados que han llegado al Ecuador, ella no cree que los países hayan ejecutado acciones insuficientes. “Lo que creo es que tenemos que ser conscientes de que la situación requiere una demanda alta. Cualquier cosa va a sonar a poco, pero no es poco, sino que la tragedia es grande. Cuando me dicen no, no traigas, filtros por unidad, tráelos por familia, les dije a las autoridades: ‘Hay gente que murió y quedó incompleta’. Le vamos a llamar familia a los dos que sobreviven, por supuesto. Pero no podemos entregar un filtro porque las familias son de cinco, no. Hay familias de uno, ahorita”.
Considera que Ecuador, debe ser consciente; y aceptar, desde las autoridades y la sociedad civil, que no podremos solos, que el país necesita ayuda. Para eso, es preciso estar muy unidos, insiste; y si hay que pedir ayuda, hay que hacerlo. Pedir ayuda, para ella, no es indigno. Al contrario, es oportuno, es prudente, es urgente para volvernos a levantar… “Es hora de quitarnos las camisetas. Si soy de Emelec, si soy de Barcelona; si soy de Correa, si soy de Nebot, o de no sé quién. Si hay que vestir a alguien, hay que vestirlo, con la camiseta que sea”.
Hasta cuándo seguirán, es una pregunta de contesta al instante, con un: “De manera indefinida, permanente… Creo que si nosotros aflojamos, esto se desbarata; mientras miles nos necesitan. No por soberbia de que somos los únicos, sino porque hemos ganado un grado de credibilidad entre la sociedad civil; y hemos logrado unir, frente a un montón de diferencias; y hacer un trabajo de equipo. Porque estamos trabajando en coordinación con las autoridades. En San Vicente, estamos trabajando con la Alcaldía; en Bahía, estamos trabajando con el ministro de Ambiente; en Jama, lo hacemos con el Alcalde. Estamos trabajando en equipo. Sí hay personas de las mismas instituciones públicas que no nos ayudan mucho, pero son errores humanos, no son institucionales. Son cosas que se pueden corregir; y si nos mantenemos en equipo podemos llegar mucho más lejos, que si nos empezamos a dividir…”.
Cuando llega el momento de preguntarle, qué siente ante ciertos comentarios hasta ofensivos, emitidos con la intención de lesionar la labor que vienen haciendo dice: “La reacción humana normal, es cabreada”, y se sonríe. Los ha tomado de manera pacífica, porque no es momento de peleas; es más, ha respondido, no directamente, sí diplomáticamente. “Que de mi escriban y digan lo que quieran. Si a Jesús lo crucificaron ¿quién soy yo para creerme intocable? Aquí está mi otra mejilla”, tuiteó este sábado, después de conocer las críticas que le habían hecho ayer, tras la publicación el video de los “19 niños de la montaña”. “La reacción prudente y racional, es decir: Bueno, no vamos a pelear. No es momento. Solucionemos. Si esta puerta se cierra, quizás esta ventana se abre. Por ejemplo, si mi amigo del Senae no me puede ayudar; el del Ministerio de Defensa, quizás, que pega la llamada y hace entrar en razón a la gente. Porque producto de la desesperación de organizar y canalizar cometemos errores todos los que estamos en esto”, comenta satisfecha por el apoyo que le han dado las Fuerzas Armadas, los ministerios de Agricultura, de Salud, de Inclusión Económica y Social; la Cancillería, el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador; en fin, todas las entidades públicas de las que ha necesitado en determinado momento. “Si uno se equivoca, hay cinco que me asisten”, asegura.


"Me siento comprometida. Porque que alguien que no te conoce te tenga fe, independientemente de a quién no, me compromete… Por ningún motivo me bajo de esta camioneta, si hay gente que está creyendo en mí. Que, incluso, me está dando su dinero. Diez, veinte dólares. Es dinero que sudaron y trabajaron… No tengo otra opción que ser coherente con ellos…"


Y ese apoyo, es el que traslada en cada acción a favor de los damnificados del terremoto. “Me siento comprometida. Porque que alguien que no te conoce te tenga fe, independientemente de a quién no, me compromete… Por ningún motivo me bajo de esta camioneta, si hay gente que está creyendo en mí. Que, incluso, me está dando su dinero. Diez, veinte dólares. Es dinero que sudaron y trabajaron… No tengo otra opción que ser coherente con ellos, coherente conmigo misma; y, asumir que esto se desbordó o que se me fue de las manos, de la mejor manera; y que por eso me debe tener aquí de cabeza. Tan de cabeza que yo estoy aquí y mi esposo (Ezequiel Castro Schulz) está en Manabí. Él es bombero voluntario y está coordinando la labor solidaria allá. “Lo hemos nombrado Director de Operaciones in situ”, bromea. Pero él no es el único apoyo de Karla. También están sus hermanos Gloria María, Martha María, Carlos Andrés; está su madre, Martha Rosales Cedeño, quien apoya en el lugar de la tragedia; está su prima Belén Bonnard, que es quien coordina todo en el colegio Naciones Unidas, del sector de Samborondón, con Celia Andrade Meza; está su padre, el periodista Carlos Víctor Morales, gestor de importantes contactos a nivel nacional e internacional; y, ahora también se ha sumado su tío Jorge Andrade Rosales, conocido fisioterapeuta del fútbol ecuatoriano, que está en Manabí asistiendo a personas con golpes y fracturas.
Está trabajando en familia a favor de los damnificados, pero hay quienes señalan que su labor solidaria, de la joven que además hizo pasantías en la Organización de Estados Americanos (Washington), es solo pura “politiquería”. “Las críticas me las están dando, pero me tienen sin cuidado. De hecho yo escribo para Diario El País y mis artículos siempre han cuestionado las políticas públicas del actual Gobierno… Pero si yo lo veo al Presidente ahora; y tengo que poner el hombro para ayudarlo a solucionar un problema, claro que lo voy a hacer; si lo hace Mauricio Rodas, lo voy a hacer; si lo hace Jaime Nebot, lo voy a hacer. La prioridad hoy y ahora es la víctima. Es el afectado. No con quien me siento al lado. Y si me atacan, bueno, a Jesús lo condenaron y lo crucificaron; ¿Quién es Karla Morales para que no la critiquen?, ¿Quién es Karla Morales para que, cualquier persona, no pueda criticarla, si es su deseo..? Mientras ellos critican, yo soy feliz, muy feliz desde la zona de desastre, saciando la sed y el hambre de nuestros hermanos que hoy están sufriendo. Y abrazando corazones de seres, que otros ni siquiera conocen. Eso me nutre, me llena, me vuelve más humana…"

MilHojas.is

Lo que el Estado entorpeció, las redes sociales solucionaron

Inmediatamente después del terremoto de 7,8 grados ocurrido en Ecuador, las redes sociales se convirtieron en la única fuente de información y comunicación para los ecuatorianos. A minutos de haber ocurrido el sismo, los servicios de telefonía sufrieron un silencio inesperado lo que despertó la curiosidad sobre la magnitud de la tragedia.
Tanto las autoridades como los medios de comunicación tardaron en emitir información preliminar sobre el terremoto lo que motivó a la ciudadanía a moverse en plataformas como Twitter, Facebook y Whatsapp.
Uno de los principales interrogantes era el paradero de las personas que se encontraban en el sitio de la tragedia y que no se habían comunicado con sus familiares y amigos.
La etiqueta #DesaparecidosEc empezó a utilizarse por los ciudadanos como herramienta para buscar a sus personas de las cuales no se tenía información.
Hasta el momento, más de 1.000 tuits fueron enviados con fotos y descripciones de los desaparecidos llegando a una audiencia de más de 3 millones de personas con 6 millones de impresiones.
Es decir, el hashtag ayudó a que los rostros de los desaparecidos sean vistos  por millones de personas.
Un ejemplo del buen resultado que dio esta iniciativa es el caso de Mike Fitzpatrick, canadiense, quien a través de las redes sociales, pudo localizar a su padre horas después del sismo. “He tenido demasiados contactos profundos con individuos desinteresados, gente que tropezó con el  dos horas después de que sobrevivió a una caída de tres pisos del edificio en el  que estaba. La doctora que lo atendió vio su foto a través de un amigo en común y pudimos hablar con mi padre”.  

De igual manera, la etiqueta #EncontradosEC, fue clave para informar los resultados de la búsqueda de sobrevivientes. Aproximadamente se han enviado 1.352 tuits con 3 millones de impresiones.  

Las cifras varían constantemente, pero los ciudadanos se encargan de aclarar a otros sobre la búsqueda.
Aquí un enlace de storify para revisar, realizado por la cuenta @TerremotoEc

Servicios
Durante la emergencia, varios ciudadanos denunciaron a través de las redes sociales la falta de recursos y materiales para los heridos en la emergencia.
En este sentido, la cuenta de twitter @shababaty creó  los hashtags #SeNecesitaEC y #SeOfreceEC, cuyo objetivo fue ayudar con la difusión de las necesidades en la zona del desastre.
Así, el primer tuit con la etiqueta se realizó el 18 de abril a las 10: 38 de la mañana y de manera inmediata tuvo una repercusión en la red social.
“La idea detrás de los HT's fue crear una manera sencilla para que los ciudadanos vía redes sociales informen sobre lo que hacía falta o lo que se necesitaba”, dice @shababaty.
De igual manera, la iniciativa sirvió para orientar a los voluntarios sobre los lugares que necesitaban ayuda urgente.
Un ejemplo de la efectividad de que los ciudadanos puedan interactuar de manera organizada durante la crisis fue el tuit enviado el 22 de abril a las 17:00 en el que se pedía a través del HT #SeNecesitaEC un “Camión Grande para transportar kits para armar viviendas para albergues”.

La respuesta fue inmediata y en 30 minutos este requerimiento ya había sido atendido por la misma ciudadanía.

Según la métrica de resultados, 1481 tuits fueron subidos con la etiqueta #SeOfreceEc y  1.487 a #SenecesitaEC, llegando a más de 7 millones de impresiones.


Además, la etiqueta #EmpresaSolidariaEC fue creada para visibilizar el aporte de la empresa privada durante esta emergencia.
 
Definitivamente, la propuesta ciudadana en redes sociales surgió como respuesta a la falta de información de las autoridades durante esta crisis.  
Durante la semana pasada, las cuentas de gobierno han tenido que hacer usos de los hashtags creados para poder canalizar su información.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por controlar la situación, es claro que las acciones realizadas por las instituciones públicas no son suficientes.  
Hoy más que nunca los ciudadanos han demostrado que en el Ecuador las redes sociales se han convertido en el canal donde se rompen las censuras y nacen las iniciativas exitosas.

MilHojas.is

Así era la vida en Pedernales, el epicentro del dolor

Miguel Moreira Cedeño, Especial para PLANV
Viví dos años, por mi empleo como funcionario público y docente universitario, en Pedernales. Soy de El Carmen, cantón manabita ubicado a 90 kilómetros y a una hora de distancia del balneario. Recuerdo cómo era un sábado por la noche en Pedernales. Los turistas que llegaban de la Sierra, en especial de Quito, salían hacia el malecón. La farra se concentraba en la playa, pues junto al malecón se levantan cabañas en donde se podía tomar un cóctel o una cerveza y bailar, como en todas nuestras poblaciones costeras.
Desde las 18:00 los turistas empiezan a salir hacia la playa y se preparan para una noche de diversión. Puede decirse que había pocas discotecas en Pedernales: la farra realmente se concentraba en el malecón, al aire libre y junto al mar.
Al atardecer, cuando los turistas se detenían a contemplar como el sol se ponía en el horizonte, teñiendo de rojo las aguas del Pacífico, las luces del Malecón y de las cabañas de la playa y la música en los altoparlantes, empezaban a encenderse.
Los principales restaurantes estaban en el Malecón, como El Costeñito, Las Cabañas -en donde alguna vez comió Rafael Correa-, Villamartín, entre otros. Eran amplios comedores con mesas y ventiladores en los techos. Los meseros llevaban cartas con fotos de los platos a las mesas, y el trajín del servicio de la cena empezaba a sentirse.
Los principales hoteles se encontraban tanto en el malecón cuanto en el centro, cerca del parque central. La población vivía del turismo. En la entrada del malecón, la torre del hotel Royal con capacidad para 98 turistas, de color amarillo, y de cinco pisos, se veía claramente.  El hotel, que era uno de los más caros de Pedernales, tenía una tranquila piscina y un jacuzzi.

Muchas casas cayeron sobre sus bases y las plantas altas quedaron sobre las calles. 

Por lo menos seis retroexcavadoras remueven los escombros en varias manzanas de Pedernales. 

La destrucción en las calles de Pedernales es evidente: enseres de los pobladores son rescatados con dificultad. 
A pocas cuadras del Malecón se encontraba el parque central. En torno a la plaza, el Municipio, una Iglesia católica, algunos hoteles más y dos farmacias.
Las casas del pueblo, en su mayoría, eran de hormigón armado, con portales sostenidos por pilares y su altura promedio era de tres pisos. La mayor parte de las casas tenían locales comerciales y en los pisos altos había viviendas.
La vida de Pedernales transcurria plácida junto al mar, con los locales y servicios que atendían a su población.  
Varias escuelas tenía la población: la Unidad Educativa Atahualpa, el Técnico Agropecuario Pedernales y una Unidad Educativa del Milenio construida por este Gobierno. No había en Pedernales un hospital, sino solamente un pequeño centro de salud del Ministerio de Salud, ubicado a dos cuadras del Municipio.
La población tenía varias farmacias, como Sana Sana y Económicas, dos agencias de bancos como el Pichincha y el Banco de Fomento, oficinas de una Cooperativa de Ahorro, edificios de departamentos y un supermercado Tía. También tres gasolineras, pues era el punto de entrada hacia otros destinos de Manabí, como Canoa.
La noche del 16 de abril
Hasta que llegó el 16 de abril. Supongo que, con el paso del tiempo, la trágica fecha será recordada con el mismo dolor y espanto con que, muchos años después, los ecuatorianos conmemoramos el desastre de Ibarra del siglo XIX o el del Ambato en el siglo XX. 
Eran cerca de las 19:00, mucha gente había empezado a salir a comer y se preparaba para la noche de farra, que, generalmente, duraba hasta las 02:00 del día siguiente.
Fue en es momento que ocurrió el temblor: de pronto el suelo empezó a moverse y la gente se miró con espanto. Fue tan fuerte la sacudida, que muchas personas optaron por protegerse dentro de las edificaciones, debajo de los muebles. Otros, simplemente, salieron corriendo, bajaron las escaleras de rústica factura de sus casas, que tenían angostas salidas hacia la calle. Quienes estaban en la calle empezaron a correr, pero algunos fueron alcanzados por escombros que caían de las edificaciones que, en cuestión de segundos, empezaron a colapsar.
Los edificios adoptaron curiosas formas: como sino una mano gigantesca los exprimiera, se deformaron, y los pisos altos cayeron sobre los bajos, dejando las que eran las ventanas del segundo piso en plena calle.
El temblor se hizo eterno: y entre los gritos de horror de la gente, se podía escuchar el siniestro bramido de los vidrios que se rompían, de las columnas, los bloques y los ladrillos que se hacían pedazos como terrones de azucar, y espesas nubes de polvo blanco cubrían las calles.
Por medio de boquetes en las fachadas, es posible ver el interior de los dormitorios. 
Varias plantas de concreto cayeron sobre los ocupantes de por lo menos 22 hoteles destruidos. 
La luz se fue inmediatamente, como consecuencia de la destrucción de los postes eléctricos, que cayeron a la calle como serpientes, como si hubieran cobrado vida mientras soltaban chispas.
Aunque en Pedernales eso era frecuente: la luz se iba solo con simples con lloviznas. Era un pueblo acostumbrado a la oscuridad en las noches, y a dormirse arrullado por el ruido del mar.
La población tampoco tenía agua potable permanente, y el servicio era, con frecuencia, intermitente.
Por ello, la gente compraba tanqueros que traían del río Tachina, cercano al cantón. Cabe anotar que esta tampoco era agua potable, sino solamente tomada del río. 
Se podría decir que Pedernales también estaba acostumbrado a la sed, pero la desgracia produjo la falta total de agua potable.

Los heridos son atendidos en el estadio de Pedernales. Foto: Reuters
Mi retorno a Pedernales
Volví a Pedernales, recogiendo mis pasos, con ocasión de la tragedia. En la carretera que separa El Carmen de Pedernales, es posible ver todavía desplazamientos de tierra, y en la pista de concreto de la vía, una de las obras de esta administración, se ven algunas grietas.
En los últimos diez kilómetros antes de llegar a las ruinas del cantón, se podía ver desplazados deambulando sin rumbo. En sus rostros, aun perceptible el espanto de la noche del 16 de abril. Recordé esas escenas de las guerras europeas: gente caminando con el horror en la mirada y la incertidumbre en la pupila de los ojos. Al llegar al pueblo, esa impresión de irrealidad se volvió aún peor. Como si un implacable enemigo hubiera bombardeado el Ecuador, los que eran hoteles, bancos, edificios de departamentos, eran solo montones de ruinas. Por medio de las fachadas caídas y los boquetes en las paredes, se podían ver las camas colgando del abismo.
Muchos de los habitantes de Pedernales han dejado el pueblo. Los que tienen familias o amigos en los cantones vecinos como Santo Domingo o El Carmen han salido ya de ahí. Hay calles desoladas, como en un pueblo fantasma. Volví en busca del edificio donde había vivido los últimos dos años: aunque no se había desplomado, estaba cuarteado y había quedado inservible. Recordé que desde mi ventana podía ver el sol ponerse y belleza turística del lugar.

Edificaciones inservibles se pueden observar en toda la población. 

Muchos de los pobladores han optado por abandonar Pedernales con rumbo a los cantones vecinos. 
Quienes no tenían a dónde ir se han quedado cuidando las ruinas. Hay padres de familia que, con una silla rescatada de entre el amasijo de varillas y concreto de lo que fueron sus hogares, se han quedado custodiando sus escasas pertenencias. Tratan de salvar los electrodomésticos, los muebles, algo de ropa, los recuerdos familiares, los despojos de sus vidas que han quedado atrapados entre las montañas de escombros.
Aunque hay por lo menos cuatro refugios habilitados por el Gobierno, muchos no quieren ir ahí, por temor a las réplicas. Por eso, hay personas que se mantienen en los costados de las principales vías de entrada a la población, como son la que va a Cojimíes, la que conecta con Chamanga-Esmeraldas, la ruta a El Carmen y la vía a Jama.
Pude contar por lo menos seis retroextrocavadoras con sus enormes palas como garras, levantando los escombros informes. Dos máquinas estaban en el sector del parque central, otra en las ruinas del hotel Mr. John, que tenía cuatro pisos. Imposible saber cuántas vidas se han perdido en ese popular hotel. Lo mismo ocurrió con el hotel Royal: se había desplomado sobre sí mismo, y la loza de la terraza es lo único visible en el sitio.
Militares, policías, rescatistas con perros, voluntarios llegados de todo el país y extranjeros, y más que todo, los familiares de aquellos a los que los segundos que diferenciaron quién vivía y quién no, siguen escarbando entre el concreto, sacando con sus manos los pedazos de cemento. Para algunos, la forma en la que se usaron las retroexcavadoras habría producido más decesos. Esto será investigado por el Gobierno. 
Las operaciones de rescate se concentran en el Puesto de Mando Unificado, instalado en el estadio Maximino Puertas, donde también se han improvisado una morgue y un punto de atención prehospitalaria, que luego deriva los heridos a la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, ubicada a dos horas de Pedernales.

Militares se concentran en las instalaciones educativas del cantón Pedernales. 
Y, como es inevitable, me cuenta de la muerte de amigos y conocidos. Como Mónica Nazareno, quien era inspectora de la Unidad Educativa del Milenio, tenía un negocio de venta de CD y celulares, cerca de la Iglesia, y había muerto junto a su hijo. Otra amiga, quien vivía en una casa de madera frente al hotel Mr. Jhon, se había salvado gracias a la estructura de su vivienda. Pero la casa de concreto de su suegra simplemente se desplomó.
La presencia militar es grande: en la Unidad del Milenio están acampando los militares, así como enel Campus de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.  El edificio de la Unidad Educativa, sin embargo de ser nuevo, no pudo resistir el sismo y se lo ve resquebrajado.
Según el cálculo del municipio local, hasta un 60% de las casas y viviendas podrían haber sido afectadas de alguna forma y la destrucción de la infraestructura hotelera llegaría al 90%, hasta el momento se confirmaban 22 hoteles desplomados, la mayor parte de ellos perdió su primer piso, las columnas cedieron y el resto de las plantas se asentó encima.
El centro de acopio, (donde se estaba construyendo el nuevo Terminal Terrestre, inconcluso por falta de fondos), está receptando las donaciones que llegan desde diferentes puntos del país. La vida en Pedernales no volverá a ser la misma.